No… No me refiero a quien fuera el cuarto obispo diocesano, que gobernó esta porción del pueblo de Dios entre 1951 y 1984, en dos periodos distintos, sino a un homónimo suyo, nacido en la capital del norte de Aguascalientes, Rincón de Romos, actor, director escénico, dramaturgo, compositor…
Salvador se presentó el pasado fin de semana con el monólogo de su autoría La muerte del Girasol, al que pertenece la imagen, que versó sobre la vida, obra, apasionada locura y muerte del pintor neerlandés Vincent Van Gogh, ese personaje atormentado, creador de una obra monumental, esas pinturas alucinantes, de trazo fuerte, violento, plenas de color, con estrellas que parecen crear remolinos a su paso…
El montaje se escenificó en Casa Victoria, Espacio Cultural Alterno, ubicado en una antigua casona que se encuentra en la esquina norponiente de las calles de Victoria y Allende, y que en fecha próxima merecerá una atención exclusiva líneas aparte por parte de este aspirante a servidor de la palabra ilustrada.
De la voz de Salvador; de su expresión corporal, brotaron los fantasmas que animaron a este artista a lo largo de su vida, sus complejas relaciones personales, su locura, sus estadías en hospitales para enfermos mentales, hasta su trágica muerte.
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