Durante los cuatro años anteriores de la presente Administración Federal, hemos presenciado un cansino y sofista round gubernamental de sombra -absolutamente en solitario-, de bravatas sin adversario real a la vista. Es a partir del último quinto año que estamos viendo el surgimiento de un colectivo importante de la sociedad civil que ensaya de articular un frente de auténtica oposición al régimen autoritario en funciones, amén de desastroso para las instituciones del país. Digámoslo sin estridencias, se trata de una sociedad civil que está pronunciando una voz inequívoca para disentir del actual estado de cosas en la vida pública, acompañada de la organización pro-activa para inducir el cambio que anhela, más allá de cortapisas doctrinarias, seducciones fáusticas y ostensibles mentiras facciosas.
A partir de un sólido punto de partida, sugerido por el análisis social, el proceso electoral mexicano de junio 2021 se marcó el ‘corte histórico’ en la toma de conciencia de la sociedad nacional, bajo cuyo dinamismo se desprende el surgimiento del colectivo: Frente Cívico Nacional, FCN (a primeros días de julio, 2022), una iniciativa ciudadana que reivindica las demandas de inclusión, prosperidad, libertad, igualdad, paz y justicia (Ver: [email protected] /manifiesto). Organizaciones autónomas de la sociedad civil asumen esta iniciativa, acusando recibo de la inquietud ciudadana manifiesta por un gran conjunto disidente del estado dominante en la cosa pública, impuesto por el bloque en el poder instalado en Palacio Nacional. En opinión del economista Jesús Reyes Heroles: “No se trata solo de una alianza electoral, sino también parlamentaria y de gobierno, (…) de edificar un país mejor, civil y laico, corrigiendo errores de las políticas públicas de administraciones anteriores a la 4T, y también cometidos por el gobierno de AMLO y su partido” (Tuit en referencia al pasado 2 de julio, 2022, asamblea fundacional del FCN).
Resulta crítico recordar que en plena transición política mexicana que registró el punto inaugural del siglo XXI, año 2000, con el triunfo presidencial de Vicente Fox Quesada, surgieron con fuerza a la escena pública las llamadas ONG’s, organizaciones no gubernamentales, como instancias de participación social en temas específicos de interés para el desarrollo socio-político y económico -constatado a nivel mundial- y, por tanto, en México. Tras doce años de alternancia panista en el poder, regresa un sexenio priísta de nueva cuenta, bajo el cariz inclusivo de un “pacto por México”, en cuyo decurso continúa la presencia de la participación ciudadana, bajo las siglas de OSC’s (organizaciones de la sociedad civil). Este es el antecedente de lo que hoy identificamos de manera genérica como: “sociedad civil”. Y es el rostro que hoy vemos en el frente citado.
Esta presencia inédita, en la escena política dominada por López Obrador-Morena, rompe un largo silencio y prorrumpe con su voz activa, al reeditar una nueva configuración: El martes 11 de octubre, se publicita el nacimiento de la alianza ciudadana “Unid@s”, (que la fuente Latinus de octubre 11, 2022 reseña como): Las organizaciones Frente Cívico Nacional, Poder Ciudadano, Sí por México, Sociedad Civil México y Unidos por México, hicieron un llamado a “a trazar la ruta para llevar a México hacia un destino” rumbo a las siguientes elecciones presidenciales”. Que se plantea dos grandes objetivos: “Organizaciones civiles convocaron este martes a construir una candidatura única de oposición para las elecciones de 2024 e implementar una defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), ante la reforma electoral presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de la plataforma Unid@s”. A partir de esta fusión comienza a destacar como actor importante el empresario Claudio X. González. Jr.
