La relatora para México de la CIDH, Esmeralda Arosemena de Troitiño, advirtió que la migración debe atenderse de manera regional en América y agregó que a México le ha tocado enfrentar “lo más fuerte”
La relatora para México de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Esmeralda Arosemena de Troitiño, advirtió que el problema de la migración es otra crisis humanitaria que debe atenderse de manera regional en América y agregó que a México le ha tocado enfrentar “lo más fuerte”. La funcionaria de la CIDH estuvo este viernes 22 en Coahuila para participar como panelista en el Observatorio Internacional de Derechos Humanos, donde se abordó el tema de las desapariciones.
Cuestionada sobre la problemática de miles de personas procedentes de naciones como Venezuela, Ecuador, Colombia, Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, entre otros países, que transitan por México para llegar a Estados Unidos, señaló que se trata de un “problema gravísimo”. “Es un problema en el que puede ser que México recoge el punto duro y más fuerte, pero es un problema regional y creo que los demás países deben tener conciencia de esta visión como región, porque la migración se desborda; el problema está desbordado”, señaló.
Al analizar el contexto actual de la migración señaló que no sólo se debe considerar el aspecto regional en el ámbito político, sino humanitario. “Como región tenemos que preguntarnos: ¿Qué queremos de América?, ¿Cuál es la situación de nuestros países cuando enfrentan estas crisis? Porque ésta es otra crisis a la que nos topamos como humanidad y tiene que ver con violaciones a derechos de los migrantes”.
Una realidad inimaginable
A la representante de la CIDH se le pidió su opinión sobre la llegada masiva de migrantes a la frontera de Coahuila, de los cuales casi 10 mil se encuentran en centros de detención de la ciudad de Eagle Pass, en Texas, donde se revisa su situación migratoria para determinar si se les concede o no el asilo, se les mantiene presos o se les deporta, y posteriormente si se les impedirá el ingreso a Estados Unidos durante varios años.
La relatora dijo que el encarcelamiento en el país de destino tiene la misma gravedad que lo que enfrentan los migrantes durante su travesía: difíciles condiciones geográficas, ambientales y de inseguridad.
Como ejemplo mencionó lo que pasa en Panamá al cruzar por la zona del Darién y que no es algo que pudiera imaginarse, porque se trata de una realidad crítica que a diario se observa. “Imaginémonos…. No, no podemos imaginarlos, porque es una realidad, y lo vemos en el Darien. Acá en Coahuila puede haber un desierto, y la gente se cubrirá poco del sol, pero allá es selva; animales salvajes y caminos intransitables”.
Apuntó que no es un problema sólo del país de origen, el de tránsito, el de destino o el de retorno, sino de toda la región, un problema que debe enfrentarse de manera articulada. “La región debe tener un plan. Así como queremos resolver la crisis forense, la crisis alimentaria, la crisis de la pandemia, tenemos que tener una visión de humanidad ante esta crisis migratoria”, concluyó.