- Antonia Ortiz, cariñosamente llamada Toñita acudió como invitada especial al Congreso Anual Retos y Desafíos en Materia de Derechos y Cultura del Envejecimiento, al ser la mujer más longeva en nuestro estado
- Toñita es madre de tres mujeres y un hombre, además, que tiene cerca de 20 nietos y cinco bisnietos
Antonia Ortiz Martínez es todo un ejemplo de vida, pues, a sus 105 años de vida le ha tocado ser parte de los cambios trascendentales que ha vivido el país, además sobrevivió a una pandemia, pues a pesar de su avanzada edad no enfermo y a la fecha se mantiene totalmente lucida y con buena salud.
Antonia Ortiz, cariñosamente llamada Toñita acudió como invitada especial al Congreso Anual Retos y Desafíos en Materia de Derechos y Cultura del Envejecimiento, al ser la mujer más longeva en nuestro estado, pues, el próximo 23 de febrero llega a los 106 años. Actualmente, Toñita vive al cuidado de su hijo Ramón Diaz Ortiz y de su nuera, Lila Pedroza Ruelas en la colonia Las Flores, en el centro de nuestra ciudad. Lila Pedroza, señala que vive con Toñita desde hace poco más de 53 años, pues su hijo fue quien decidió que viviera con ellos, luego de que sus hijas se casaran y formaran una familia propia.
Toñita es madre de tres mujeres y un hombre, además, que tiene cerca de 20 nietos y cinco bisnietos, quienes acuden a visitarla de manera recurrente, excepto, durante la pandemia, ya que pidió que nadie la visitara para guardar los cuidados respectivos durante el tiempo que el virus alcanzó su más alto nivel.
Lila comenta que Toñita es una mujer independiente, pues ella misma se lava su ropa, se baña y arregla su recamara “y eso ha sido desde siempre, ya que estuvo al cien por ciento dedicada a las labores del hogar”, platica.
Toñita en meses pasados fue diagnosticada con presión alta, pero su doctora la dio de alta en pocos días, según nos cuenta su nuera Lila, pues a pesar de que goza de buena salud, Toñita ya no escucha muy bien, por lo que al querer entrevistarla se limitó a esbozar una leve sonrisa. “Su único dolor y su sufrimiento es que sus hijas no viven con ella y dicen que me la heredaron, pero me siento contenta de estar con ella”, dice Lila.
Toñita vivió en la época de la Revolución, en la Guerra Cristera “y cuando se comían las plantas de los zapatos, ella está bien y no padece ninguna enfermedad y creo que su salud se debe a la alimentación que ha llevado”, dice su nuera.
Comenta que una de las actividades que de manera regular hace Toñita es acudir a misa, a los rosarios, pues “también su fe es la que la ha mantenido” asegura Lila, al tiempo que Toñita nos da la bendición.