Sin duda se trata uno de los conciertos más complicados de la actual temporada, y no es que otras obras programadas no lo sean, es sólo que en este caso del sexto concierto del cuarto capítulo del año 2023 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes coincidieron en el programa dos obras de mayúsculo nivel de complejidad, el desgaste es incluso físico, es decir, la música de este concierto no sólo exige concentración y nivel técnico, físicamente también es muy demandante, aunque ya sabemos que la OSA no se inhibe ante ningún repertorio, responde solventemente a cualquier batuta por exigente que sea, y sabe dar cobijo y seguridad a cualquier solista que se presente en un concierto. Claro, las dificultades son para los que están vestidos de negro en el escenario, a nosotros, el público que acompañamos cada viernes a nuestra Sinfónica, sólo nos corresponde acomodarnos despreocupadamente en nuestra butaca y disponernos a disfrutar de la magia y de todos los encantos que nos proporciona su majestad la música.
Por cierto, ahora que hablo de los que están vestidos de negro sobre el escenario, hace mucho que los músicos, hablo estrictamente de los hombres, no visten de frac, creo que el frac es la vestimenta apropiada para los conciertos de temporada los viernes por la noche, no intento demeritar el smoking, pero el frac es lo más apropiado, para los conciertos a medio día o fuera del teatro, está bien usar esa camisa negra que actualmente utilizan en los conciertos con el logotipo de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, pero insisto, para un concierto de viernes por la noche, con la solemnidad y el respeto que merece la música, es decir, la gran música de concierto, no tengo duda en que lo más apropiado es el frac. No me imagino a las Filarmónicas de Viena o Berlín, a la London Symphony, a la Orquesta de la Royal Concertgebow de Ámsterdam, a la Sinfónica de Boston, la Filarmónica de Nueva York o cualquiera de estas grandes orquestas del mundo tocando en su sede con alguna vestimenta que no sea estrictamente el frac, simplemente me parece inapropiado, ojalá regrese ese respeto a la música siguiendo los protocolos, por ejemplo, como el hecho de que el concertino entre al escenario cuando la orquesta ya está lista, reciba el aplauso del público, dirija el maravilloso ritual de la afinación y esperar el ingreso del director para iniciar el concierto, creo que así deben ser las cosas.
Pues bien, este sexto programa inició con la Sinfonía No.98 en si bemol mayor de Franz Joseph Haydn, a quien se atribuye la paternidad de la sinfonía y también, por cierto, del cuarteto de cuerdas, la formación madre de la música de cámara.
Después del intermedio disfrutamos de una excelente interpretación de las Danzas Eslavas, Op.46, decir, de las ocho que integran el Opus 46 de Dvorak, considerando que el ciclo es de 16 marchas, las otras ocho las encontramos en el Opus 72 compuestas originalmente para piano a cuatro manos y cuya fuente de inspiración es, por supuesto, las Danzas Húngaras de Johannes Brahms. La dirección de este concierto fue del maestro Román Revueltas, director titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
No me atrevería a decir que no me gustó la Sinfonía No.98 en si bemol mayor de Haydn, de hecho, la disfruté mucho, siendo esta una de las sinfonías más complicadas del genio austríaco y uno de los máximos representantes del clasicismo vienés…o ¿el máximo?, lo que sucede es que cuando escuché la interpretación del primero de los dos ciclos de las Danzas Eslavas del compositor checo Antonín Dvorak, todo lo demás pareció carecer de sentido. Cuando terminó la sinfonía de Haydn, que por supuesto disfruté como si me lo mereciera, tenía una gran expectativa por escuchar esa deliciosa joya nacionalista de Dvorak, y al escucharla supe que mi interés no quedaría desairado, desde el inicio, desde los primeros compases surgió la sensación de que disfrutaríamos de un gran momento en el Teatro Aguascalientes.
Quiero además agregar que durante la semana en la que se preparó este sexto concierto, se realizaron algunas de las audiciones para las que previamente se había abierto convocatoria logrando reclutar dos violas y dos violoncellos, además de una trompeta, tengo entendido que todos ellos de excelente nivel, es decir, del nivel que exige nuestra sinfónica, y quedaron desiertas las dos plazas para violín fila porque el nivel no era el óptimo, y no se realizó la audición para concertino quedando todo esto pendiente para una próxima audición, espero que sea pronto, quizás en febrero y que nuestra amada Sinfónica pueda completar por lo menos una plantilla de 80 músicos, considerando que siempre ha tenido entre 80 y 90 integrantes, de hecho creo que esta etapa en donde sólo contaba con 66 músicos es inédita en la rica e incluso heroica reciente historia de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
El día de mañana, viernes 24 de noviembre disfrutaremos del séptimo concierto del cuarto capítulo 2023 de la OSA con un programa que inicia con el Concierto para violín Op.64 en mi menor de Felix Mendelssohn con el maestro Revueltas como solista, después viene la célebre Pequeña Serenata Nocturna, K.525 de Mozart y finalmente la Suite Capriol de Peter Warlock, aunque no me extrañaría que, por su duración y dotación instrumental, orquesta de cuerdas, el ciclo de danzas de Warlock se interprete al inicio del concierto. La dirección le ha sido encomendada al maestro Ildefonso Cedillo, principal de la sección de violoncellos de la propia Sinfónica de Aguascalientes. Nos vemos mañana a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes, si Dios no dispone lo contrario.