“Es un deleite trabajar con el maestro Siffert”, me comentó una persona integrante de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, no recuerdo si fue el miércoles o el jueves de la semana pasada, es lo de menos, lo importante es lo que percibe un músico al trabajar con él. Su manera de entender y hacer la música, evidentemente el maestro tiene ideas claras, sabe perfectamente lo que quiere, tiene sus objetivos muy bien definidos, sabe a dónde quiere llegar. El maestro fue titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes durante aproximadamente ocho meses, poco tiempo en verdad, pero suficiente para dejar impreso su sello en la personalidad de nuestra máxima entidad musical, me atrevo a decir, incluso que la OSA no es la misma y hay que entenderla como antes y después del maestro Siffert, y no, de verdad, no estoy exagerando, por si acaso lo piensas, los trazos musicales del maestro han dibujado en la Sinfónica un rostro con personalidad sólida e identidad propia.
Ya la sola presencia del maestro como director huésped era suficiente para que el concierto fuera atractivo, pero a eso hay que agregarle un excelente programa, este séptimo concierto inició con la obertura de la ópera Oberon, conocida también como El juramento del rey de los elfos del compositor alemán Carl María von Weber. Después de la obertura disfrutamos de Concierto triple para violín, violoncello y piano, Op, 56 en do de Ludwig van Beethoven con la participación de tres grandes solistas, el maestro Manuel Ramos en el violín, Ildefonso Cedillo en el cello y Erilk Cortés en el piano. El maestro Ramos, actualmente integrante de Filarmónica de la UNAM y durante algunos años concertino de esta orquesta que es una de las mejores de México como también lo fue de la Filarmónica de la Ciudad de México. Actualmente pertenece al grupo de Concertistas de Bellas Artes.
Por su parte el maestro Cedillo es uno de los mejores violonchelistas de México, fue cellista del cuarteto México, fue principal de su sección en la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, integrante de las Filarmónicas de la UNAM y de la Ciudad de México. Actualmente es parte principal de su sección en la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
El trío de solistas lo completa el pianista Erik Cortés, egresado de la Facultad de Música de la UNAM, de la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes, además de recibir maestría en Música de la Manhattan School of Music. A estos tres grandes solistas se les encomendó la ejecución del célebre “Triple” de Beethoven con excelentes resultados. Me llamó la atención, entre otras cosas dignas de recibir toda la atención, que el público que pobló generosamente las butacas del Teatro Aguascalientes sabía de qué se trataba el asunto, no tuvimos que soportar esos molestos aplausos entre movimientos que rompen con el flujo natural de una la obra completa, nos deleitamos con un respetuoso silencio al terminar cada movimiento y reservando el entusiasmo para desbordarlo al final de la obra completa, como debe ser.
Después del intermedio tuvimos la oportunidad de disfrutar, en toda la intensidad de su sabor, la Sinfonía en re menor del compositor de Bélgica Cesar Frank, su única incursión al género, y se trata, además, de su obra orquestal más importante.
Aunque sabemos de la grandeza de esta obra y de que es una verdadera joya en el lenguaje de la sinfonía, seguramente la mayor parte del público fue convocada a este séptimo concierto con el deseo de escuchar el Triple concierto de Beethoven, que evidentemente respondió a las expectativas, aunque es necesario mencionar que el violín, sin dejar de ser solvente en su discurso, se escuchaba a un menor volumen que el piano y el cello, ignoro la razón, posiblemente se deba al hecho de que el maestro Manuel Ramos estaba colocado fuera del amparo que brinda la concha acústica, no lo sé en realidad y solo estoy especulando, pero sí lo escuché con una voz menos robusta, sin embargo, la ejecución que nos obsequió el maestro Siffert de la Sinfonía en re menor de Frank representa, desde mi punto de vista, uno de los mejores momentos que yo le recuerdo a la Sinfónica de Aguascalientes, al menos durante los últimos años, una interpretación sumamente emotiva incluso apasionada, agregando a esto el hecho de que el maestro mostró un dominio absoluto de la partitura y una técnica irreprochable. Un verdadero placer, un privilegio volver a disfrutar del trabajo del maestro Siffert en el escenario del Teatro Aguascalientes.
Para este viernes 17 de marzo la OSA prepara un programa interesante formado por el Concierto para viola de William Walton contando con la participación del maestro Sergio Absalón Carrillo en el instrumento solista, él es coprincipal de la sección de violas de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y es también violista del Cuarteto de Cuerdas José White, uno de los más activos y fértiles de México, y me atrevo a decir que uno de los mejores ensambles de música de cámara de nuestro país. Después del intermedio disfrutaremos de una de las más grandes sinfonías en la historia del género, esa de la que Richard Wagner dijo que es la apoteosis de la danza, evidentemente estoy hablando de la Sinfonía No.7, Op. 92 en la mayor de Ludwig van Beethoven. La dirección de éste que es el penúltimo de los conciertos de la primera temporada del año le ha sido encomendada al maestro Revueltas, titular de nuestra sinfónica. El concierto es mañana viernes 17 de marzo a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario.