La denuncia pública que hizo la pentatleta olímpica Tamara Vega sobre cómo se relacionó con su primer entrenador cuando ella tenía 16 años y era seleccionada nacional, destapó la serie de abusos sexuales y sicológicos a los que están expuestas las deportistas, sobre todo las menores de edad. Aunque la atleta no lo señaló con nombre y apellido, una investigación de Proceso da cuenta de que el agresor continúa operando en el sistema del deporte y es el actual entrenador nacional, protegido por la indiferencia de las instituciones.
“A los 14 años conocí a mi entrenador. Yo era una morrita sin papá, llega una figura masculina que te dice: ‘yo te voy a proteger, te voy a cuidar, pero pues vengache pa’acá”. Es la voz de la pentatleta olímpica Tamara Vega en el documental de su autoría Atletas frente al espejo donde da cuenta del abuso sexual, psicológico y emocional que sufrió por parte de un adulto 11 años mayor quien, además, era su figura de autoridad.
“En mi medio es súper común que una atleta ande con un entrenador. (Hay que) concientizar que hay muchos depredadores, fui un blanco fácil y me defendía de la vida sin herramientas, como una gatita dando arañazos a putos lobos”, narra entre lágrimas y sollozos.
El 2 de marzo último, Tamara Vega presentó este documental. Cinco días después fue entrevistada en el portal SDP Noticias donde sin mencionar el nombre de su agresor dio más detalles de la relación de pareja que sostuvo con su entrenador de los 16 a los 21 años y las consecuencias de separarse de él. “Estar con él me daba odio. Decía: ‘ya no quiero que me estés dando órdenes; no quiero que me toques, ya no quiero esto. Los llamo depredadores, son personas que saben que eres vulnerable, una persona fácil de manipular: ‘yo te voy a cuidar, pero tienes que hacerme caso en todo lo que te diga’. ¿Y tú qué dices? Pues sí, no tienes a nadie más, convives con él y se comienza a dar otro tipo de acercamiento. Se dio el abuso”.
“Empezó a los 16 años con mi entrenador de ese momento y duré cinco años en un abuso sistemático donde yo no tomaba ninguna decisión. Todo mundo lo sabía y nadie hizo nada. Pasaron esos cinco años y me dije: ‘esto no está bien, este güey ya no me deja decidir ni siquiera sobre mi dinero’. Dije: ‘basta, ni madres’ y me salí del equipo. Recuerdo que dijo que si lo hacía él se iba a encargar de que yo nunca volviera a calificar a unos Juegos Olímpicos y sí lo cumplió porque califiqué y no me llevó”.
Sergio Escalante es el entrenador cuyo nombre no menciona Tamara Vega. Es quien la recibió en 2007 en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), las instalaciones públicas de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) que operan con recursos del gobierno federal donde los niños deportistas antes podían estudiar la secundaria y el bachillerato.
En aquel entonces, Escalante era un pentatleta sin éxito a punto del retiro y comenzó su transición, sin preparación de por medio, para convertirse en entrenador a propuesta de la CONADE. Él, Isaac Cortés y Julio Granados eran quienes entrenaban a un grupo de adolescentes, mujeres y hombres de la selección juvenil de pentatlón moderno.
Hoy día, Escalante es el entrenador nacional de pentatlón moderno. Sin embargo, la CONADE no le paga porque tiene un adeudo de 5.5 millones de pesos no comprobados. Entrena únicamente a Mariana Arceo. Tamara Vega, una niña chihuahuense de escasos recursos económicos, hija de una madre soltera, dejó su casa en 2007 para iniciar su carrera deportiva en busca del sueño olímpico.
El favoritismo de Escalante por Vega fue inmediato y ante la vista de todos, lo que ocasionó una ruptura en la selección juvenil por la molestia de los padres de familia de otros pentatletas quienes lo denunciaron por discriminación y malas prácticas en 2009, justo el año en que el entrenador comenzó a escondidas una relación de pareja con Vega. Él tenía 27 años y ella 16.
El conflicto fue tan grave que, para contenerlo el presidente de la Federación Mexicana de Pentatlón Moderno, Juan Manzo, optó por correrlo de las instalaciones del CNAR. El entrenador buscó refugio en el Comité Olímpico Mexicano (COM) donde comenzó a trabajar con Tamara Vega y con Christian Fernández, un integrante de su grupo original de cinco alumnos menores de edad que compartían un patrón: ninguno tiene papá. Además de ser el entrenador, también fungía como su mentor y padre.
En entrevista con Proceso, Fernández narra cómo fue manipulado por Escalante para, primero, ocultar ante él su relación con Tamara Vega y, luego, para que él se hiciera pasar por el novio de la pentatleta y desviara la atención de quienes pudieran sospechar que existía un vínculo amoroso entre el entrenador mayor de edad y su alumna menor.
