Los silencios del entorno/ Opciones y decisiones - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Abrimos esta cadena de comunicación con el tema de actualidad en la conversación pública, sobre la supuesta impasibilidad mayoritaria de la sociedad mexicana, ante el vicioso ataque contra la democracia que protagoniza el López-obradorismo desde la cúspide de su movimiento por el presidente Andrés Manuel López Obrador hasta sus más fervientes actores de línea en la escena política. Así lo disputan los más conspicuos comentócratas de los mainstream media, en cadena nacional, dividiendo opiniones en proporción de dos a uno, acerca de que el tópico electoral anticipado de fondo no consiste en la agresión y acechanza visceral contra la democracia mexicana, por el actual grupo en el poder -sic, la porción de dos tercios-; relegando así -al restante tercio opinante- ese tipo de  conciencia hiper-sofisticada contra la corporeidad democrática de México, de círculo ya no “rojo”… sino “púrpura” de la intelligentia mexicana; o sea, un grupúsculo de intelectuales-críticos con piel hipersensible a la atmósfera psicoafectiva predominante.  

Clima predominante en el entorno de las subculturas que pueblan la orografía mexicana, desde corrientes frías, templadas o candentes de sus antropotopos. Lo que pondría muy en claro que, debatir sobre esta incandescente cuestión en la opinión pública, deja impasible al gran colectivo -¿mayoritario?- de Morena, al que se sumarían hipotéticamente aún muchos-as otros-as ciudadanos-as no simpatizantes del movimiento de la “regeneración nacional”, pero a quienes no pareciera conmover en gran medida, el lascivo arremetimiento del oficialismo lópez-obradorista contra las instituciones democráticas hoy todavía Constitucionalmente promulgadas y constituidas. Misma proporción opinativa que tendría ya por verosímil el casi-cantado triunfo morenita, en las próximas elecciones presidenciales del 2024; al no tener visos claros de una oposición política del resto del país capaz de concitar la pasión política divergente de la 4T, y que pudiera emprender de inmediato una auténtica restauración republicana de México, habida cuenta de la masiva destrucción -o, prefiere usted, deconstrucción– institucional y económica emprendida por Morena este sexenio. 

Las cosas están así. Un proceso electoral 2024 adelantado por mero voluntarismo presidencial y una oposición política que no atina en acompasar sus tiempos críticos de contienda, a modo de involucrarse desde ya, con pre-candidato-a a la cabeza y un programa político ya agudamente afinado. Hoy por hoy, no suscita, entonces, la oposición (así sea coaligada) emoción o pasión alguna para confrontar a Morena; dejándole, por consiguiente, toda la escena política a su discrecional antojo e interés de grupo en el poder. Bajo tales supuestos, efectivamente el potencial colectivo opositor aparece desdibujado, sin rostro claro, sin banderas ni emblemas que apasionen al respetable electorado constituyente de los comicios que habrán de elegir a los Poderes renovables de la Unión. 

Precisamente, yo considero que esta coyuntura política es excepcional para entender y poder explicar exactamente ese comportamiento -aparentemente pasivo y concedente- ante comportamientos ostensiblemente autoritarios y francamente enajenantes de la conciencia crítica de un gran colectivo ciudadano. En consecuencia, mi tarea de hoy es ofrecer una mirada con temple y verticalidad de lo que ocurre en el ánimo, en la atmósfera, en el espacio vital de la ebulliciente espuma antropo-social mexicana.

Retomamos la lectura del Subtítulo 8 Deseo inmanente, novela de Fausto y democratización del lujo (Cfr. Esferas III, Esferología plural. Espumas. Ediciones Siruela, S.A. 2006, 2014). En que su autor Peter Sloterdijk afirma: “El llamado cielo deja de servir de pantalla de proyección del deseo sin límites, la nueva pantalla se abre a la vastedad de lo posible humana y terrestremente”. (Loc. 11175). Y curiosamente, lo hace residir en: “La constitución del mundo moderno mediante la transformación de la ascensión al cielo en un éxodo horizontal, cuyo símbolo geográfico se llama América” (Loc. 11168). 

Para su análisis y comprensión, elijo la estructura tripartita de una obra clásica: 1) Presentación, 2) Nudo y 3) Desenlace. Asumiendo que nuestro foco de atención está, principalmente, en ese colectivo supuestamente silente y pasivo, acquiescente, ante la destrucción democrática de México. Suponiendo, sin conceder, que sea así, ensayamos de encontrar las causas que están detrás de esa actitud riesgosa que asume un importante colectivo sociopolítico de México. Veamos.

