Las cámaras de vigilancia del Aeropuerto de Cairns, en Australia, captaron el momento preciso en el que un meteorito cruzó la atmósfera y, por la fricción, se calentó y comenzó a desintegrarse dejando una estela de gases brillantes de color verde. Las autoridades confirmaron que el meteorito medía medio metro y viajaba a mil o mil 500 kilómetros por hora. Cayó alrededor de la medianoche y se pudo ver desde Queensland hasta Mackay.
Los meteoritos son objetos celestes que orbitan alrededor del Sol, como los planetas, de acuerdo con un artículo de la UNAM. Pueden ingresar a la atmósfera de la tierra en cualquier momento. La mayoría de las veces no han provocado ningún daño al planeta. Estimó que diariamente caen a la Tierra alrededor de 100 toneladas de material interplanetario. “Estos desechos planetarios, desde granos de arena hasta guijarros y rocas, crean los famosos meteoritos que conocemos como estrellas fugaces y que podemos admirar en las noches oscuras y despejadas”, señaló la UNAM.
El color verde que emanó se produjo tras el impacto con la atmósfera terrestre debido al sobre calentamiento de los fragmentos de hierro y níquel, al romperse la roca antes de tocar el cielo.