He escrito en reiteradas ocasiones de mi respeto a la carrera profesional de Norma Lucía Piña, así como su trayectoria como abogada y jurista que ha dado muestras de una clara posición feminista.
También he referido como ha sido atacada ella y el resto del Poder Judicial, que independientemente de que sean necesarios cambios y reformas en este, no creo que la denostación pueda ser una ruta para solucionar las fallas que pueda llegar a tener de uno de los tres poderes.
En este contexto de diferencias y presiones, lo que esperamos es que transiten los asuntos de impartición de justicia, de controversia constitucional, de resoluciones justas entre particulares, de encontrar rutas jurídicas adecuadas a diferencias políticas e ideológicas, con la justeza y responsabilidad pública que se espera de una institución como esta.
Es por ello que me pareció un gran error de cómo procedió la magistrada presidenta Norma Lucía Piña con el presidente de la mesa directiva a del Senado de la República Alejandro Armenta al enviarle mensajes vía WhatsApp de su inconformidad por las expresiones hacia su persona y el poder judicial.
Y me parece inconveniente no por el acto en sí mismo que fue una expresión personal de ella hacia el senador, me parece que se equivocó porque no era el momento ni el lugar adecuado para hacerlo.
El no leer ni interpretar en el tablero de ajedrez político el papel que ella representa, significa que con esta acción no solo demerita su imagen, le quita dignidad al poder que representa, y da la impresión de jugar un papel de oposición a otro poder. Esto deslegitima el proceso de impartición de justicia de la cual ella es garante.
Aunado a todo ello, además le abre la puerta a personajes con aspiraciones políticas que quieren obtener notoriedad en su carrera política. Norma Lucía Piña se la otorga de manera gratuita. Recordemos que tanto el senador Alejandro Armenta como Ignacio Mier, coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados, aspiran a obtener la candidatura al gobierno de Puebla.
En cada acto de ofensa o denostación al Poder Judicial o su persona, me parece que la respuesta debiera ser con la clase y la dignidad de quienes por su trayectoria y carrera, debieran ser los más eruditos y estudiosos de las leyes y la Constitución.
El ponerse al tú por tú con quien te ofende y demerita, le da razones al contendiente para afirmar que son ciertos los juicios de valor que expresa de tu persona o de terceros.
@normaglzz