Presentación 

Partimos de una figura dramática prototípica, el símbolo de Fausto, cuyo perfil tratamos de construir. Existe “el interés de la Era Moderna en figuras de carácter en las que se realice la belle alliance de desear, poder, tener, hacer y disfrutar” (Loc. 11182). – Con Fausto la subjetividad moderna activista del consumo y la vivencia entra en el escenario histórico-motivacional (Loc. 11186). En que se destaca su papel central: “El anhelo de Fausto hubiera de buscar la alianza con el cómplice del deseo, Mefistófeles, delata más que todo el resto el stand históricamente limitado de los poderes de mimo y atención (Loc. 11193). -Se acerca uno a la figura del diablo cuando se reconoce en ella un prospecto publicitario de un nuevo mimador poderoso. //Notación importante para entender el papel que juega un líder político en la vida contemporánea. Aplicable particularmente a los modos actanciales del populismo político. En que destaca: – La voluntad de ser capaz (voluntad de poder o saber hacer algo, de ser capaz de algo), (Loc. 12483). 

Con sus propiedades factótum, el espíritu poderoso técnicamente, bueno-malo, bienhechor-malhechor, se cualifica como la instancia alomadre oculta del ser humano en la Era Moderna, (Loc. 11199). – Esto constituye el contenido analítico de este cuento de alianza entre el sabio, ansioso de satisfacciones, y el demonio dispuesto a concesiones (Loc. 11206). // Notemos cómo aquí se traba una relación dialéctica entre una pasión y un don. Y luego sigue una notación de crucial interés para nuestro análisis: – “Aunque las nuevas realizaciones del deseo se revelen abiertamente como acciones criminales cuentan con la simpatía del lector porque aseguran el principio de redistribución.  // Atención, desde mi punto de vista, en esto consiste lo que podemos llamar “la ilusión fáustica” en la promesa transformacional de Morena. El gran supuesto es que su líder histórico, López Obrador, abrevó en los veneros de las prácticas políticas de figuras o líderes benefactores o fascinadores de clientelas populares, regularmente de extracción de colectivos en la pobreza, o de múltiples carencias en la sociedad. Su afirmación tética: “primero los pobres” es inequívocamente un manifiesto de políticas públicas desde las carencias; lo cual tiene profundas consecuencias estratégico y tácticas para su praxis política, ya en el poder. De ahí su elocuente vocación “fáustica”.


Nudo o problematización

En todo esto se destaca el modus vivendi del exuberante doctor Fausto. Beber, comer, vestir y calzar, in summa, todo era material robado o tomado en préstamo (…) El doctor Fausto lleva así, una vida epicúrea día y noche, no cree que haya un Dios, infierno o demonio. – Llega así al mimo total como resultante de una tríada: ingresos sin trabajo, seguridad sin lucha e inmunidad sin mal. (Loc. 12321). – Lo fascinante es perceptible aún tras siglos: Fausto es el hombre que a mitad de la vida descubre el truco de todos los trucos: el camino corto a la riqueza, sin trabajo, y, con ello, el salto del deseo al disfrute. (Loc. 11232). 

Si en esto consiste el deseo fáustico, entonces, es en este Espacio en el que hoy, en México, estamos instalados. Notación sumamente crítica para el confort colectivo -de su base social- de mantener las cosas como están… No urge, no apremia el cambio, las cosas pueden seguir como están. – A lo que la crítica de Sloterdijk es implacable: “A la explotación acostumbrada del pueblo por los grandes señores sigue la explotación innovadora de los señores y artesanos por seres humanos excepcionales, se trate de un sabio, de un artista, o de un consejero de empresa”. Para el caso presente, un político cuya aparición sucede en un espacio-tiempo de condiciones críticas, transformacionales del suyo, para México. El quebranto o desfonde de los partidos políticos tradicionales del país. Dicho sea enfáticamente, el gran salto ocurre: – “Gracias a métodos mágicos avanza a saltos hacia los resultados, sin tener que soportar la larga marcha a través de la producción y del trabajo honrado”. (Loc. 11232). 

