Las personas que poblaban el oeste de Aguascalientes eran conocidas como caxcanes, un grupo seminómada indígena chichimeca que se caracterizó por su valor y audacia.
Vivían de la agricultura y la caza; confeccionaban sus vestidos con telas de algodón y de las fibras de maguey y usaban algunos metales como el cobre, oro y plata.
Rendían culto al Sol, a quien llamaban Tayahopa; a Quaunamoa, dios del fuego; a Tioipitzintli, el dios niño que era el dios del consuelo.
En la guerra contra los españoles, los chichimecas fueron valerosos en la resistencia hasta ser temidos por los soldados españoles.
Entre 1548 y 1589, la corona española comenzó la Guerra Chichimeca, una lucha sangrienta que rompió el modelo de vida de este pueblo. Durante cuatro décadas, las tribus fueron perseguidas y casi exterminadas.
La lucha se extendió hasta el siglo XVII, cuando desaparecieron los asentamientos y los indígenas sobrevivientes tuvieron que adaptarse a la vida de las ciudades españolas de Zacatecas, Aguascalientes y Lagos de Moreno.
En la foto observamos la Gran Cabeza Chichimeca, que yace en la carretera 70, Aguascalientes-Calvillo, km. 33, entre la Sierra del Laurel y la Sierra Fría. Mide 12 metros de alto y es una obra de Juan Justo Zárate.
Esta es la cabeza de Tenamaxtli, también nombrado por los españoles como Francisco Tenamaztle, un guerrero indígena caxcán, uno de los principales líderes de la rebelión conocida como la Guerra del Mixtón ocurrida durante 1541 y 1542.
¡Qué grandeza la del pueblo Chichimeca!
Vía: SEP | Sectur Aguascalientes