Lo primero que hizo fue animar a Fernández para “ligarse” a Vega. Le daba consejos, le decía cómo abordarla, pero el muchacho simplemente no pudo. La razón: Tamara ya era pareja del entrenador. Después, en mayo de 2009, Escalante se confesó con Christian. “Estábamos teniendo una charla larguísima en el CNAR, él sacó su celular, mandó un mensaje y a los 10 minutos llegó Tamara. Empezó a preguntarme ¿qué opinas del amor? ¿Qué opinas sobre la relación entre un profesor y una alumna? Intuí por dónde iba la cosa. Yo le tenía mucha lealtad, estaba cegado por todo lo que él había hecho por mí”.
“Le dije: ‘Lo veo bien, viva el amor’ y no hallaban cómo decírmelo hasta que Escalante me dice: ‘bueno, es que Tamara y yo tenemos una relación más que de amigos’. Mi primer comentario fue: ‘Ahora entiendo todo, con razón querías que yo la conquistara’. Yo le espantaba a los demás, porque había varios que querían estar con Tamara. ‘Yo te los espanto y tú la fuiste rodeando’. Me dice: ‘No, no, ¿cómo crees? Se dio espontáneamente un día de hace dos semanas’. Me lo vendió así. También fue enfático en decir que no podía hacerlo público porque nadie entendería su amor. Yo entendí que evidentemente eso era una forma de decirme no digas nada, de esto no se puede enterar nadie más”, cuenta Christian Fernández.
Sergio Escalante y Tamara Vega pasaban mucho tiempo juntos en el CNAR donde su cercanía movió a la duda a quienes los veían. Entre ellos a los exdirectores de esa instalación Pedro Balderas y Gustavo Sanciprián. En los viajes a competencias la deportista siempre estaba en la habitación del hotel de su entrenador. Sus compañeros y otros entrenadores lo notaban.
Era un secreto a voces que supuestamente Fernández les ayudaba a silenciar, pero no funcionaba. Durante una junta en las oficinas de la CONADE para tramitar los oficios de renovación de acceso al CNAR de entrenadores y atletas, el entonces subdirector de Calidad para el Deporte, Alejandro Cárdenas, abordó el tema.
Estaba reunido con los metodólogos deportivos y cuando se mencionó el nombre de Sergio Escalante el funcionario comentó: “Dicen que él anda con Tamara Vega, pero bueno si a ella no le dice nada su familia en Chihuahua, pues nosotros menos”. Todos guardaron silencio.
Esta información la proporcionó uno de los presentes en esa reunión quien solicitó no revelar su nombre porque continúa trabajando en el sistema nacional del deporte, pero apunta que Cárdenas debió haber investigado si ese rumor era verdad y al confirmarlo notificar al área jurídica y emprender acciones legales para denunciar la comisión de un delito por parte de un empleado de la CONADE con una deportista menor de edad que estaba bajo el resguardo de una autoridad deportiva federal.
El Código Penal de la Ciudad de México establece que comete el delito de estupro quien tenga relaciones sexuales con una persona mayor de 12 y menor de 18 años obteniendo su consentimiento por medio de cualquier tipo de engaño.
“Yo sabía que mi tarea era justamente ser la pantalla, entonces todos pensaban que yo andaba con Tamara. Yo no los desmentía. Estábamos en una manipulación muy fuerte, no era necesario que él nos dijera qué hacer para ayudarle, nosotros mismos buscábamos las formas de ayudarle, de serle útiles sin necesidad de que nos lo dijera”, abunda Fernández.
Indisciplinas, groserías, maltratos
El ambiente en la selección nacional de pentatlón moderno tiene una historia de toxicidad por las relaciones personales que guardan los entrenadores con las deportistas. Christian Fernández recuerda que otro de los motivos que ocasionó la ruptura en el equipo fue que Escalante se peleó con el entrenador Isaac Cortés porque éste último también pretendía a Tamara Vega.
“Hubo una pelea entre ellos y la quisieron encubrir con conflictos deportivos, pero en realidad era por ver quién se quedaba con Tamara. Nunca lo admitieron. Sí había un problema deportivo y de egos. Isaac sentía que Escalante lo hacía menos porque no fue pentatleta. Se llevaban muy bien y de repente hubo un quiebre, cada uno se jaló a sus leales (deportistas). Fue un problema enorme porque nos dejaron en medio a nosotros”, dice.
