El pasado jueves, presentamos en la sala de juicios orales de la UAA, el último libro de Francisco Ramírez, alías Pancho Riatas, como un pequeño homenaje que grupo editorial Kaos S. de R.L. y un servidor hacemos a uno de los grandes juristas de esta ciudad, a quien no solo le tenemos gran respeto por sus contribuciones a lo jurídico, sino a lo político y académico. Presentamos el libro Claudio Granados (a quien agradezco enormemente la impecable organización del evento) Everardo Rodríguez (con una exposición brillante), el suscrito y el propio autor.
A mí, además me tocó prologar y hacer la selección de los textos. Es complicado hacer esto cuando se trata de alguien que fungió como tu profesor en la universidad, máxime cuando ese maestro era lo que se conoce como una vaca sagrada, y se dice así, no solo por la importancia del profesor, sus años en la carrera, sino además porque su perfil profesional y su gran capacidad de docencia, lo transformaba en uno de esos catedráticos que es difícil olvidar, porque enseñan con vocación y convicción. Al maestro Francisco Ramírez Martínez, además le distinguen otras cualidades para ser vaca sagrada: conoce la teoría, lo mismo clásicos que autores recientes; maneja el derecho positivo de forma magistral, por ello, no solo es docente, sino que se desempeñó en la mayoría de las facetas de abogado: litigante, legislador, alcalde, autoridad universitaria, defensor de oficio y primer Director del CERESO, miembro del primer Consejo de la Judicatura y un largo etcétera.
Cuando me enfrasqué por primera vez en la idea de ser editor, comencé en la carrera de Derecho de la UAA una revista semestral: Epiqueia, justicia y ley en lo concreto, por supuesto que Francisco Ramírez tenía que escribir y en aquella ocasión me regaló el texto La constitución local y la acción de inconstitucionalidad por allá del año 2000, que aparece en el número uno de aquella mítica revista. Años después coincidimos en el trabajo, primero en el Congreso del Estado en la LX Legislatura cuando él fue secretario general y yo fungía como asesor de la Comisión de Vigilancia; después en la campaña a la gubernatura del 2016, nuestro lazo se estrechó más, fuimos representante propietario y suplente en el Consejo General del Instituto Estatal Electoral de la alianza que encabezó el PRI; una accidentada elección donde fuimos responsables de plantear un juicio de nulidad muy importante, en torno a la injerencia de la iglesia en las elecciones; y aunque terminamos perdiendo la elección, dimos sendas y honorables batallas desde lo jurídico.
En 2014, edité un libro de él, Apuntamientos de derechos fundamentales, uno de los primeros tratados que comenzaron a analizar el cambio de garantías individuales a derechos humanos que había experimentado el constitucionalismo mexicano; con el prodigio de su amistad, hace unos meses en alguno de esos desayunos de charla deliciosa, me contó que tenía varios ensayos guardados, algunos completos otros con algunos detalles, y le pedí que me dejará hacer una selección y editarlos. El resultado es justamente este espléndido libro que solo refleja una pequeña parte de lo que ha escrito nuestro querido maestro Francisco Ramírez Martínez.
La presentación estuvo repleta de amigos y familiares del profesor, pero además estudiantes y académicos; fue una deliciosa tarde. Debo cerrar dando agradecimientos al presidente municipal de Pabellón de Arteaga, Humberto Ambriz Delgadillo, por todo el apoyo que brindó para hacer posible que este libro viera la luz pública. No resta sino invitarlos a disfrutar esta minúscula muestra del gran acervo jurídico y cultural del gran profesor constitucionalista, si alguien quiere comprar el libro, puede enviarme un correo o acudir a la Librería de los Escritores.