Una de las virtudes de los países con democracias consolidadas es la congruencia con las ideologías que representan y el cumplimiento a los programas de gobierno que ofertan. Y tienen que ceñirse al cumplimiento de sus propuestas ya que de no ser así el electorado castigará con todo el rigor de sus votos a quien no cumpla sus ofrecimientos de campaña o su programa de gobierno.
Una democracia fuerte requiere de ciudadanos informados que premien o castiguen a sus gobernantes dependiendo de los resultados que se obtengan en el ejercicio de gobierno. La relación entre fuerza política y electoral, depende de un electorado activo y vigilante del comportamiento de la clase política que lo representa.
Pero la democracia participativa y representativa es también un proceso complejo donde muchas de las veces los resultados de las fórmulas pueden ser contradictorias o puede haber trabas en el proceso representativo.
Esto es lo que está pasando en España. A pesar de que hubo un proceso electoral en 2023 donde la votación favoreció principalmente al Partido Popular con 136 escaños, le va a ser muy difícil poder gobernar ya que se necesita de 176 escaños para obtener la jefatura del gobierno.
Requieren de conformar alianzas con partidos con ideologías afines, en el caso de PP solo puede hacerlo con el partido de derecha extrema, pero Vox solo cuenta con 33 escaños y juntos no son suficientes para hacer gobierno.
En el caso del PSOE de Pedro Sánchez pasa un proceso similar, PSOE tiene alianza con un nuevo partido de centro izquierda SUMAR, con quien comparte el gobierno, pero tampoco tienen los escaños suficientes para lograr la investidura del gobierno.
Pedro Sánchez se ha visto obligado a entablar negociaciones con los independentistas. Junts per Catalunya logró en España 8 escaños, Barcelona 4 y Girona 2. Con estos votos Pedro Sánchez lograría hacer gobierno, el problema son las demandas de los diputados independentistas que son prácticamente imposibles de atender.
Ellos plantean el indulto a todos los dirigentes que han realizado movimientos para lograr la independencia de algunas regiones de España. Todos ellos tienen una condena para pasar un largo tiempo en la cárcel, principalmente los dirigentes de Cataluña.
Su segunda demanda es realizar un referéndum para que la población de estas regiones elija separarse o no del territorio español, y constituirse como naciones independientes. En el referéndum es totalmente posible que la mayoría de la población vote por la independencia y es un riesgo que no se puede correr.
La primera demanda, es decir, el indulto a los dirigentes, fue aceptada por Pedro Sánchez con un alto costo político, la segunda es totalmente inatendible porque es atentar contra la unidad nacional.
Ni Pedro Sánchez ni mucho menos Feijóo pueden ceder un sólo milímetro para aceptar que España deje de ser una sola nación, por lo tanto, se vislumbran de manera irremediable procesos electorales para diciembre próximo.
@normaglzz