La recepción en influyentes medios de comunicación no fue muy halagüeña. el programa televisivo Financiero Bloomberg, Al Cierre, con Leonardo Courkchenko, (miércoles 12 de octubre, 2022), a él y a sus colaboradores -entre los que participó Edna Jaime de México Evalúa-, les pareció que ese anuncio duraría lo que la flor de un día; apenas un suspiro que no presentaba visos de permanencia ante la primera arremetida o embestida airada del residente de Palacio Nacional, Andrés Manuel. Ya que personajes muy conocidos y provenientes de la derecha tradicional, sobre todo panista, se ostentaron en tal anuncio, como líderes de dicho movimiento frentista. No obstante, la más benigna en los juicios fue Edna Jaime quien, siendo representante distinguida de una OSC, organización de la Sociedad Civil, entiende que es un esfuerzo loable de los ciudadanos conscientes de la honda problemática del país, y que tienen deseos de participar activamente en favor de su país; impulsó, sin embargo, que no podrán ellos por sí mismos llevar al cabo, ya que compete sólo a los partidos políticos acreditados el derecho concitar al voto y ser votados.
El registro sucesivo de fenómenos socio-políticos ligados a estas iniciativas de la sociedad, no ha estado exento de conflictos, críticas y debates que han propiciado fuego enemigo -desde luego-, pero también desde lo interno o “fuego amigo”; constatación aplicable a los dos grandes colectivos en contradicción, en la 4T.
- Primer elemento estratégico. – Así lo hemos visto cuando surge con gran impulso la iniciativa -de primera instancia- de conformar un Comité Electoral Ciudadano, CEC, de “Va por México”, pero en el curso de tres semanas (Cfr. Sin embargo,25 de junio, 2023) fueron cambiando los términos, al punto que, expresa el politólogo Sergio Aguayo: Los partidos políticos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) cambiaron las reglas y contaminaron el proceso de selección, supuestamente ciudadanizado, para elegir a un candidato presidencial para 2024. – “Este sábado fuimos informados que estábamos invitados a ser parte de un grupo de observadores de un proceso cerrado controlado por los partidos”. // Como los términos son inaceptables y difieren de los originales, les informé de mi retiro de la iniciativa, no fui el único” (y así renunció prácticamente la mitad de los miembros invitados al CEC (el mini-INE) de la coalición //.
La propuesta original del FCN consistía en una campaña nacional de recolectar adhesiones, bajo metodología del INE y con sus propias plataformas de plena identificación con datos personales, en una elección Primaria inédita, para facilitar que los ciudadanos de México expresemos nuestro asentimiento para elegir a un candidato único, que compita con el que proponga Morena. Este proceso organizacional lo vimos en la conformación del Frente Amplio por México, que mereció una buena recepción por los simpatizantes, en tanto que lanzamiento de una “elección primaria”, inédita en los procesos electorales de México. Ahora, al parecer, queda una fórmula híbrida en que, digamos, la sociedad civil propone, pero los partidos políticos coaligados luego disponen… o al menos así parece.
- Segundo elemento estratégico. – //Un mejor futuro para México pasa por incidir en decisiones estratégicas de la elección presidencial 2024 para lo cual debemos organizarnos en la elaboración de un plan y programa alternativo para el futuro que propicie la organización social y política que haga posible su aplicación//. (Fuente: @FCN.mx / https://www.facebook.com/frenteciviconacional.mx/). Este segundo elemento convergente, ya tiene paternidad, a consecuencia de la baja del economista José Ángel Gurría como contendiente por la candidatura a la Presidencia, pero que ahora acepta encabezar la elaboración del nuevo plan estratégico para México.
Estas dos estrategias centrales: a) La definición de una candidatura única -bajo la técnica profesional y científica al uso por el INE, en consulta popular- en torno a la cual se aglutine toda la ciudadanía que comparta el proyecto de cambio antitético a la 4T. b) La construcción plural y conjunta, consensuada, de un programa de gobierno de coalición. Constituyen sin duda, un ambicioso proyecto de cambio sobre el ruinoso programa institucional instrumentado por el régimen López-obradorista. Decisiones estratégicas que sin duda abren un horizonte de esperanza cierta en un futuro viable y sostenible para México.
