Historia, el estudio de los hombres en el tiempo/ Imágenes de Aguascalientes  - LJA Aguascalientes
04/07/2024

En alguna ocasión fui invitado a participar en un programa… ¿Cómo le llaman? ¡Propedéutico! Ahora para todo se hacen cursos propedéuticos, que son como una especie de amortiguador para el golpazo que significa para una persona de cristal cumplir con un rito de paso; iniciar una nueva etapa de la vida. Antes entraba uno directo, y hasta sin anestesia. Ahora se hacen propedéuticos para muchas cosas. Lo malo es que no los haya para la vida, o para ser padres, etc.

En fin, que participé en un propedéutico de la carrera de Historia, quizá por ser amigo personal de la “muchacha que sonríe”, la crónica, y gran admirador de su “tía regañona”, que es la Historia.

Participé con un grupo de muchachos de ojos entre que expectantes y asustados y los felicité por haber elegido la mejor carrera posible, la de Historia. Lo creo aunque entiendo las limitaciones de semejante afirmación, y la fuerte carga retórica que conlleva, pero lo creo, y en prueba de ello les dije que lo abarcaba todo, orgánico, e inorgánico, vivo y muerto, ¡todo se relaciona con la Historia! De todo se puede hacer Historia, de las cosas más irrelevantes a las más trascendentes, incluyendo la historia personal, la familiar, y que por eso mismo era inagotable, apasionante, divertida, aleccionadora, interesante, entretenida, etc.

Posiblemente exagero cuando afirmo que se trata de la mejor disciplina posible (de seguro todo el mundo cree que la suya ocupa este lugar) pero señora, señor: gustos personales aparte, la Historia es una de las principales humanidades, y tendría que ser muy necio quien negara su valor; su trascendencia para las sociedades, en tanto herramienta que ofrece luces para comprendernos a nosotros mismos; nuestros orígenes y devenires, y su existencia como parte de la oferta educativa de la UAA reivindica el carácter universal de la universidad, cosa que otras instituciones pretendidamente universitarias no podrían sostener.

Hace unos 10 años llegó a insinuarse la posibilidad de desaparecer esta carrera, junto con Sociología y Filosofía. La razón esgrimida era que debido al pobre ingreso se trataba de carreras incosteables. Pobre, claro, en comparación con carreras como Derecho, Contador Público, Medicina, Ingeniería, pero humanamente suficientes, es decir, manejables.

Probablemente el argumento fuera válido y digno de consideración pero, ¿cómo podría llamarse “universidad”; serlo, una institución que no cuente con estas carreras de la rama humanística, además de las técnicas, económicas; de las rentables, etc.?

A propósito de lo que podría considerarse como una pobre valoración social de las humanidades, contrapuesta al aprecio por las técnicas, “las que dejan dinero; las que dan de comer”, según dichos populares, recuerdo también el comentario de un maestro, a propósito de la naturaleza de la formación profesional: “no queremos que se nos caigan los puentes; no importa que se nos caiga la sociedad”.

En fin, que la iniciativa ni siquiera llegó a formalizarse, y ojalá y en el futuro a nadie se le ocurra discutir semejante cosa. La Historia, madre y maestra… Historia para hacerse de una visión del Universo; del mundo, para expandir la conciencia. Historia para saber quienes son los otros, en donde está uno parado; quien se es, por qué suceden las cosas. Historia como memoria, personal, familiar, social; memoria de la humanidad.

La imagen muestra a las estudiantes Natalia Magdaleno Martínez y Lucero Solís Ruiz Esparza, ya egresadas, jugando a las adivinanzas históricas con un posible aspirante, en el contexto de una muestra de orientación profesiográfica. Por cierto que Lucero ganó en 2019 un premio nacional de ensayo histórico por la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Nuevo León, con un ensayo sobre la historiografía de Michelle Perrot, una historiadora que ha trabajado el tema de las mujeres en la Historia.


Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].


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