Del grito en los muros: Unos murales urbanos en Aguascalientes - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Sobre la avenida Manuel Gómez Morín, en la capital del Estado de Aguascalientes, a la altura del Complejo Ferrocarrilero Tres Centurias, se aprecian andando a pie, en bicicleta, en vehículo o desde el turibús, centenares de metros cuadrados de pintura mural que glorifican un pasado, que temáticamente por inicio, ilustran la remota historia del estado y de la región, para arribar a nuestros días en una conexión historiográfica visual y epidérmica del lugar y del territorio que nos tocó o elegimos vivir.

Este tipo de expresión es un ejercicio artístico floreciente en Aguascalientes. Su sino es el carácter multitemático. Pondera narrativas discursivas de conformidad con el grupo de interés que lo solicita, ejercicio que en la práctica ha mostrado una notable capacidad camaleónica para adaptarse a los requerimientos de legitimación de proyectos políticos, que se adecúan sorprendentemente a las agendas.

Son resonancia lejana del ocaso que tomó el ruinoso rumbo del histórico Muralismo Mexicano, que concluyó su trayectoria y combativa militancia en los proyectos de arte público, financiados por disímiles gobiernos, que a la postre solicitaban encargos para glorificar las acciones político administrativas de sus planes sexenales, o incluso, el ser representadas en los muros las figuras de prominentes personajes de diversas filiaciones políticas que los ordenaban mediante el erario, quienes eran enaltecidos como bienhechores de la humanidad.

Los murales de Gómez Morín, son también un testimonio del ejercicio de poder: enmudecen. Ya no gritan las necesidades ni son portadores de las aspiraciones de una sociedad negada que clama en silencio su marginación y exclusión, no son más reflejo de la sociedad, si no una decoración, un producto de consumo cultural turístico, y no ya, un arte monumental en dimensión y tema que traduzca las aspiraciones de grandes segmentos de la sociedad.

Realistas estilísticamente en su confección, los murales participan de una versión oficial que se erige sobre la construcción edulcorada y descafeinada de una idílica historia de nuestro estado, que va en pos de las identidades de la sociedad aguascalentense. En ellos no hay contradicciones, ni luchas sociales.

¿Dónde están las imágenes en esos muros, de aquel luminoso episodio de la lucha obrera mexicana que se dio a nivel nacional por mejores condiciones laborales, reprimida por el Estado, que arrojó a la calle a centenares de trabajadores dejando en la indefensión a sus familias?

Al contrario, es visible que la intención es el proyectar un Aguascalientes que escala, hacia la cima de un discurso que promueve valores de unidad, paz y progreso para suscitar sentidos positivos entre los gobernados, que son reforzados mediante un discurso gráfico que abraza signos e imágenes identitarias que recurren a la memoria colectiva que se sacude de un brochazo, las luchas sociales y la marginación que enfrenta más de la mitad de la población.

Subyace en ello, la valoración y la recuperación de la historia vista a través del tamiz oficial, la cual, mediante ese discurso, nos dice que somos descendientes en la contemporaneidad de aquellos hechos, mujeres y hombres plasmados en esos muros.

Al tiempo en este punto, el arte es concebido y coherente mediante esa epístola pictórica, que discurre como una estrategia de política cultural que traduce retóricamente el acceso a los bienes y los servicios culturales.


Trata de abrir ese horizonte, como parte de un programa de gobierno, cuya intención es lo público que se desmarca del elitismo, siendo en ese sentido democrático en cuanto al consumo de una propuesta artística o cultural, pero no estando en el centro, la autogestión que otorga la libertad del tratamiento de los temas, los conceptos y el empoderamiento de los grupos o individuos que los conciben y los plasman; por consiguiente aquel método, es modelador de conciencias y a fin a perseguir determinados intereses político educativos.

Ya no hay más práctica de arte disidente que sea considerado como vandalismo, ni criminalizado por atentar contra la propiedad o por alzar el reclamo en las calles cuando la noche es una aliada de las luchas, las ideas y la denuncia; a condición de que la imagen, las brochas, la pintura en aerosol y la adrenalina, sean los elementos de la lucha y la materialización de ésta.

Es claro que ha sido una constante, la presencia histórica de expresiones, manifestaciones y movimientos artísticos disidentes, cuyas propuestas e idearios, y sus exponentes han sido asimiladas por el poder para ser contenidos en el circuito oficial de promoción cultural que los saca de los márgenes en los que se desempeñaban.

Ahora éstos serán retribuidos individualmente mediante la visibilización en marquesina, ya sea en galerías privadas o en espacios oficiales gubernamentales de exhibición, que en este caso son las bardas; aquí como corolario, el arte ya no es una experiencia colectiva en cuanto a su dimensión que abarca la producción, la distribución, el consumo, la organización y autogestión comunitaria.

Así los creadores de estas piezas, serán recompensados mediante circulante por su afinidad o afiliación a proyectos asignados a través de contratos en los que explícita o tácitamente han de considerar neutras sus ideas, con quebranto de la libre expresión.

Siguen al pie de la letra este actuar que amordaza la expresión, de tal manera que un lenguaje artístico que recrea y nace contestatariamente en las calles del barrio, (incluso aquellos murales de carácter etnográfico, religioso o cosmético), se encuentra paralizado, maniatado en el discurso hegemónico.

Se infiere por añadidura, que ya no hay más arte en resistencia que abreve en una estética de la ruptura, la disidencia y la discrepancia, a menos que, resurjan nuevamente los colectivos de pintores callejeros para que se reapropien del espacio público, que intervengan la ciudad como lienzo y lugar para las prácticas artísticas en resistencia social.

De esta manera, potencialmente se propone la apertura de canales de comunicación, mediante el diálogo y la interlocución, expresión y ejercicio del derecho a ser vivida y experimentada la ciudad de manera libre, horizontal y con autonomía, arengando a las autoridades mediante imágenes, códigos y mensajes, a actuar en beneficio de la sociedad lo cual sería incluso “saludable”; Intervenciones artísticas que abrirán frentes, ganarían o recuperarían los espacios de la urbe perdidos, deshomogeneizándolos.

Afirma el antropólogo mexicano Francisco de Parres Gómez, que la “Ilegalidad es parte de la voz de los subalternos que buscan un espacio que les ha negado la capacidad de representarse y hacerse visibles, por eso el arte clandestino es sinónimo de resistencia, […] se cancelan las posibilidades de imaginar y por ende de transformar el mundo y trascender”.

Continúa el investigador social su alocución, considerando que: “El arte sería así un derecho que se ha negado y que puede empoderar a todos aquellos que han sido invisibilizados y a quienes se ha impuesto que solo unos cuantos tienen esa potencia creativa, que cuando, por el contrario, la creatividad es una característica intrínseca del ser humano”.

La encomienda está en encontrar un arte colectivo que problematice, a través del cual se elaboren nuevos significados, renovadas formas de expresión y de organización, con y para, públicos heterogéneos con el propósito de que este arte nuevo entre en sus vidas y forme parte del diario vivir.

Por todo esto, es que el quehacer artístico puede promover la criticidad y el diálogo. Facilita a las personas el tomar conciencia de su realidad, a ser incluyentes, tolerantes y activas. El proceso artístico se convierte así, en una herramienta social participativa que estimula la pluralidad, ensancha caminos y traza múltiples perspectivas que involucran directamente a las personas y sus comunidades, para liberarse de las formas de organización oficial, rompiendo con esos cánones institucionalizados, por lo cual el resultado de ese producto artístico dejará de ser ignorado.

Junio de 2023


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