Hace un par de semanas varios compañeros ambientalistas nos enteramos que se llevaría a cabo un rally en nuestra entidad, y uno de los recorridos por los que atravesaría era la Sierra Fría, sitio que cuenta con la declaración de área natural protegida, es decir, es un espacio de conservación ambiental que cumple con varios objetivos, entre los que destacan el mantenimiento de fauna y flora silvestre nativa y endémica, cuidar los procesos ecológicos (oxígeno, agua, suelos) que allí se dan y sirven de soporte para la región, son sitios de investigación científica en los que pueden promoverse actividades de educación ambiental y con el debido cuidado proporcionan oportunidades de recreación de bajo impacto (senderismo, acampar, ciclismo). En pocas palabras, debería ser un sitio restringido, en especial para que allí se realicé un rally. Pero qué nos encontramos, que este evento contaba con todo el apoyo del gobierno estatal, bueno, casi todo, porque irónicamente, las dependencias ambientales no lo tenían en la agenda y más irónico aún, los permisos de autorización ambiental no habían sido tramitados y otorgados.
Ante tal desacato legal, solicitamos a los representantes de las instancias ambientales estatales (SEMARNAT, SSMAA, SEMADESU, PROFEPA y PROESPA) nos explicaran por qué se había autorizado esta competencia, en especial en el tramo señalado. El único que respondió y nos atendió fue el Lic. Héctor Anaya procurador en turno en la PROESPA. Para ello tuvo a bien reunirnos dos días antes de la carrera de autos a representantes de varias asociaciones ambientales y también de secretarías implicadas en el evento, así como al organizador de la competencia, para que él nos explicara con detalle cómo se realiza este rally. Para comenzar apuntó que ya llevaba varios años realizándose en Aguascalientes (¡ups! Ni por enterados varios de los presentes); segundo, que contaba con todos los permisos y pagos hechos en la Secretaría de Economía y Turismo del estado, y que no sabía que tenía que solicitar autorización a la PROFEPA y en el SSMAA para dicho evento, presentando previamente un Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), que me parece, debería ser el primero en tramitarse para recibir la autorización más importante: MANIFESTAR COMO VA A IMPACTAR SU RALLY UN ÁREA NATURAL PROTEGIDA, Y QUÉ MEDIDAS SE TOMARÍAN PARA DISMINUIR Y REMEDIAR LOS DAÑOS QUE CAUSE. En fin, nos dijo que ya había iniciado este trámite, que lo solicitó al SSMAA esa semana (¡Qué!, ¿dos días antes del rally siendo que es un documento cuyo trámite lleva por ley casi el mes?), además agregó el promotor de la competencia de autos que durante el año se realizaban 10 etapas y TODAS son en áreas naturales protegidas, apuntando a que era algo muy normal.
Me permito hacer un paréntesis para señalar que, desde el punto de vista de la ética, no se acepta que una práctica habitual que se considera normal sea moralmente buena, es decir, que bajo el criterio de que algo se hace de manera acostumbrada, esto convierta tal práctica en algo bueno en sí mismo; como en este caso y ahora explico el porqué. El licenciado Héctor Anaya señaló que la LEGEEPA permite este tipo de actividades; sin embargo, esta ley establece también cuáles son los criterios para ello, por lo que la realización de este rally en áreas naturales protegidas (de nuestro estado y de cualquier otro), por sí misma no es una actividad que no requiera autorización y permisos legales especiales, y dada la gravedad por la que atraviesa el planeta, me parece que es un evento que no debe permitirse más en los pocos espacios naturales sanos que nos quedan, más aún si éstos han sido declarados como áreas naturales protegidas.
No sé qué tanto sirva de consuelo saber que para la etapa en Aguascalientes solo participaron 17 vehículos y no los más de cien que participan en otras carreras, como en Guanajuato, y que miles de personas suben a las “áreas naturales protegidas” a ver el show de autos corriendo en caminos de terracería. Cabe agregar que otra cosa “positiva”, desde la óptica del organizador del rally, es que los vehículos que participan en estas competencias no son razer, esos nuevos vehículos híbridos que son una especie de cuatrimoto tubular que los hace parecer coche, y cuyo atractivo es que son todo terreno, por lo que no respetan los caminos y se metan por donde quieren causando destrozos a su paso; en tanto que los autos del rally sólo transitan por los caminos de terracería.
No quiero dejar pasar por alto que el organizador del rally mostró preocupación y sensibilidad ante el llamado de atención enérgico que estábamos haciendo, y se le propuso que, de seguir considerando realizar alguna etapa de este rally en Aguascalientes en ediciones futuras, considerara hacerlo en sitios que no fueran áreas naturales protegidas, por ejemplo por el rumbo de Asientos y Tepezala, zonas que ya están muy dañadas debido a los trabajos de minería y que además un evento de este tipo favorecería económicamente a las comunidades de esa región.
Para concluir, quiero hacer de su conocimiento, en caso de que no lo sepan, que el rally se realizó el sábado 13 de mayo del presente sin contar con la aprobación de los representantes de las organizaciones ambientales que asistimos a la reunión convocada en las instalaciones de la PROESPA el jueves 11 de mayo. Nuestra postura fue que se estaba violando la ley y que los representantes de las instancias ambientales, responsables de velar por la protección de los recintos naturales, se estaban prestando a ello.