- “Hay 3 tipos de forma de conocimientos en las artes: enseñar con arte, enseñar arte y enseñar para las artes”, Jaime Uriel Ibarra
- “Nos dimos cuenta del proyecto que estaba en nuestras manos, en lo que la comunidad necesitaba”, Paulina García Briano
En Aguascalientes existen grandes esfuerzos por mantener un sentido crítico en el ámbito cultural, a partir de la visión comunitaria de artistas y gestorxs que buscan alejarse de las políticas públicas que dominan un discurso hegemónico, la infraestructura y los recursos monetarios.
Así, descentralizar la cultura adquiere otra dimensión, no solo una geográfica al implementar acciones alejadas de la capital del estado, sino otra que plantea la cultura como una necesidad básica en la cotidianidad de las personas para mejorar su calidad de vida, implementar una cultura de la paz y sanar espacios, así como impulsar economías locales y procesos culturales alejados de orientaciones políticas de los gobiernos en turno. La comunidad como centro de atención de las necesidades culturales étnicas, de territorios, edades, saberes colectivos y sentires.
En 2019, el artista visual Jaime Uriel Ibarra emprendió en Pabellón de Arteaga una Escuelita enfocada en artes y oficios. “La idea fue iniciar una escuelita que se llame así, ‘Escuelita’ porque empieza pequeña, pero el plan fue ser la opción en artes para el norte del estado para los chavos que no podían ir al centro de Aguascalientes”, comenta Jimmy, como le dicen sus cercanos, quien con orgullo menciona que siempre ha sido maestro rural.
Jaime Uriel Ibarra
Jaime cuenta cómo comenzó a concebir e implementar estas estrategias culturales:
“Cuando José Vasconcelos fue secretario de Educación, con el país pobre y analfabeta, saliendo de la Revolución, crea las Misiones Culturales que es ‘el que sepa, que enseñe’. En ese momento si las mujeres salían de la primaria se iban a enseñar a leer y escribir, quien sabía inyectar, pues enseñaba a otros, quien sabía bordar o construir, que enseñara a las demás. Vasconcelos logra la alfabetización del país con una visión cultural. Luego cambiaron esta visión y crearon las normales donde ya salen maestros, pero en una normal te enseñan a bailar, a pintar, a enseñar, pero no a ser crítico.
“En 2012, el artista Renato González diseñó un diplomado en Zacatecas de los artistas que recibieron el Fonca, al que se juntaron otros artistas con dibujo, pintura, grabado. Ahí Renato repetía que estos tienen como obligación retribuir algo a la nación, decía, ‘esto es así, la cultura debe ser guerrilla de guerrillas, es la única forma en que funciona’. Tú formas a un maestro y ese forma a otros 20, y esos 20 a otros más, esa es la única manera en que la cultura tenga impacto. Es como las tandas, esos 20 se convierten en 2000”.
Así Jimmy comenzó a planear su proyecto. Consiguió en comodato las instalaciones de su Escuelita con la finalidad de brindar espacios de artes y de rescate de los oficios como la cocina, la zapatería, la cerámica enriquece a la cultura, a los jóvenes de las comunidades rurales de Pabellón: “la intención era que se bañaran y durmieran ahí, que se pusieran a estudiar y trabajar y el viernes se fueran a su casa para que no gastaran en la combi de ir y venir diariamente, así tendrían una formación tallerista los que no pueden ir a la capital”.
“El diagnóstico es bien simple, la cultura es centralista”, dice Jaime, “aquí es Aguascalientes y Calvillo, y eso porque Andrés Vazquez Gloria ha llevado trabajo, pero de Margaritas para acá (Pabellón) está todo abandonado. Ese era el principio básico de la Escuelita, formar maestros para que trabajen en su comunidad. El límite era ser una escuela de Bellas Artes, una universidad de las Artes”.
Pero justo comenzó la pandemia por Covid-19.