Además, Escalante y Cortés convivían de una forma poco ética con sus alumnos. Salían juntos a fiestas y a consumir bebidas alcohólicas, una de ellas fue en la casa del propio Isaac Cortés, quien ahora es entrenador de Mayan Oliver, otra de las aspirantes a clasificar a París 2024. Tanto en los entrenamientos como en las convivencias externas ambos se dirigían a sus alumnos con insultos y la situación empeoró cuando Escalante ya estaba en las instalaciones del COM sólo con Tamara, Christian y otro pentatleta llamado Ulises Rodríguez.
“Fue un golpe muy fuerte para él. En el COM eran gritos, mentadas de madre. Era horrible. Uno estaba ahí porque quería, aunque para mí el deporte ya pasaba a segundo plano porque ya solamente estaba pensando en cómo salirme. Tomábamos muchísimo, nos decían groserías. Yo estaba impresionado porque a mí ningún entrenador, digo, tenía 14 años, pero había hecho deporte desde los ocho, me había hablado así. Escalante es una persona muy compleja, es sumamente manipulador y lo hace de la manera más sutil”.
En su testimonio de Atletas frente al espejo, Tamara Vega confiesa cómo en 2014, después de siete años sin separarse de Sergio Escalante, encontró el valor para terminar la relación y cómo las secuelas del daño trastocaron su vida. Siguió entrenando con él durante cinco años más. Cayó en las drogas e intentó suicidarse.
“Empiezo a revelarme con esta persona y me dice: ‘Es que ya cambiaste, estás por el mal camino y sin mí no vas a lograr nada’. Cuando rompo esto empiezo a llevar una vida prácticamente sola, me comprometo con un chavo (Misael Rodríguez, boxeador chihuahuense medalla de bronce en Río 2016), igual quise suplir esa imagen paterna, un caos, horrible. Entré en depresión”.
“En el deporte me empecé a ir para abajo. La base que yo sentía que me sostenía se había roto. No tenía a nadie, no le contaba mis cosas a nadie, me dediqué a la fiesta, a tomar. Recuerdo que empecé a vomitar porque dije: ‘Puta, el que era mi prometido me dejó por unas viejas más guapas y yo estoy panzoncita. No estoy bonita, si estuviera más flaquita igual y no me hubiera hecho eso’. Tras, a vomitar y vomitar. Y si ya me dijo el que me entrenaba que sin él no iba a poder llegar a los Juegos Olímpicos. Híjole, ¿y si tiene razón? Entonces empezó a hacerse un mundo para mí que todo era negro, todo era malo, que yo era una pendeja y que estaba bien pinche fea”.
Sergio Escalante y Mariana Arceo son la apuesta de la CONADE para los próximos Juegos Olímpicos. Ambos cuentan con todos los recursos necesarios para viajar a competencias y campamentos, lo cual no ocurre con el resto de los seleccionados como Tamara Vega, Emiliano Hernández, Mayan y Catherine Oliver, Duilio Carrillo, Manuel Padilla y Lorenzo Macías.
Silencio
Proceso buscó a Sergio Escalante para ofrecerle su derecho de réplica. Primero aceptó la entrevista y después se desistió. Le enumeró a la reportera Karla Cabral sus logros deportivos y descalificó el documental. Dijo que no menciona su nombre y que, por lo tanto, su denuncia no es contra él. Advirtió que si se menciona su nombre en esta publicación tomará “las medidas pertinentes”.
También Bernardo de la Garza fue contactado y no atendió la solicitud de entrevista. El exdirector de la CONADE de 2009 a 2012 es asesor de la presidenta del COM, María José Alcalá, y será el jefe de misión para París 2024. Pedro Balderas tampoco aceptó. Juan Manzo no contestó la petición para pronunciarse sobre el comportamiento del entrenador nacional.
Sin embargo, en otra entrevista realizada por Cabral en febrero último a propósito del entrenador de Vega, Jhonnatan Ortega, señalado por otra pentatleta por agresiones físicas y sicológicas (Proceso 2417), dijo lo siguiente:
“Cuando detectamos que hay un entrenador que abusa de las mujeres o los niños se le llama la atención, los hemos despedido por esa falta de ética profesional. Nos definimos como defensores de las mujeres, hemos declarado personas non gratas por estas cuestiones. Ha habido entrenadores que, por cobrarle a los atletas, por llevarlos a tomar los hemos suspendido definitivamente, tengo entrenadores nacionales que se han ganado su lugar y son los responsables de asistir a las justas internacionales avaladas por la federación”.
Finalmente, se solicitó una entrevista a Tamara Vega, pero la declinó a través de su representante Alejandra Maffey, quien dijo que está concentrada en su preparación olímpica y que no se pronunciará sobre este tema. No obstante, precisó que no desmiente lo que se le informó que publicará este semanario.