Porfirio Muñoz Ledo/ Bajo presión  - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Lamento profundamente la muerte de Porfirio Muñoz Ledo y no me parece exagerado señalar que su fallecimiento marca el fin de una era, la de los políticos profesionales.

La obcecación es contraria a la sabiduría y nociva para los quehaceres del Estado, que si bien exigen firmeza, demandan asimismo flexibilidad, imaginación y acatamiento al veredicto electoral. Saber gobernar es también saber escuchar y saber rectificar. El ejercicio democrático del poder es, ciertamente, mandar obedeciendo.

Lo que en última instancia significa el cambio democrático es la mutación del súbdito en ciudadano. Ninguna ocasión mejor que ésta para evocar el llamado que, en los albores del parlamentarismo, la justicia mayor de Aragón, hacía el entonces monarca para exigirle respeto a los derechos de sus compatriotas: ‘Nosotros, que cada uno somos tanto como vos y todos juntos valemos más que vos’” dijo Muñoz Ledo en la respuesta al tercer informe de gobierno del presidente Ernesto Zedillo, y a mí me emocionó la expresión de la utilidad del cambio democrático en la transformación del súbdito a ciudadano, esa idea es la que guía mi interés en la vida social y cultural de mi país.

Estoy convencido de que ser ciudadano no es simplemente alcanzar la mayoría de edad y ejercer los derechos que nos corresponden, el ejercicio de la ciudadanía conlleva, en primera instancia, el respeto de los derechos de los otros y ejercer al mismo tiempo los derechos y obligaciones que se adquieren al ser considerado adulto.

Sin importar la trinchera desde la que lo hiciera, Muñoz Ledo siempre destacaba por el discurso pedagógico, más allá de sus dotes como orador, invariablemente, asumía que una de las tareas del político es promover la participación ciudadana a través del intercambio de ideas, y lo hacía con un absoluto respeto a la inteligencia de su auditorio, no banalizaba su mensaje, tampoco simplificaba para hablarle al pueblo, si creía que algún concepto podía ser difícil de interpretar lo explicaba.

Porfirio Muñoz Ledo se asumía como un político profesional y desde ahí hablaba, por eso considero que no es exagerado indicar el fin de una era, porque lo de hoy es buscar la simpatía de los electores a través de la imagen simplona de declararse del pueblo o venderse como ciudadano no relacionado con la política.

Muere Muñoz Ledo en un momento en que el sistema de partidos en México requiere un cambio radical y es necesario aportar ideas al debate en el diálogo público para promover la participación ciudadana, y muy pocos lo están haciendo porque temen enfrentar el rechazo que conlleva declararse político profesional.

Es obvio que la corrupción ha generado un alto desprecio a los políticos y al ejercicio de la misma, de ahí que quienes desean un cargo público lo primero que hacen es declarar que no son políticos, como si ejercer la ciudadanía no estuviera relacionado con la política.

Al encontrarnos con algún desperfecto en casa o ante la enfermedad, si la solución está fuera de nuestro alcance, lo más sensato es acudir a un especialista, en política no opera la misma lógica, quienes nos quieren gobernar o representar prefieren despertar simpatía ofreciendo ser tanto o más ignorantes que nosotros, pero tienen ganas de encontrar una solución, un ciego guiando a otros ciegos pero con muchas ganas de hacerlo.


El acceso al conocimiento infinito que implica internet no nos ha servido para tomar las mejores decisiones, ayuda, por supuesto para buscar soluciones que nosotros mismos podemos aplicar, pero estoy pensando en una llave que gotea o una puerta que no cierra adecuadamente, aún no encuentro la lógica de quien, ante una enfermedad, busca un remedio o medicamento en internet, además, la red está llena de charlatanes que recomiendan curas milagrosas o recomiendan medicamentos sin la certificación para hacerlo; así es la oferta política en este momento, nadie quiere decir que ha estudiado, se ha preparado y sus habilidades están probadas, se presentan como la solución a un problema porque lo ven con los mismos ojos que uno y todo consiste en ganarse la confianza de la gente simulando que son como cualquier otro.

Hacen falta ideas y profesionales, no pueblo con ganas, hombres y mujeres que ejerzan la ciudadanía haciendo política.

Coda. “Que esta igualdad en que hoy descansa el equilibrio de las instituciones de la República se convierta en la forma de vida que heredemos a las futuras generaciones de mexicanos. Remontemos las comarcas de la intolerancia; mostremos a todos que somos capaces de edificar, en la fraternidad y con el arma suprema de la razón, una patria para todos”, Muñoz Ledo en la respuesta a ese informe de Zedillo el 1 de septiembre de 1997.


@aldan


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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