“Nos tocó desplazar nuestra actividades por la urgencia, comenzamos a hacer brigadeo en los ranchos para concientizar a las personas sobre el uso del cubrebocas y los cuidados contra el virus. Luego se levantó la contingencia y me dicen -el Ayuntamiento- que hay espacio, pero no dinero, y empezamos con la gestión de mesas, un poco de recursos”, relata, “a pesar de esto”, “empecé la Escuelita con una alumna buenísima en cerámica y otra en pintura, y poco a poco empezaron a llegar más niños, llegamos a contabilizar hasta 75. Todos los niños que venían eran dibujantes, muy talentosos, algunos van a ser artistas, estoy seguro”.
Luego cambió la administración: “Las cosas cambiaron, lo de menos habría sido cambiar la Escuelita a mi galería en el centro de Pabellón, pero los niños y las niñas de las orillas de Pabe y de las comunidades no iban a ir hasta allá, por eso la solución fue pedir un comodato. Este proyecto lo sumamos a Intégrate, donde también se sumaron otras personas para crear una galería en el centro de Pabellón para artistas locales, y se logró también el Archivo Histórico, el primero después de los años de fundado el municipio. Fueron toneladas de archivos que nos tocó descargar y cargar y trasladar”.
El año pasado, en 2022, Jimmy quería llevar este proyecto a Mazapil, Zacatecas, pero desgraciadamente te encuentras con otras cosas, como que en Mazapil está la mina más grande de oro de Latinoamérica y entonces la gente quiere ser minera”, y se remite a otro ejemplo, Pinos, Zacatecas, que está muy lejos de la capital, “pero tiene 400 años de fundación, hay matlachines, una barbacoa deliciosa, tal vez lo nuevo de Pabellón es que no hay cultura, es muy joven”. A la par, asegura que estos proyectos funcionan, como se ha visto en la Escuela Popular de Bellas Artes, en Michoacán, formado por artistas populares: “Conozco muchos egresados de universidades importantes que además tienen sus proyectos alternos así en comunidades, cine, música, una galería, una escuela”.
Jaime tiene muy claro qué hacer: “Hay 3 tipos de forma de conocimientos en las artes: enseñar con arte, enseñar arte y enseñar para las artes, entonces, puedes trabajar temas de medio ambientes, de feminismo, contra la violencia, temas importantes los puedes trabajar a través del arte. Luego somos bien rigurosos en la escuela formal, donde un impedimento para ir a la escuela es que no tengas para comprarle el uniforme a tus hijos, cuando se trata de que la escuela sea un lugar agradable para estar y aprender”.
Calmecac, El Chunde, Asientos.
Junto con la artista visual y muralista Paulina García Briano comenzó el interés en formar un colectivo para fundar una escuelita en El Chunde, Asientos.
Relata Paulina: “Comenzamos con la idea de un taller de pintura, pero empezó a crecer también con ballet, guitarra e inglés. Teníamos que sacar para la renta, la luz y el agua. Juntamos las mesas que consiguió Jimmy, mis pinturas y pintamos toda la casa, le dimos la forma, luego abrimos inscripciones y una cuota mínima de 10 pesos en un inicio con 33 infancias inscritas”.
“Fue maravilloso porque todos creyeron en el proyecto”, destaca, “abrimos y se llenó de niñas y niños. Las mamás iban a preguntar. La respuesta de la gente fue increíble, nos dimos cuenta del proyecto que estaba en nuestras manos, en lo que la comunidad necesitaba. Así nació Calmecac”.
Paulina detalla que Calmecac es un lugar para todos los artistas que busquen espacios, por lo que ha gestionado el acercamiento para diversas actividades, como el colectivo La Chaska, de Aguascalientes, que ofreció un taller de grabado, u otros con talleres de tatuaje, así como un artista de Oaxaca que hizo talleres y dejó su obra aquí para lxs niños. “Les abre la mente a los niños a otro mundo, descargan su energía, descargan su energía en la pintura. Las niñas emocionadas llegan corriendo a su clase. Si el gobierno nos ayudara las clases serían gratuitas y los niños no dejarían de ir por falta de recursos para los materiales, imagínate, familias enteras que mandan a sus hijos, sí afecta la canasta básica”, continúa.
Paulina García Briano
Luego de una pausa obligada, y a diferencia de la Escuelita en Pabellón, Calmecac regresa para fortalecer una comunidad artística que está muy olvidada.