Estimados lectores: Por lo general entrego mis colaboraciones al periódico por lo menos con una revisión apresurada, oportunidad que no tuve con la de la semana pasada. Al final de la presente incluyo dos omisiones y un complemento esperando que le sean de utilidad, pues son las fallas más relevantes que encontré; hay muchas más, pero con excepción de un párrafo y medio que desapareció con las prisas, en su mayoría no alteran sensiblemente el contenido. Continuamos.
Cuando Napoleón destruyó el Sacro Imperio Romano Germánico (o Primer Reich) arrebatando al Papa el instrumento con que había mantenido el control de Europa durante mil años, Francia, que había concentrado la esencia del liberalismo en la Enciclopedia, abrió el camino para abolir la monarquía y sustituirla por la República democrática, que al organizar el gobierno con tres poderes en manos de los ciudadanos dejó al margen a la Iglesia, con el paso libre solo para ejercer el poder espiritual que el Estado no pretende controlar.
Pero bien sabemos que Napoleón no derrotó al Sacro Imperio Romano Germánico así como así. Hay antecedentes que explican su debilitamiento: más ocupado en alcanzar más triunfos que derrotas en el terreno temporal que en el espiritual, el Papa fue descuidando su misión evangelizadora, al grado de que -también como consecuencia de la Revolución Científica fortalecida por los grandes descubrimientos geográficos realizados por Europa- empezaron a surgir movimientos como el Humanismo, que en una primera instancia utilizaba un lenguaje puramente filosófico para evitar cualquier tipo de enfrentamiento con Roma; luego brotó la Reforma protestante que pretendía el retorno al sentido original de las sagradas escrituras, que ante la respuesta violenta de Roma con la Contrarreforma y la radicalización de la Inquisición, los gobiernos de los países nórdicos aprovecharon para marcar la mayor distancia posible, consolidando su independencia de Roma, debilitada aún más con el hecho de que sus aliados, los pueblos germánicos, fueron precisamente los que fundaron el protestantismo.
Napoleón, en su propósito de convertir a Francia en la primera potencia, se propuso y logró destruir el vetusto Sacro Imperio Romano Germánico, después de una sorprendente batalla en los últimos días de 1805 contra la poderosa coalición integrada, entre otras, con fuerzas de los imperios británico y ruso, comandadas por el Emperador Francisco II de Austria -asiento político del Sacro Imperio- en la famosa batalla de Austerlitz en Diciembre de 1805.
A raíz de eso fue que Napoleón incorporó a la Universidad en la estructura del sistema educativo francés de institutos científicos, tecnológicos y politécnicos que la Revolución Francesa ya había iniciado, al eliminar la Escolástica con su carga religiosa y establecer el sistema liberal de enseñanza, basado en el método científico, con la ventaja sobre el área tecnológica de incluir la filosofía, la biología, las ciencias sociales, las artes y demás materias que el terreno de la tecnología orientada al desarrollo económico no contemplaba.
Pero lo que queremos destacar el día de hoy es el otro gran acontecimiento histórico de carácter académico ocurrido casi simultáneamente con el de la Universidad Napoleónica de 1806 que, si bien fue la primera novedad universitaria del siglo XIX, no fue la única ni, tampoco, la más importante. Veamos:
LA UNIVERSIDAD ALEMANA
Casi simultáneamente surgió otro modelo de Universidad: la alemana, con la fundación de la de Berlín en 1810, creada y puesta a funcionar bajo la conducción del barón Wilhelm (Guillermo) von Humboldt -hermano de Alexander, el explorador, etnólogo, filólogo, cartógrafo, astrónomo, botánico, zoólogo y etcétera que recorrió nuestro Continente, el que por primera vez fue dado a conocer al mundo en todo su esplendor.
Guillermo ocupó importantes cargos en el gobierno, pero fue en el campo de la diplomacia y sobre todo en el de la educación -al ocupar el ministerio de Educación Pública- donde materializó su máxima creación: la nueva Universidad, cuyas características principales me permito reproducir en una selección de valiosas opiniones de lo que Claude Piché califica como “prototipo de la Universidad moderna”:
Por su parte, Francisco Muscará nos dice: “…el hombre deja de ser el centro de preocupación y, en su lugar, se prestó mayor atención a la investigación sobre el mundo. Este fue el modelo universitario que promovió Guillermo Humboldt en la Universidad de Berlín (1809). La enseñanza verbal, en tanto transmisión de un “corpus” doctrinal, fue sustituida por la observación, la experimentación y el “saber aprender”.i
En un documento de la Universidad de Berlín encontré lo siguiente:
“Debido en parte a la influencia del científico natural Alexander von Humboldt, la universidad exploró la introducción de muchas nuevas disciplinas…” La química. la física, las matemáticas, la medicina, etc., “… un total de 29 ganadores del Premio Nobel hicieron alguna parte de su trabajo científico en la universidad en Berlín, incluyendo a Albert Einstein, Emil Fischer, Max Planck … Y mucha gente famosa tal como Heinrich Heine… Ludwig Feuerbach, Otto von Bismarck… Karl Marx… pertenecieron también al ‘Alma mater’ de Berlín. Heinrich Mann era el doctor honorario mayor de la universidad después del fin de la Segunda Guerra Mundial… Pero la reforma fue realista al introducir otra innovación radical: para los maestros la universidad debía dejar de ser un lugar de paso, era menester que se dedicaran por entero a la labor académica… La Universidad Humboldtiana se convirtió en el modelo de las universidades germanas, y Alemania, con el mayor número de universidades por habitantes, pasó a la cabeza en el campo científico.”ii
En la próxima colaboración terminaremos esta reproducción con la explicación clara acerca de por qué Jesús Terán conoció la gran importancia del surgimiento de la Universidad berlinesa creada y establecida por Guillermo de Humboldt y su gran equipo de trabajo.
Por la unidad en la diversidad
Aguascalientes, México, América Latina
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Fe de erratas
Correspondiente al número 21 de la serie El Instituto y el Positivismo publicada el viernes 11 de Agosto de 2023:
– Galileo Galilei. Es el nombre del sabio astrónomo condenado por la Inquisición por afirmar que la Tierra era redonda y giraba en forma permanente.
– Robert Lansing es el nombre de quien fuera secretario de Estado del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, quien radiografió certeramente a esa clase de “mexicanos” discípulos de Judas Izcariote que han cumplido cabalmente su vaticinio.
– Neoliberalismo. El liberalismo económico que propició la Revolución Científica y ésta la Revolución Industrial, terminó convirtiéndose en el Capitalismo y éste en el Imperialismo financiero, actualmente conocido con el eufemístico y engañoso nombre de Neoliberalismo.
i “Paradigmas universitarios a través del tiempo”.
ii Humboldt Universität zu Berlin. http://www.hu-berlin.de