Exigen al gobierno de Benjamin Netanyahu un cese el fuego en su operación militar contra Gaza, y llaman al gobierno de López Obrador a encabezar una iniciativa para imponer “sanciones económicas” contra Israel
De nueva cuenta, miles de personas marcharon el 5 de noviembre en la Ciudad de México al grito de “¡No es una guerra, es genocidio!”, para expresar su solidaridad con el pueblo palestino, exigir al gobierno de Benjamin Netanyahu un cese el fuego en su operación militar contra Gaza, y llamar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a encabezar una iniciativa para imponer “sanciones económicas” contra Israel.
Este fin de semana, en medio de una escalada en la operación militar israelí en Gaza, marcado por el bombardeo en zonas de hospitales y campos de refugiados, en una ofensiva que a la fecha cobró la vida de por lo menos 9 mil 770 personas en el enclave, según las autoridades palestinas, se convocaron manifestaciones en varias capitales y grandes ciudades del mundo.
Durante una soleada tarde de domingo, banderas de Palestina y personas vestidas con kufiyah avanzaron sobre la avenida Reforma, del Ángel de la Independencia hasta llegar al Zócalo, a las 6 de la tarde, alentados por cantos propalestinos y consignas antiimperialistas, presumiendo cartulinas que pedían el fin del “genocidio” en Gaza.
Desde un pequeño templete instalado frente al Palacio Nacional, los organizadores de la marcha pintaron una bandera palestina en el piso e invitaron a los asistentes a colocar ofrendas florales y cartulinas en las vallas del recinto presidencial.
En un pronunciamiento político, expresaron su “indignación” y “horror” por la “masacre” y las “horas oscuras” en Gaza, “acompañada por el silencio y la mentiras de sus voces aliadas”. Tras repudiar la incapacidad de la comunidad internacional para frenar la “limpieza étnica” llevada a cabo por el “gobierno ultraderechista” de Benjamin Netanyahu.
“¡Asesinos! ¡Asesinos!”, gritó la audiencia, mientras locutores se pasaban el micrófono para leer el pronunciamiento, que repudió los llamados a la “paz en abstracto” y exigió el “fin del genocidio” mediante un alto al fuego inmediato.
“¡Alto al fuego! ¡Alto al fuego!”, reviraron en eco las asistentes, que después escucharon las reivindicaciones del colectivo, las cuales consistieron en pedir al gobierno mexicano que encabece una iniciativa para implementar sanciones económicas contra Israel, y que la sociedad lleve a cabo un boicot y un retiro a las inversiones en ese Estado.
Momentos antes del mitin, rebotaban los coros por las calles del centro histórico, a medida que el contingente avanzaba hacia el Zócalo, al ritmo de los tambores de las butacas y de las melodías jarochas de las jaranas.
“Los niños, de Gaza, no son una amenaza”, “¡Viva Palestina libre!”, “Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”, cantaron manifestantes, quienes acudieron a la marcha solos o en colectivos.
“¿Dónde están? No se ven, las sanciones a Israel”, cantaron cientos de voces durante la protesta. Llegando frente a la Cancillería, manifestantes exigieron que el gobierno mexicano corte las relaciones con Israel, como lo hizo el gobierno boliviano de Luis Arce, y como amenazó en hacerlo el colombiano Gustavo Petro.
A 30 días del ataque perpetrado por militantes armados de la organización islamista Hamás en Israel -en el que masacraron a mil 400 personas y tomaron a más de 240 rehenes-, la situación en Gaza sigue empeorando: el ejército israelí cortó la franja en dos, y bombardea masivamente la zona norte, en la que lanzó una invasión militar terrestre.
A pesar de los llamados a un cese el fuego de la comunidad internacional, especialmente de la ONU y del Papa Francisco, el gobierno de Netanyahu anunció que no parará su ofensiva hasta que Hamás esté erradicado.