Moscú, Federación Rusa. 20 de marzo de 2023. Vladimir Putin, fija sus cerúleos ojos azules en su huésped, el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, y comenta: “Nosotros nos sentimos un poco celosos de ustedes cuando se trata de que China establezca un sistema efectivo de economía y de empoderamiento estatal, mucho más efectivo que muchas otras naciones”.
Posteriormente, Xi toca el espinoso tema de Ucrania en los siguientes términos: “China está lista para continuar jugando un rol constructivo en la promoción de un acuerdo político de la crisis de Ucrania”. A continuación, ambos líderes sostienen una charla informal que se prolonga por cuatro horas y media. Al término del cónclave, el dirigente ruso acompaña a su convidado hasta la puerta del vehículo que lo trasladará. Ambos platican brevemente y luego se estrechan las manos.
Las escenas arriba relatadas sirven como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar por qué los mandatarios de China y Rusia se han convertido en los parteros del mundo multipolar.
Debe decirse fuerte y claro: China y, en menor grado, Rusia tienen en estos momentos la iniciativa en términos diplomáticos. ¿Por qué? Primero, a finales de febrero próximo pasado China publicó un documento intitulado “La hegemonía estadounidense y sus peligros”, en donde crítico acremente la postura belicista de la Unión Americana. A continuación, el país asiático lanzó una propuesta para solucionar el conflicto en Ucrania.
Como parte de esta iniciativa, el director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partico Comunista, Wang Yi, viajó a Moscú. En la capital rusa, Wang se reunió con el secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Nikolái Pátrushev –apodado el Triple Yoda, por su comportamiento circunspecto y perspicaz. Luego, Wang conferenció con Vladimir Putin. Por último, el diplomático chino afirmó que la relación entre China y Rusia era “tan sólida como una roca”.
La respuesta estadounidense consistió en amenazar a China con una guerra antes de 2025 y luego vilipendiarla con la prohibición para empleados del gobierno estadounidense de utilizar Tik Tok, el supuesto de que los chinos proporcionaban armas a los rusos y que los asiáticos planean invadir Taiwán.
Los chinos, recordando las palabras del estratega Sun-Tzu, fueron “silenciosos como el bosque” y aguantaron el vendaval mediático proveniente de Washington. Entonces, el viernes 10 de marzo hicieron un anuncio telúrico en términos diplomáticos y geopolíticos: Xi Jinping notificó que, merced a los buenos oficios de su país, Arabia Saudita e Irán restablecerían relaciones diplomáticas.
Luego, el miércoles 15 de marzo Vladimir Putin recibió en Moscú a su contraparte siria, Bachar al-Assad, quien fue salvado de la defenestración por la intervención de las fuerzas armadas de Rusia, apoyadas por Irán. En la víspera, los rusos habían provocado el derribo de un dron estadounidense que hacía maniobras de reconocimientos cerca de la península de Crimea.
El anuncio de la distensión entre Teherán y Riad provocó el aturdimiento entre los estadounidenses. Esto porque desde la década de 1970, gracias a la victoria de Israel sobre sus rivales árabes en la guerra del Yom Kippur, la alianza estratégica con Arabia Saudita y los acuerdos de Camp David, la Unión Americana había sido el principal actor externo en la zona del Medio Oriente.
Sin embargo, los norteamericanos no se quedaron cruzados de brazos: el viernes 17 de marzo, la Corte Penal Internacional acusó al mandatario ruso, Vladimir Putin, de “crímenes de guerra”. Para los rusos, esto fue un “ultraje”, el cual solamente quedará en un hecho simbólico, pues Rusia no reconoce la jurisdicción de esa soberanía y, por ley, no extradita a sus ciudadanos.
Si los norteamericanos creían que la acusación sobre Putin haría desistir a Xi Jinping de su viaje a Moscú cayeron en un error: el jerarca asiático prosiguió con la visita. Asimismo, un artículo de Putin apareció en el rotativo oficialista, El Diario del Pueblo, mientras que los principales periódicos rusos publicaron un párrafo signado por Xi.
Hoy, martes 21 de marzo, Xi y Putin se reunieron dos veces: la primera fue en una sesión restringido, en el cual el líder chino se entrevistó con la cúpula del complejo militar-industrial ruso, porque los chinos necesitan “desesperadamente”1 la asesoría castrense; segundo, en un formato expandido, en donde se acordó trabajar en materia de cadenas de suministro, ciencia y tecnología, comercio e inversión, cultura y deportes, y proyectos de infraestructura energética. Finalmente, Xi invitó al liderazgo ruso a visitar su país en la segunda mitad del año.
El escribano concluye: la multipolaridad está siendo parida en los campos de batalla de Ucrania, en las transacciones comerciales de los países que han dejado de utilizar el dólar estadounidense como moneda de cambio internacional y en las instituciones internacionales que, como los BRICS, no reconocen la égida estadounidense. Asimismo, China y Rusia se perciben como dos potencias con el dinamismo y la fuerza necesarias para impedir “una catástrofe global”2 provocada por la irresponsabilidad del actual inquilino de la Casa Blanca. Por último, China ha emergido como el socio mayoritario en la alianza con Rusia.
Aide-Mémoire. – El lunes 20 de marzo de 2023, una delegación estadounidense, encabezada por el senador por Texas, John Cornyn, se entrevistó con el presidente Andrés Manuel López Obrador. La temática a tratar fue: la seguridad fronteriza, los recientes asesinatos de ciudadanos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas y la migración ilegal.
Recursos consultados
1.- China´s Naval Problem http://smoothiex12.blogspot.com/
2.- China, Russia deepen Comprehensive Strategic Partnership of Coordination for the New Era, stress talks as solution to Ukraine crisis in joint statement https://www.globaltimes.cn/page/202303/1287726.shtml