A lo anterior se suma otro elemento decisivo para detonar el movimiento de “regeneración nacional”. Me refiero a la persistente, constante y asidua peregrinación de López Obrador por toda la geografía mexicana, en la que se suponía habría de conquistar la voluntad “del pueblo”; sin embargo, tiempo y espacio de años de jornadas innumerables en que supo recabar otro tipo de elementos; me refiero a una extensa variedad de venenos y ponzoñas alojados en el ánimo de las poblaciones relegadas, -el clima había llegado a ser irrespirable-, y en las que recolectó asiduamente el sentir, el ánimo de la atmósfera popular, traducidos pacientemente en un potente veneno, para luego enderezarlos contra las clases poderosas tanto en lo económico, como en lo intelectual, en lo educativo, como en lo técnico, como en la administración tecnológica y burocrática. De ahí sus imprecaciones meta-morales a los “conservadores” y “minoría rapaz”, expoliadora de la riqueza de la Nación.  

Y todo para concluir que: – “La máxima de Fausto reniega de la medida y el ordo porque ya no viene determinada por necesidades finitas y satisfacibles, sino por deseos irrealizables” (Loc. 11246). En que, efectivamente, hoy confrontamos puntos de quiebra, críticos, para el orden económico en cuanto que tal, atribuidos a un orden del Capital Dirigente, desde los países centrales, de los que México es subordinado estratégico; hoy pomposamente declarado nearshoring; aunque existan disonancias en el frente de los migrantes y de la seguridad continental. 

Y, tengámoslo bien presente: – Ingresamos o traspasamos el umbral de la affluent society a partir de la segunda mitad del siglo XX, a partir de allí “se desvaneció de golpe la fascinación por la figura del sabio desenfrenado, probablemente porque los seres humanos perdieron con el creciente consumismo real la sensación de poder aprender algo de las licencias y audacias simbólicas de Fausto. Konrad Adenauer ya no necesitaba prohibir el Fausto. Con la invención del crédito al consumidor todos nosotros nos hemos adelantado al tiempo del trabajo y vivimos ya en el futuro del deseo: – Ya no es necesario explicar cómo la tarjeta de crédito ha vuelto superfluo al compañero mimador diabólico (Loc. 11260). Nuestro demonio está oculto en la nueva bancarización  internacional y, desde luego, en la “globalización”; sin demérito del nuevo “crédito a la palabra”, sin intermediaciones capitalistas y aun la supresión de la “financiera bancaria”. ¿Quién les brindará ese nuevo mimo de riqueza financiera?

Desenlace

En el sistema de consumo desarrollado, al “registro de los derechos humanos” se añade el derecho a la regresión” (Pascal Bruckner, Berlín. 1997). (Loc. 12324). Pasión que consume las horas y los días del gobierno de López Obrador. 

  • La figura intelectual de explotación del explotado representa, como se ha hecho observar, una versión previa del principio de redistribución. // Si bien la primera enunciación refiere al principio de lucha de clases; la segunda, alude y refiere directamente al papel interventor del Estado, que bajo tal role asume el papel antes citado de convertirse modernamente en una “alomadre”/ u otra madre, o madre alternativa. 
  • Sin este rol central, de redistribución, el Estado moderno no podría legitimar su participación en los resultados económicos de la sociedad. 
  • Esta experiencia “fáustica” hace del poder Ejecutivo Constituido un precursor del Estado social. Él es un antepasado místico de la socialdemocracia. (Loc. 11282). 
  • Y, luego, el autor remata con una contundente argumentación: “Dado que en sus transacciones se trata más bien de desplazamientos de la riqueza de los antiguos a los nuevos poseedores de tesoros que de impuestos directos, él anticipa la bolsa más que el fisco. (Loc. 11285). // Ya lo he apuntado, López Obrador ha convertido la tesis de la Economía Política, en la burda reducción a una bolsa dineraria discrecional -más propia de Rico Mac Pato- que de la gerencia financiera tecno-práctica del Erario Público. 
  • Desde aquí pueden formularse las premisas bajo las que el Estado fiscal autoritario temprano burgués se transforma en el Estado social permisivo de la Modernidad. // ¿Encuentra usted mejor definición del financiamiento público bajo el “régimen” transformacionista de López Obrador? // En esto consiste la “democratización del lujo”. (Loc. 11299) intentada infructuosamente por el “régimen” regenerado de la 4T. 

En este sentido, López Obrador, ha convertido la “bolsa dineraria” además de su única caja registradora, en un verdadero fetiche al que le sacrifica las ofrendas más preciosas y valiosas de la tradición y, digámoslo sin rodeos,  a la histórica acumulación del Capital mexicano; como en un holocausto simbólico de quema de las riquezas espúreas de la oligarquía rapaz, y con ellas aromatizar el espacio con su incienso, para beneplácito y retribución moral del pueblo así depauperado, e igualmente “reinstalado” en un sistema de riqueza fáustica. 

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