“Nuestra concepción de la realidad está basada en interpretaciones muy lejanas a esta misma”.
Estimado lector de este reconocido medio LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana y del mismo modo agradecer infinitamente su tiempo y disposición para dar lectura a esta columna semana tras semana, en verdad muchas gracias. Recientemente di lectura a una obra de Byun -Chul Han, el sur coreano, quien es profesor de filosofía y estudios culturales en la universidad de Berlín, su arista resulta verdaderamente interesante ya que plasma el vínculo político, social, económico en alusión a la interacción que se genera con la comunicación de los seres humanos en el siglo XXI.
Algo ha caracterizado a las últimas décadas y es la deconstrucción de los meta discursos, se derrumban a pasos agigantados, poco a poco las personas comienzan a dejar de ser sujetos para ser individuos, y esto tiene que ver, con que la gente ya no tiene que creer en la religión para poder aspirar a irse al cielo, la gente ya no tiene que creer en la moral si persigue el capital, el núcleo de las familias se desintegra, las personas se aglutinan e interactúan de modos distintos, incluso cuestiones como el género, la identidad sexual, casi todo se de construye.
El régimen de la información es un dominio inapelable, el factor decisivo para obtener poder no es ahora la posesión de medios de producción, sino el acceso a la información, la dominación se consuma en el momento en que la libertad y la vigilancia se aúnan, el régimen de la información se desenvuelve sin ningún tipo de restricción disciplinaria, es como una prisión digital que envuelve a todas las personas y por medio de sus distintos alcances permea en la información que cada persona recibe. La ideología como narración expone una explicación ante lo que ocurre, no obstante, el régimen de la información aísla a las personas.
Cuando hablamos de la democracia como un sistema en donde la mayoría es la que tiene el poder decisión, es menester preguntarnos ¿Con base en qué información se toman esas decisiones? Aquí es en donde entran los medios de comunicación, pero en las postreras décadas ha existido un auge con las redes sociales como mecanismo para difundir la información y los datos referentes a la circunstancia, si a eso le agregamos el comportamiento de los algoritmos y la ausencia del pensamiento crítico, nos encontramos ante una elevada problemática que reside en que la verdad se aleja por el modismo, el algo similar al círculo hermenéutico de Ricoeur, en donde extiende la relación entre lo bueno, lo justo, y la ética acuñada a una comunidad.
En tanto que la sociedad define ciertos parámetros de manera inconsciente sobre la interpretación de los hechos, quien tiene y divulga la información genera un efecto comunicativo poco objetivo y mucho menos puntual, lo que nos lleva al nihilismo y a la subjetividad. En la medida en la que la información no tenga un rigor y un equilibrio, y del mismo modo quien recibe la información no tenga el criterio para discernir y dilucidar los datos, se presentará una situación bastante compleja, pues todo se diluye, todo se derrumba.
La digitalización avanza inexorablemente. Aturdidos por el frenesí de la comunicación y la información, nos sentimos impotentes ante el tsunami de datos que despliegan las fuerzas destructivas y deformantes de la verdad. Hoy la digitalización también afecta a la esfera política y provoca graves trastornos en el proceso democrático. Las campañas electorales son guerras de información que se libran en el campo de la inconsciencia, conlleva todos los medios técnicos y psicológicos imaginables.
“En el Estado totalitario construido sobre una mentira total, decir la verdad es un acto revolucionario. El coraje de decir la verdad distingue la parresista. Sin embargo, en la sociedad de la información posfactual, el pathos de la verdad no va a ninguna parte”. Byung Chul Han.
Estimado lector creo que nos encontramos en un momento seriamente crítico sobre la objetividad y los procesos políticos, su relación vertical con la interacción social es la teoría del espiral del silencio de Newman, es la ceguera que menciona Saramago, los datos nos avasallan. La gente se preocupa por el desplazamiento laboral que generará la inteligencia artificial, pero no nos estamos ocupando de pensar y discernir, eso nadie lo hará por nosotros.
Se pierde en el ruido secular de la información. La verdad se desintegra en polvo informativo arrastrado por el viento digital. La verdad habrá sido un episodio muy breve en nuestra historia.
In silentio mei verba, la palabra es poder.