En comparación con el flâneur parisino, el flâneur chilango es un personaje de mucha altura: en la capital francesa la altitud media es de 33 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.), y la máxima no llega a 135. En la Ciudad de México nos movemos 2.2 kilómetros más arriba, en promedio a 2,240 m s. n. m., y quienes se animan a subir el cerro de la Cruz del Marqués, el Ajusco, alcanzan una altitud de 3,930 m s. n. m. —tampoco vaya a quedarse usted con la falsa idea de que los chilangos son la gente más expuesta a problemas de hipoxia, porque hay varias ciudades más altas, comenzando por de mayor altitud, la peruana La Rinconada, en donde unas veinte mil personas viven a 5,100 m s. n. m.—.
Decíamos que, para el flâneur, “la multitud es su dominio, como el aire es el del pájaro, como el agua el del pez”. El mismo Baudelaire sostiene que la pasión y la profesión del flâneur “es adherirse a la multitud”. En 1863, cuando el poeta escribió esto, Víctor Hugo publicaba Los miserables, el ejército francés invadía nuestro país —la Ciudad de México fue tomada en junio de ese año— y París era una ciudad moderna enorme, sólo superada por Londres y Pekín. Entonces, en París vivían 1.7 millones de personas. De este lado del Atlántico, la Ciudad de México era habitada por alrededor de doscientas mil almas —para 1862, ese era el monto estimaba Antonio García Cubas—. Hoy día el panorama es muy distinto. En enero de 2020, París tenía una población de 2’145,906 habitantes, mientras que en marzo del mismo año en la Ciudad de México pululábamos poco más de 9.2 millones de seres humanos. En cuanto a la gran área metropolitana parisina, actualmente tiene una población de 14.7 millones. Por su parte, la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) supera los 22 millones.
Así que en términos poblacionales la Ciudad de México es mucho más grande que París. Y espacialmente, también: si el área metropolitana parisina se extiende por 3.1 mil km2, la ZMVM abarca casi ocho mil km2.
Algunos números, ciertamente, pueden darnos luz, pero también pueden propiciar engaños. Dice Baudelaire que “… el flâneur entra en la multitud como en un inmenso depósito de electricidad”. Si bien el flâneur chilango se mueve hoy en un entorno en el que hay muchísima más gente que en París y puede recorrer una mancha urbana considerablemente más extensa, la CDMX no es un ecosistema urbano tan denso como la capital de Francia.
La densidad de población de la mancha urbana de la ZMVM es de unos 8,400 habitantes por kilómetro cuadrado (habs./km2). En cuanto a la Ciudad de México, la entidad federativa presenta una población relativa de 6,163 habs./km2. Claro, casi la mitad de sus 1,495 km2 de territorio es rural (46%), así que la densidad urbana en la CDMX es mayor. En la mancha urbana de la CDMX la población relativa es de 11,391 habs./km2. Obviamente, no en toda la ciudad la densidad es la misma. La demarcación territorial más densamente poblada de la CDMX es Iztacalco, ubicada al oriente de la entidad y totalmente cubierta por la mancha urbana; en ella viven 17,523 habs./km2. Y la Cuauhtémoc, en donde se encuentra el centro histórico de la ciudad, tiene una población relativa un poco menor: 16,783 habs./km2. Si esto parece demasiado, consideremos que la densidad de población en París es de 21,258 habitantes por km2…, una multitud más electrizante, diría yo.
Además de la cantidad y la densidad, conviene tomar en cuenta la diversidad. Aunque es cierto que durante los últimos meses se ha incrementado la presencia de extranjeros en la CDMX —muchos de ellos, nómadas digitales—, conviene recordar que, según los resultados del Censo 2020, la población residente al interior de la CDMX que declaró haber radicado en el extranjero cinco años antes fue apenas de 48,591 personas, es decir, ¡apenas en 0.5% del total de quienes vivimos en la capital de la República Mexicana! En cuanto a la gente —de 3 años y más— que hablan alguna lengua indígena, su participación relativa en lo que antes era el Distrito Federal es de solamente el 1.4% En suma, la enorme mayoría de los habitantes de la CDMX habla el mismo idioma y se parece mucho entre sí. En París, la situación es muy diferente: allá viven más de 455 mil inmigrantes —18% más que en 1999—, lo cual se traduce en que uno de cada cinco parisinos es inmigrante. ¿Y de dónde llegó toda esa gente? Del mundo entero: en nuestros días, 110 nacionalidades están representadas en París.
Echarse a andar a la aventura del flâneur en París debe de resultar alucinante incluso para el flâneur chilango más experimentado…, me temo.
@gcastroibarra