Plaza Pública  El estado de la democracia en 2023 - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Latinobarómetro es una encuesta de opinión pública que se lleva a cabo en Latinoamérica (AL) desde 1995, con periodicidad anual y a veces bianual, llegando este año a 22 ediciones previas. El informe de 2023 destaca como principal hallazgo la existencia de algo que denomina “recesión democrática” en AL, entendida como una “reducción en el apoyo ciudadano a la democracia”. Para explicar esta “recesión” el informe sostiene que en toda la región (y no solo en ella, pues baste ver el caso de Trump y familia o del hijo de Biden en Estados Unidos, pero también Netanyau en Israel, solo por citar algunos casos notorios): “hay pocos países sin gobernantes acusados por corrupción…son las élites las que han fracasado en América Latina (y más allá) y son ellas las que han erosionado la fortaleza de las instituciones al intentar forzar las reglas del juego para quedarse en el poder”. Y también para enriquecerse, hay que agregar. La corrupción, el personalismo, la debilidad de los partidos, la polarización y el bajo desempeño de los gobiernos, son fenómenos todos que forman parte del mismo proceso de deterioro de la democracia, cuyo principal responsable es la clase política, señala dicho informe.

Por otro lado, y más allá del problema de “las élites” (a las que habría que caracterizar mejor para saber si también hablamos de las tecnocracias y de las meritocracias), los datos que ofrece la encuesta muestran un panorama con otros matices. Por ejemplo, que en toda la región, solo el 48% afirma que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, que es una disminución de 15 puntos porcentuales respecto del 63% de 2010. También podría decirse que la mitad de la población prefiere la democracia, pero se observa una tendencia creciente de indiferencia y una proporción constante de la población que vería con buenos ojos el autoritarismo bajo algunas circunstancias. Una métrica más que refleja la experiencia ciudadana concreta con la vida democrática, es la satisfacción con su funcionamiento. En toda AL, los niveles de satisfacción son bajos: 69% de insatisfacción promedio en toda la región y solo El Salvador (64%) y Uruguay (59%) muestran niveles de satisfacción superiores al 50% de la población.

En el caso de México, mientras que la ciudadanía evalúa a la democracia en términos negativos al compararla con otras formas de gobierno y expresar niveles de insatisfacción altos con su desempeño, también, al tiempo, está convencida de que es la mejor forma de gobierno posible. Así, hay una notable contradicción entre la democracia como experiencia y como idea. En 2023, dos terceras partes de la población de AL (66%) está de acuerdo en que “La democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno”. En México, ese porcentaje es del 71%, pero lejos del 81% registrado en el 2004. Se antoja favorable que en un contexto de desafección democrática en la región y en el mundo, tal como constatan otras encuestas globales como la de Open Society, sectores mayoritarios de la población mexicana sigan viendo a la democracia en sí misma como el mejor sistema de gobierno, aunque este apoyo quizá descanse más en el anhelo de una forma ideal de democracia que en su experiencia concreta.

Sin embargo en México sólo una de cada tres personas (35%) prefiere la democracia sobre cualquier otro tipo de gobierno. Aún más significativo es que otro tercio (33%) preferiría un régimen autoritario a otro democrático, once puntos porcentuales más en 2023 que en 2020, que es el incremento más alto a favor del autoritarismo de los 17 países que integran el Latinobarómetro. Solo 37% está satisfecho con la democracia (más del doble que el 16% del 2018, uno de los puntos más bajos de satisfacción desde la década de 1990), pero 61% se dice insatisfecho con su desempeño, con una tendencia decreciente de insatisfacción desde el 84% del 2018. Es decir que los niveles de satisfacción con la democracia son bajos. Agreguemos a estos resultados que 56% de la ciudadanía mexicana está de acuerdo en que: “un gobierno no democrático llegue al poder si resuelve los problemas” (54% en AL) y que 48% valora como aceptable que “en caso de dificultades está bien que el presidente controle los medios de comunicación” (36% en AL).

El resultado parece apuntar a que la ciudadanía apoya a la democracia como “ideal” de organización social y gobierno y confía en que la democracia es el mejor sistema para tomar decisiones colectivas. Pero al mismo tiempo sabe muy bien que en los hechos, es un sistema que no está funcionando del todo. Por eso tal vez estaría dispuesta a apoyar alternativas no democráticas si es que estas resuelven los problemas que le afectan.

Como posible forma de gobierno y como mecanismo para elegir autoridades y procesar los conflictos en pluralidad y con libertades cívicas la democracia se muestra al mismo tiempo tan deseable como incapaz de solucionar los problemas que le afectan cotidianamente a las personas. Así se hace evidente lo que algunos teóricos han definido como las “falsas promesas de la democracia”, mismas que separan el ideal democrático de la “democracia real”. ¿Qué pasa mientras tanto en otras regiones del mundo? ¿Cómo expandir y profundizar la democracia en AL, en México y en el mundo, ya que es el sistema “menos malo” de todos los conocidos hasta ahora?

@efpasillas


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