III. Inferencias aplicables. – Primera, el folklore no reemplaza un juicio crítico apegado al método científico. El Folklore es manifestación característica de la cultura popular; de manera que cualquier expresión artística emanada del folklore no se sujeta a normas estrictas, ni reglas predeterminadas, ni protocolos del “estado del Arte”, de manera que tanto en su concepción como en su interpretación o género expresivo campea la libertad del artesano o artista para plasmar su obra, sea: la melodía -el corrido, la balada, el jarabe, el huapango, etc.-, el bailable -danzas tradicionales, rituales o festivas, los desfiles, las peregrinaciones-; la pintura -arte naïve, figurativo o simbólico-, escultura -alebrijes, cerámica, orfebrería-; la traza urbana; los mercados; los templos; los recintos públicos; las plazas; las esculturas, la estética personal, el vestido, los medios de transportación… etc., son producto de la libre imaginación y creatividad espontánea de sus creadores, sin apremio de códigos ni patrones impositivos.
En la dinámica política, sin embargo, que viene a ser la fuente normante de la comunidad o sociedad, no aplica la expresión folklórica, para la cual las cosas “están separadas” por definición, no requieren estar “juntas”, no existe el orden riguroso, ni el sistema capaz de homogenizar a las partes en un todo. En la Política, las cosas definitivamente están integradas en un todo y deben ocupar el lugar y función propia para la que fueron creadas; de otro modo son elementos disruptivos del sistema, y quebrantan el funcionamiento armónico de la unidad entera a la cual debieran servir. Por ello son rigurosamente regidos por la lógica interna que les da sentido de pertenencia y coherencia con respecto a integración del todo. Por ello, el imperativo científico viene a ser antitético del Folklore.
Segunda inferencia, el irremplazable papel de la negociación positiva. Quienes no participamos directamente en el acuerdo o pacto de la alianza opositora que funda el Frente Amplio por México, notamos que las dos partes actoras, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, para alcanzar el pacto que es dado a conocer, hubieron de negociar -al parecer arduamente- sus respectivas condiciones. Sin embargo y, aun desconociendo las “divisas” (bienes o valores ofrecidos en intercambio), para intentar satisfacer las necesidades respectivas a cada colectivo y así poder acordar; por los resultados obtenidos y publicados, podemos inferir que se trata de un cambio asimétrico (antes sólo prevalecía el Comité Electoral Ciudadano): los partidos políticos ganan un espacio de decisión que, de origen, sólo pertenecía a las OSC’s, puesto que éstas pretendían llevar a cabo una “Primaria” ciudadana -sin cortapisas, ni prebendas partidistas-, en libre manifestación de voto universal y secreto; “divisa u objetivo de negociación” que, al final, modificaron bajo las condicionales propuestas por los partidos, en el hecho de asignar tramos de decisión y facultades normativas que, antes del pacto, no tenían.
No obstante, las OSC’s también ganan, en la medida que las facultades constitucionales otorgadas exclusivamente a los partidos, en el asunto electoral, son compartidas con ellas, para efectos de legalidad, financiamiento y adopción de representatividad ciudadana. En razón de este avenimiento “concesivo” algunos actores notables de la sociedad prefirieron excluirse de la contienda bajo estas obligaciones contractuales. De manera que podemos discutir si las OSC’s podrían ir solas en la Primaria, y luego pactar una representación política con la alianza partidista, llevando como divisa fuerte al Candidato-a a la Presidencia; o bien, como sucedió, pactar de antemano la satisfacción de necesidades y beneficios a recibir, e ir juntos -en la suerte resultante- contra el adversario del colectivo oficial. Recordemos, a manera de corolario, que una “negociación positiva” se define como la satisfacción de las necesidades vitales de ambas partes, sin predominio o factor determinante de sumas aritméticamente iguales o estrictamente proporcionales en razón de cantidad. De lo que se infiere el valor superior de la calidad del bien o valor pactado. Diseñe Ud., sus hipótesis plausibles e infiera la calidad de sus resultados obtenidos.