Moscú, Federación Rusa. 21 de febrero de 2023. El mandatario Vladimir Putin fija sus cerúleos y gélidos ojos azules en su audiencia y respeta: “Las élites del Occidente no esconden su propósito…pretenden transformar un conflicto local en la fase de una confrontación global…reaccionaremos en consecuencia porque, en este caso, estamos hablando de la existencia de nuestro país”. Luego, toma aire y continúa: “Ellos no pueden fallar en darse cuenta que es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla”.
Horas después, desde la capital de Polonia, Varsovia, el gobernante de los Estados Unidos, Joe Biden, responde a la alocución moscovita: “La lujuria cobarde por tierra y poder del presidente Putin fallará”. Arropado por una multitud que ondea banderas estadounidenses, Biden remata: “Ucrania, Ucrania nunca será una victoria para Rusia. Jamás”.
Las escenas arriba relatadas sirven como prólogo al presente artículo, el cual pretende analizar los mensajes discursivos que distintos líderes han enviado desde Múnich, Kiev, Varsovia y Moscú con motivo del primer aniversario de la invasión de Rusia de Ucrania.
Desde 1963, la Conferencia de Seguridad en Múnich es un evento que congrega a: jefes de Estado y de Gobierno, ministros, congresistas, representantes de las fuerzas armadas, científicos e integrantes de la sociedad civil. El objetivo: analizar y debatir los principales retos en materia de seguridad a nivel mundial.
Dos temas dominaron la edición 2023: la guerra en Ucrania y la creciente rivalidad entre la Unión Americana y la República Popular de China. El viernes 17 de febrero, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien, en una apasionada arenga, afirmó que “nuestro deber para todos es continuar este trabajo consistente en explicar y hacer explícito el hecho de que Rusia hoy en día es una potencia de desequilibrio y desorden”.
A continuación, Macron habló del Grupo Wagner, una organización paramilitar de origen ruso, el cual es fuente de múltiples quebraderos de cabeza para los occidentales en el Cáucaso, Medio Oriente, África y América Latina. Por último, el líder galo aseveró que “Rusia no puede ni debe ganar la guerra” porque una victoria rusa afectaría “toda la seguridad europea” y provocaría un desequilibrio en la “estabilidad mundial”1.
La Conferencia de Seguridad terminó con un humor sombrío porque, a pesar de la propaganda de los multimedia occidentales, los cuales aseveran que Rusia está perdiendo la guerra, la realidad es muy diferente en el campo de batalla, ya que Ucrania acusa la falta de municiones y sus valedores en los Estados Unidos y en la Unión Europea no le pueden abastecer prontamente.
Joe Biden partió hacia Europa en donde estaba anunciada su visita a Polonia. Sin embargo, tras un periplo de 9 horas, el mandatario apareció, el lunes 20 de febrero, sorpresivamente en la capital de Ucrania, Kiev. Acompañado del mandatario del país eslavo, Volodimir Zelensky, Biden afirmó que la “guerra de conquista de Putin está fallando” y que “la economía de Rusia es ahora un lugar apartado, aislado y en dificultades”.
Durante poco más de un día, los rusos permanecieron callados, meditabundos, y todo mundo estaba a la expectativa de cómo sería la respuesta discursiva por parte de Vladimir Putin.
Putin, mezclando la agresividad con el sopor, alegó que “el sistema de gestión y la economía rusa habían salido más fuertes de lo que Occidente creía”. Luego, mencionó que “ellos (Occidente) quieren infligir una derrota estratégica y colarse a nuestras instalaciones nucleares”. Por ello, el jerarca ruso anunció que su país estaba suspendiendo su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés).
Más todavía, Putin afirmó que las elecciones presidenciales se celebrarían, en 2024, conforme a lo planeado. Por último, acusó que Occidente atacaba las bases de la cultura rusa: la Iglesia Ortodoxa. Algo que Rusia no toleraría porque esto conduciría a “una verdadera catástrofe espiritual”2.
Finalmente, el director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China, Wang Yi, arribó a Moscú. El diplomático chino sostuvo una reunión con el secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa Nikilolái Pátrushev –denominado el Triple Yoda, por su comportamiento circunspecto y sagaz.
Tras reunirse con Pátrushev, Wang Yi afirmó que la relación China-Rusia es “tan sólida como una roca” y que estaba a prueba de los vaivenes geopolíticos.
El escribano concluye: los diferentes mensajes pronunciados por los líderes occidentales, por una parte, y sus contrapartes chinos y rusos dejan entrever que la lucha en Ucrania decidirá, en parte, si el proyecto unipolar de los Estados Unidos prevalece sobre la opción multipolar aupada por China y Rusia.
Aide-Mémoire. – Genaro García Luna es el ex funcionario de mayor jerarquía jamás enjuiciado en la Unión Americana. Ello implica examinar con lupa a los sexenios comprendidos entre los años 2001 y 2012.
Recursos consultados
1.- Déplacement en Allemagne à l’occasion de la 59ème Conférence de Munich sur la sécurité. https://www.elysee.fr/emmanuel-macron/2023/02/17/deplacement-en-allemagne-a-loccasion-de-la-59eme-conference-de-munich-sur-la-securite
2.- Putin’s address to Russia’s parliament https://www.reuters.com/world/europe/putins-address-russias-parliament-2023-02-21/