“Por el poder del universo estando vivo he conquistado el conocimiento” Fausto.
Estimado lector de este reconocido medio LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana y agradeciendo enormemente su tiempo y atención para dar lectura a esta columna. En esta ocasión es menester escribir sobre la juventud y el debate, hablar de dilucidar la trascendencia de las nuevas generaciones en tener una formación de pensamiento crítico, del mismo modo que puedan tener la capacidad de argüir y discurrir ideas y que sean hacedores de la oratoria y la retórica.
No sorprende a nadie el hecho de que las nuevas generaciones están más abocadas en las próximas canciones de peso pluma o de bad bunny que en el desarrollo de una propuesta social integral para apoyar en sus entornos. Le comparto que soy docente en diversas universidades y el común denominador de los jóvenes es la apatía, existe una lejanía profusa en la participación de todos los elementos que dentro de muy poco serán factores reales en su dinámica diaria ya que están vinculadas con su entorno.
No es que sean una generación con la consistencia de un cristal, probablemente hizo falta alguien que se acercara y les mostrara un camino distinto al sobre entretenimiento, a pesar de, puedo referir que este texto lo escribo por tres alumnos que a lo largo de tres semanas confluimos en un módulo de debate y que con su actuar engrandecen a su generación.
El debate es un ejercicio fundamental y de vital importancia que nos lleva a la introspección, nos da la posibilidad de entablar posturas dialécticas para conocer más, para ser medianamente conscientes de nuestra ignorancia supina y entrar en la tesitura de Descartes “Daría todo lo que se por la mitad de lo que ignoro”.
Estimado lector, debo relatarle que al principio de este módulo contábamos con trece alumnos, en alusión a los tamices socráticos, poco a poco el grupo se fue reduciendo, pero del mismo modo, la capacidad y la calidad de los argumentos comenzaron a elevarse, no cabe duda, de que cuando un alumno tiene la firme convicción de desarrollarse, simplemente lo logra. El debate nos lleva a interpretar a la verdad como relativa y subjetiva, dependiendo de las circunstancias y opiniones individuales.
“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para las personas que en tiempos de crisis moral, se mantuvieron neutrales” Dante.
Es necesario que la mente tenga la capacidad de estructurar una idea, argumentar y reargumentar con el firme propósito de aprender más, quien piensa que va a un debate a ganar ya está derrotado, la prosapia del pensamiento es la conquista propia, el alimentar a la mente con la literatura, con la ciencia es un acto no solo de supervivencia, es un acto de trascendencia. Ahí donde existan jóvenes que levanten la voz de un modo elocuente y estructurado, ahí estimado lector es donde habrá esperanza presente.
Debo reconocer que tanto los alumnos Erick Sánchez, Eduardo Paniagua y Sofí Picaso, mostraron un avance verdaderamente loable, en la primera sesión tuvimos a bien hacer algunos ejercicios de oratoria, ya que es el paso que le antecede a la retórica, en sus primeras intervenciones hubo falta de ilación, poca estructura y pocos indicios argumentativos, al paso de las tres semanas alcanzaron un nivel extraordinario.
Tras debatir de manera diría se logró llegar a su intervención final, en la que en una especie de panel; los jóvenes hablaron de la “Crisis de identidad en la tesitura del postmodernismo” todos y cada uno de ellos expusieron de manera loable y asequible sus argumentos, sus posturas bien definidas, pudieron citar al menos a diez autores, obras y fuentes de información, y con esto expresaron sus conclusiones de modo puntual y objetivo, fuera de soliloquios, su disertación fue de un excelente nivel.
Aquí queda la parte más importante y trascendente de esta columna estimado lector, y es la evocación a estos jóvenes para que sigan buscando el conocimiento y entiendan que no lo van a encontrar, pero ese es el camino de los que buscan la luz, porque podemos permitir que un niño tenga miedo a la oscuridad, pero no podemos permitir que un adulto tenga miedo a la luz. Espero haber sido claro en que un debate nunca se va a ganar, de lo contrario ya existiría una derrota, a un debate se va a aprender, se va a plasmar un ejercicio dialéctico, se va a desaprender, se va a tener tolerancia, va uno a mejorarse.
A su corta edad me queda claro que entienden perfectamente que ninguna institución académica les va a enseñar a pensar, muchos menos a filosofar, pero que sean conscientes de eso estimados alumnos es la conquista del aprendizaje.
Epílogo
Siempre enaltezcan el camino del saber, siempre sirvan a la filosofía, siempre tengan fe en sus ideales, siempre luchen por una causa, abatan al ambicioso, desenmascaren al hipócrita y enseñen al ignorante, tengan esperan en realizar sus sueños por amor a la humanidad. “Vi viveri Universum vivus vici” “Por el poder del conocimiento estando vivo he conquistado al universo” Fausto. Fue un honor haber aprendido de ustedes.
In silentio mei verba, la palabra es poder.