Beijing y Moscú: historia de dos ciudades/ Taktika - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Beijing, República Popular de China. 15 de abril de 2023. El mandatario Xi Jinping se dirige al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de la siguiente manera: “Es un gran placer recibir a mi viejo amigo en la cálida primavera de Beijing”. Luego, en reconocimiento a la reciente convalecencia de su huésped, Xi agrega: “Has viajado grandes distancias para llegar a China inmediatamente después de tu recuperación, lo cual muestra la gran importancia que concedes a la relación bilateral”.

Visiblemente conmovido, el barbado y rechoncho líder carioca responde así: “No tenemos alternativas políticas o ideológicas. Tenemos opciones de interés nacional, del pueblo brasileño, de la industria nacional, de nuestra soberanía”.

Al día siguiente, en la capital rusa, Moscú, el presidente Vladimir Putin recibe al ministro de Defensa Nacional, general Li Shangfu, con las siguientes palabras: “Has arribado a Rusia siguiendo la visita a nuestro país de nuestro gran amigo, mi amigo, el presidente de la República Popular, camarada Xi Jinping”.

El militar chino manifiesta: “La cooperación militar y técnico-militar entre Rusia y China se está desarrollando muy bien. Esto está haciendo una contribución mayor al mantenimiento de la seguridad global y regional”.

Las escenas arriba relatadas sirven como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar por qué las capitales de la República Popular de China y la Federación Rusa, Beijing y Moscú, respectivamente ocupan un lugar primordial en la actualidad mundial.

En 1859, el eminente literato inglés Charles Dickens publicó una novela histórica intitulada Historia de dos ciudades, la cual tiene por escenario a Londres y París. La narración está enmarcada en las condiciones que condujeron a la Revolución francesa y al Terror.

Inspirado por el relato de Dickens, el escribano sostiene que Beijing ha devenido en el centro de la diplomacia y Moscú en el fulcro de la resistencia contra el proyecto unipolar preconizado por Washington.

El viernes 10 de marzo, desde Beijing, Xi Jinping hizo un anuncio telúrico en términos diplomáticos y geopolíticos: merced a los buenos oficios del país asiático, Arabia Saudita e Irán restablecerían relaciones diplomáticas. La distensión entre iraníes y sauditas tomó por sorpresa a los estadounidenses y a sus aliados israelíes, los cuales contaban con el reino saudita para formar un anillo militar que ahorcara “poco a poco, lentamente” (Juan Gabriel dixit) a Teherán.

El mandatario galo Emmanuel Macron, asiduo lector de Nicolás Maquiavelo, viajó a Extremo Oriente con dos objetivos en mente: intentar meter una cuña entre China y Rusia y beneficiar a las empresas francesas.


En Beijing, y ante Xi Jinping, Macron reconoció que “hace cinco años que usted me entiende defender la soberanía europea, una autonomía europea al servicio de un proyecto común, el gemelo de la independencia francesa”. Luego, ambos mandatarios se trasladaron a la capital de la provincia de Guangdong, Guangzhou, al mediodía de China.

En un ambiente relajado, Xi invitó a Macron a escuchar el sonido particular del Guqin, la cítara china de siete cuerdas de seda1. El mensaje fue claro: “Cuando se escucha esta música sempiterna tocada por este instrumento eterno, tú esperas estar en compañía de un amigo íntimo; tú estás en sincronía tanto como la alta montaña y el agua que fluye”2.

La mezcla de la milenaria y sofisticada diplomacia china, aunada a la necesidad del sector productivo francés de poder acceder al mercado asiático, provocó un estallido de sinceridad en Macron, quien en el viaje de retorno expresó: “el gran riesgo” que Europa enfrenta es “verse envuelta en crisis que no son nuestras, lo cual le impide construir su autonomía estratégica”.

Ya encarrilado, Macrón concluyó: “Si las tensiones entre las dos superpotencias se calientan…no tendremos ni el tiempo ni los recursos para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos”3.

Espoleado por la necesidad de relanzar la economía de su país, luego de la larga noche de Jair Bolsonaro, Luiz Inácio Lula da Silva fue el siguiente líder internacional en hacer el peregrinaje a Beijing. China y Brasil signaron acuerdos en materia de comercio, cooperación y paz, cambio climático, inversiones, y transición energética. Asimismo, Brasil ofreció realizar transacciones comerciales en una moneda diferente al dólar estadounidense y mediar entre Rusia y Ucrania.

Los estadounidenses, molestos por las declaraciones de Macron, estallaron al conocer la postura brasileña, la cual incluyó recibir al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov: el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó: “En este caso, Brasil está repitiendo como un loro la propaganda rusa y china sin observar para nada los hechos”.

En el año 2023, de acuerdo al analista Pepe Escobar, Moscú ha devenido en la “capital del mundo multipolar”4 porque se puede encontrar a personajes que encarnan la resistencia ante la acometida estadounidense: la empresaria y política María Bútina, acusada de espionaje; Víktor Bout, el famoso traficante de armas; Aleksandr Duguin, el filósofo de la integración euroasiática; Serguéi Gláziev, el economista y político que propone “desdolarizar” al mundo de las finanzas mundiales; y el secretario del Consejo de Seguridad Nikilolái Pátrushev –denominado el Triple Yoda, por su comportamiento discreto y perspicaz.

Igualmente, el 31 de marzo del año en curso Vladimir Putin firmó el Decreto sobre el Concepto de Política Exterior de Rusia, en el documento, por primera vez, se plasma el concepto de Russkiy Mir (“Mundo Ruso”), el cual se refiere a la promoción y preservación de los valores y cultura de Rusia.

Es decir, la confrontación con Occidente (los Estados Unidos y la Unión Europea) será más ideológica, particularmente porque “el rechazo del neoliberalismo”5 se ha convertido en un pilar de la política exterior de Rusia.

El escribano concluye: Beijing y Moscú figuran de manera prominente como centros de la nueva arquitectura geopolítica que se está gestando en el siglo XXI.

Aide-Mémoire. – La DEA y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos han movido fichas para tratar de influir en las elecciones presidenciales que, en 2024, se realizarán a ambos lados del río Grande.

 

Recursos consultados

1.- For ‘bosom friends!’ Xi invites Macron to enjoy Guqin melody of ‘High Mountains and Flowing Water’ https://www.youtube.com/watch?v=CTCRyxWg8xw

2.- All roads lead to Beijing https://strategic-culture.org/news/2023/04/15/all-roads-lead-to-beijing/

3.- Europe must resist pressure to become ‘America’s followers,’ says Macron https://www.politico.eu/article/emmanuel-macron-china-america-pressure-interview/

4.- The Capital of the Multipolar World: A Moscow Diary https://strategic-culture.org/news/2023/03/30/the-capital-of-the-multipolar-world-a-moscow-diary/

5.- Russia’s new foreign policy: Confronting the US enemy in a new world order https://thecradle.co/article-view/23630/russias-new-foreign-policy-confronting-the-us-enemy-in-a-new-world-order


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