En esta tercera entrega especial del mes de marzo corresponde hablar sobre la filósofa y escritora Alicia Puleo, principal exponente del ecofeminismo en lengua castellana. Para ello se empleará una entrevista que le realizó la maestra Aimé Tapia para la Revista GénEros (2017, [21], pp. 7-24.), en ésta la Dra. Puleo toca puntos referidos a la filosofía feminista, los estudios de género, la ética ambiental, así como su propuesta sobre el ecofeminismo crítico.
En la entrevista, comienza explicando la Dra. Puleo, que el ecofeminismo surgió en la década de los años setenta, que el término se forjó en Francia y que fue la feminista libertaria, Françoise D’Eaubonne, quien acuñó dicho concepto; además menciona que el ecofeminismo no tuvo la aceptación esperada en Francia, y que fue en Estados Unidos y otros países del mundo anglosajón en los que se recibió favorablemente por grupos feministas radicales. Posteriormente explica que algunas corrientes, como la de Mary Daly, proviene de las ideas del ecofeminismo clásico; el ecofeminismo teológico, que se preocupa por cuestiones como la divinidad; el ecofeminismo sociológico, centrado en las relaciones de trabajo, de clase social, etcétera y el ecofeminismo filosófico, en el que se crítica la relación opresiva del hombre hacia el mundo natural y a las mujeres, por contraparte, el cuidado de la naturaleza y la relación de cuidado para con los otros por parte de ellas.
A continuación, expone en qué consiste su propuesta de ecofeminismo crítico, aclarando previamente que todos los ecofeminismos son críticos; sin embargo, ella lo nombra así porque en él integra a la teoría crítica, a la tradición crítica ilustrada y a la tradición de crítica al prejuicio. En palabras de Puleo «el ecofeminismo, que es la corriente más vanguardista del feminismo, tiene que conservar ciertos conceptos ilustrados para preservar a las mujeres de problemas derivados del contacto del feminismo con el ecologismo en el mundo de la globalización neoliberal». El ecofeminismo, de esta manera, expresa que los derechos de autonomía y libertad de las mujeres no deben retroceder, sino integrarse en las agendas públicas para transformar el mundo. En su propuesta integra también aspectos como la ética del cuidado y el buen trato a los animales no humanos.
Para Puleo, el ecofeminismo crítico promueve valores como la resiliencia, la solidaria, la sororidad (especialmente hacia las mujeres más vulnerables como campesinas e indígenas) y la conciencia ambiental. De esta forma, las características fundamentales de su propuesta ecofeminista son las siguientes:
- Ser un pensamiento crítico.
- Reivindicar la igualdad y la autonomía de las mujeres (decidir sobre su cuerpo).
- Aceptar los beneficios de la ciencia y la tecnología.
- Fomento de los valores de la ética del cuidado hacia los humanos y la naturaleza.
- Asumir el diálogo intercultural.
Para Puleo, las bases de su teoría están fundamentadas en el ecologismo y el animalismo, ambos deben conjuntarse en la práctica; con ello se pretende erradicar, por una parte, la opresión histórica de las mujeres por parte del hombre, y por otra, el dominio androcéntrico sobre la naturaleza. Esto lo confirma la filosofía y la historia, ya que ha habido una identificación entre la mujer y la naturaleza por parte del hombre como algo que se puede dominar, es por ello que esta propuesta resulta tan pertinente en la actualidad para acabar con la visión androcéntrica patriarcal.
Por otra parte, en su libro “Claves ecofeministas. Para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales”, para ejemplificar al ecofeminismo crítico hace referencia al Epicureísmo, escuela helenística del siglo III a.C. que inculcaba a sus alumnos aprender a controlar el placer y dominar el dolor corporal, para ello debían distanciarse de todo aquello que pudiera provocar cualquiera descontrol de estos sentimientos; es decir, no se trata de no padecerlos, sino de evitar autoprovocarlos lo que puede llevar a la pérdida de consciencia o incluso la salud. Por ejemplo, tomarse una copa con vino, o dos, en una reunión está bien, pero beber hasta embrutecerse ya no es algo placentero y provoca dolor; otra es ambicionar lujos innecesarios y mucha frustración si no se consiguen, por eso el epicureísmo recomienda practicar la frugalidad, es decir, vivir sin lujos ni comodidades excesivas, llevar una vida en armonía con el entorno natural y poder disfrutar de la paz. Puleo propone que debemos vivir en un jardín-huerto ecofeminista e invita a proyectar un futuro con una igualdad entre los hombres y mujeres, vivir en paz con la naturaleza y sin la explotación humana y animal, libre del androcentrismo.
Sobre esto, la ONU Mujeres México (https://n9.cl/2nwkl) señala que las mujeres ocupan un rol clave en la defensa del medio ambiente y la preservación de la naturaleza. Por su parte, la Veggie Animals (https://n9.cl/hk2vp) menciona que el movimiento de derecho de los animales está conformado principalmente por mujeres, sin embargo, las personas más conocidas son hombres y, por tanto, se ha minimizado el trabajo realizado por las mismas. Al respecto, el sitio EFE: Verde publicó el 8 de marzo de 2022 el artículo Las mujeres activistas: defensoras de los animales y del medio ambiente (https://n9.cl/u4g65w) en el que hace un reconocimiento especial a mujeres distinguidas que, a lo largo de la historia, han desarrollado un papel fundamental en la defensa del medio ambiente, la protección animal, la educación ambiental en muchas otras acciones.
Como vemos, el ecofeminismo está plenamente justificado y bien vale la pena revisar cada una de las propuestas que sus representantes elaboran y exponen, de esta manera será más fácil de asimilar y poner en práctica una visión más incluyente del mundo, que éste deje de ser visto única y exclusivamente bajo la mirada del hombre y se complemente con la visión, la voz y los sentimientos de la mujer.