Continuidad
Lo volvió a hacer Morena, toda cambia para quedar exactamente igual, porque esa es la conclusión evidente tras la presentación del “Acuerdo del Consejo Nacional de Morena para que de manera imparcial, democrática, unitaria y transparente se logre profundizar y dar continuidad a la Cuarta Transformación de la vida pública de México”, larguísimo título que empleó Alfonso Durazo para devolverle el control absoluto de la sucesión presidencial a Andrés Manuel López Obrador; no hubo ninguna sorpresa en el anuncio, serán sólo seis aspirantes, cuatro de Morena: Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Ebrard Casaubon, Adán Augusto López Hernández; y Ricardo Monreal Ávila; Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo y Manuel Velasco Coello, del Verde Ecologista de México. Todos participarán en una encuesta, ninguno podrá referirse a los otros contendientes, no habrá debates entre ellos, tienen prohibido hablar con la prensa “enemiga” de la Cuarta Transformación y están obligados a realizar recorridos por todo el país. Los resultados de la encuesta que será una especie de votación, se darán a conocer el 6 de septiembre, día en que, quien decida el presidente asumirá como lema de campaña “Continuidad con cambio”, es decir, el establecimiento del maximato lopezobradorista.
Cash
Tal como se estableció en el acuerdo leído por el presidente del Consejo Nacional de Morena, Alfonso Durazo y reiterado por Mario Delgado, los seis aspirantes tienen prohibido debatir entre ellos, hablar con los “medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”, sólo se les dio permiso de realizar recorridos por todo el país para encontrarse con el morenaje, eso sí, no dijeron con qué dinero lo van a realizar, nomás aseguraron que Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal, Fernández Noroña, y Manuel Velasco también deben abstenerse de “realizar pactos con grupos de interés político, económico, mediático, o delictivo” y “rechazar cualquier asociación con intereses u organizaciones extranjeras”, o sea que podemos esperar que el financiamiento sigan siendo los sobres amarillos.
Chitón
Las restricciones del acuerdo no sólo son para los aspirantes, de aquí a que se levante la encuesta nadie podrá “intervenir” en el proceso de selección, nadie, ni Andrés Manuel López Obrador y los miembros de su gabinete, ni los gobernadores y presidentes municipales y sus colaboradores; tampoco los coordinadores de las bancadas de Morena en el Poder Legislativo federal y estatales, es más, nadie con un cargo de dirigencia nacional o estatal de Morena, y los integrantes de las comisiones de Elecciones y Encuestas. O sea que todos se deberán quedar calladitos de aquí al 6 de septiembre, lo que francamente nos cuesta trabajo creer, pues aunque López Obrador pudiera reservarse, nunca falta el morenita que se presente como el intérprete de la voluntad presidencial; o quienes tiran la piedra y esconden la mano borrando sus tuits, como hicieron los gobernadores que el sábado manifestaron su entusiasmo y apoyo a Claudia Sheinbaum en Twitter, pero luego borraron sus mensajes, al menos así lo hicieron los mandatarios de Guerrero, Evelyn Salgado; Campeche, Layda Sansores; Quintana Roo, Mara Lezama; Oaxaca, Salomón Jara, y de Tamaulipas, Américo Villarreal.
Arreglo
El acuerdo presentado por Alfonso Durazo y Mario Delgado, al final es un simple arreglo entre López Obrador y sus corcholatas, para asegurar que sea cual sea el resultado de la encuesta, todos tendrán asegurado su huesito, los perdedores tendrán un lugarcito en la campaña y Morena les asegurará las candidaturas al Senado y la Cámara de Diputados, quesque para que desde ahí impulsen el movimiento; en la reunión que sostuvo López Obrador con sus cuates en El Mayor les recordó que él había sido candidato tres veces y dicen que les dijo que todos eran muy jóvenes como para que si no quedaban en esta, podían ir en la siguiente, ya cada quién decidirá a cuál de sus cuatro consentidos dirigió este guiño, si era una palmadita a Claudia Sheinbaum o un espaldarazo a Marcelo Ebrard; lo que es evidente es que, sea quien sea el sucesor del presidente, si es de Morena, está obligado a seguirlo haciendo como si López Obrador continuara viviendo en Palacio Nacional y no en La Chingada, como ha prometido.
Sumisión
Tras la difusión del acuerdo, los seis aspirantes mostraron el nivel de sumisión de la que son capaces, sólo Marcelo Ebrard y Gerardo Fernández Noroña se atrevieron a mostrar tibiamente su inconformidad, el canciller dijo que va a seguir insistiendo en que se realicen debates, lo mismo hizo el diputado petista, quien consideró que el piso parejo no existe, pero aceptó la convocatoria porque de otra manera no podría participar en el proceso; pero fueron declaraciones al calor de la firma de las reglas, cuando la dirigencia de Morena les recuerde que no pueden hablar del proceso, regresarán al silencio solicitado.
Prueba
A quién es más difícil creerle que no intervendrá en el proceso es a López Obrador, quien fue abordado tras su gira por la región huasteca donde prometió internet para todos y evadió a los preguntones que lo siguieron hasta el auto preguntándole que qué pensaba de las reglas a los seis suspirantes; el presidente macaneó a los reporteros con la de siempre: en la mañanera, en la mañanera. La conferencia matutina de hoy marcará el nivel de compromiso de todo el morenaje, si López Obrador logra mantenerse ajeno a la batería de preguntas con que lo acribillarán… Aunque el presidente cuenta con un buen pretexto para evadir el tema, pues hoy está previsto que se presente en el Salón Tesorería Xóchitl Gálvez, para exigir su derecho de réplica; de hecho, la senadora del PAN ya envió un oficio a Jesús Ramírez Cuevas para pedir el acceso a Palacio Nacional “a fin de que se me otorgue la palabra en las mismas condiciones en las que fui aludida. Es decir, en el mismo horario y con características similares a las de la transmisión en que se difundió la información falsa e inexacta sobre mi persona”; así que es posible que López Obrador utilice la presencia de Xóchitl Gálvez como un distractor para evadir el tema del acuerdo, ya se verá.
La del estribo
La Cuarta Transformación es el gatopardismo en su máximo esplendor, una “continuidad con cambio” en la que ni siquiera importa que la próxima semana el gobierno de López Obrador se quede sin secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación, porque lo verdaderamente importante es asegurar que el lopezobradorismo, el gobierno de un solo hombre, se mantenga.
@PurisimaGrilla