Johannesburgo, Sudáfrica. 22 de agosto de 2023. De manera inesperada, el presidente de China, Xi Jinping, cancela su aparición en el Foro de Negocios BRICS. En su lugar, el ministro de Comercio, Wang Wentao, pronuncia el discurso preparado para el jefe de Estado asiático, en el que advierte que el mundo se dirige “al abismo de una nueva Guerra Fría”.
A continuación, y sin mencionar a los Estados Unidos, Wengtao comenta que existe “un país, obsesionado con mantener su hegemonía, que se ha salido de sus casillas para mutilar a los mercados emergentes y a los países en desarrollo”.
La escena arriba relatada sirve como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar los orígenes de los BRICS y el largo camino a su expansión, la cual finalmente sucedió en Johannesburgo, Sudáfrica.
El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov anunció su dimisión como presidente de la Unión Soviética; la bandera de la hoz y el martillo fue arriada del Kremlin y reemplazada por el lábaro tricolor de Rusia. Con esta simple acción, la Unión Soviética había dejado de existir.
Su sucesor legal, la Federación Rusa y su líder, Boris Yeltsin, enfrentaron en los años sucesivos una situación caótica: un movimiento separatista en Chechenia; el amago occidental a Serbia, tradicional aliado ruso; la hiperinflación; la corrupción rampante; y la desarticulación del aparato productivo.
Fue dentro de este caso que, en 1996, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Yevgueni Primakov, propuso la doctrina homónima, la cual preconiza que un mundo unipolar dominado por los Estados Unidos es inaceptable para Rusia. Para lograr este objetivo, la Federación Rusa debe seguir cinco principios1:
– Esencialidad de una política exterior rusa independiente.
– Construcción de un mundo multipolar gestionado por un concierto de las grandes potencias para ser un contrapeso a la visión unipolar estadounidense.
– Insistencia en la primacía rusa en el espacio post-soviético y dirigir la integración de la región euroasiática.
– Oposición a la expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN).
– Alianza con China.
Posteriormente, en 2001, el economista británico Jim O´Neill acuñó el término BRIC para referirse a las naciones emergentes de Brasil, Rusia, India y China, las cuales, desde su óptica, serían las economías emergentes que desempeñarán un rol primordial en la arquitectura geo-económica del siglo XXI2.
Así, de una idea rusa y del marketing británico, surgieron los BRIC, cuyos ministros de Relaciones Exteriores se reunieron por primera vez en septiembre de 2006, al margen del Gran Debate de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.
La primera reunión cumbre de los BRIC ocurrió en Ekaterimburgo, Rusia, en junio de 2009. En la ciudad rusa, los jefes de Gobierno acordaron reformar las instituciones financieras globales y discutieron cómo mejorar la cooperación del tetranomio.
En junio de 2011, la reunión plenaria tuvo lugar en Sanya, China y ahí se integró por primera vez como miembro con plenos derechos Sudáfrica. De esta manera, los BRIC se convirtieron en los BRICS.
En los años siguientes, los BRICS oscilaron entre: la confrontación de dos de sus principales miembros (China e India); el desinterés y desconfianza de uno de ellos (Brasil, mientras estuvo gobernado por Jair Bolsonaro); la creciente rivalidad entre China y Rusia con los Estados Unidos; y la pandemia de Covid-19.
Siendo Johannesburgo la primera reunión post-pandemia la expectación creció por conocer si habría una ronda de expansión y la participación presencial del mandatario ruso, Vladimir Putin, quien enfrenta cargos por parte de la Corte Penal Internacional.
Tras meses de negociaciones, se acordó que cada miembro BRIC apadrinaría a un país: Brasil recomendó a la Argentina; Rusia a Egipto; Sudáfrica a Etiopía; y entre China y Rusia validaron a Arabia Saudita, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
El escribano concluye: los BRICS, más los seis nuevos miembros, representan el 46 por ciento de la población mundial, el 37 por ciento del Producto Interno Bruto. Además, son una potencia energética (Arabia Saudita, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia) y un poder agroalimentario (Brasil y Rusia). Por último, se abren dos interrogantes: en el caso de que en Argentina gane la derecha o la ultraderecha, ¿seguirán siendo miembros del BRICS?; y, ¿cuál será el grado de desdolarización que aspiran lograr?
Aide-Mémoire. – Los recientes golpes de Estado en Níger y Gabón presuponen que la influencia francesa en sus antiguas colonias africanas está a punto de extinguirse.
Recursos consultados
1.- Rumer, Eugene. The Primakov (Not Gerasimov) Doctrine. Carnegie Endowment for International Peace, Washington, 2019, p. 5
2.- For Mr. BRIC, nations meeting a milestone https://money.cnn.com/2009/06/17/news/economy/goldman_sachs_jim_oneill_interview.fortune/index.htm