Las Ciudades Invisibles/ Rompecabezas urbano  - LJA Aguascalientes
24/04/2025

Se cumplieron 50 años de la publicación de Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, libro que ha sido analizado ampliamente desde varias disciplinas. Aunque el propio autor lo define como una especie de poema a la ciudad, desde la perspectiva urbana fue relevante por la capacidad de describir problemas concretos, cotidianos, y que existen en ciudades de diferentes tamaños y regiones. Además de esto, el libro no deja ser actual.

Calvino utiliza a dos personajes en su libro: Kublai Kan, emperador de los Tártaros, y Marco Polo. Este le describe al emperador las ciudades que ha conocido en sus viajes. En total, Polo relata la vida, las prácticas y las formas de 55 ciudades, las cuales tienen nombres de mujeres. Además, estas ciudades están organizadas en 11 categorías, que podrían interpretarse como 11 dimensiones de la vida urbana: las ciudades y la memoria; las ciudades y el deseo; las ciudades y los signos; las ciudades sutiles; las ciudades y los intercambios; las ciudades y los ojos; las ciudades y el nombre; las ciudades y los muertos; las ciudades y el cielo; las ciudades continuas; y las ciudades escondidas.

Todas las ciudades son inventadas, pero los relatos de Marco Polo describen en cada una de ellas aspectos que podemos encontrar en la ciudad moderna. De acuerdo con el propio autor, Las ciudades invisibles surge cuando “todo el mundo tiende a uniformarse”. En este sentido, Calvino no es optimista. En el texto que se presenta como prólogo del libro, escrito al poco tiempo de la publicación de Las ciudades pero incluido más recientemente, dice que “cada vez es más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana”. Y Calvino describe esa crisis al mismo tiempo que explica el objetivo de su libro:

“Se habla hoy con la misma insistencia tanto de la destrucción del entorno natural como de la fragilidad de los grandes sistemas tecnológicos que pueden producir perjuicios en cadena, paralizando metrópolis enteras. La crisis de la ciudad demasiado grande es la otra cara de la crisis de la naturaleza. […] Lo que le importa a mi Marco Polo es descubrir las razones secretas que han llevado a los hombres a vivir en las ciudades, razones que pueden valer más allá de todas las crisis”

Además de la descripción que Marco Polo hace al emperador de cada una de las ciudades, en el libro se presentan diálogos entre ellos, que son reflexiones de quien mira desde lejos lo que ahí sucede. El libro está formado por 9 capítulos, y al inicio y al final de cada uno de ellos suceden estos intercambios de palabras, que en realidad son las ideas e inquietudes de Calvino, de manera más racional. En cambio, las descripciones de las ciudades tienen una forma más poética de expresar el vivir en la urbe. Por ejemplo, Zora es la ciudad “que quien la ha visto no puede olvidarla jamás”, y en Maurilia “se invita al viajero a visitar la ciudad y al mismo tiempo a observar viejas tarjetas postales que la representan como era antes. […] Para no decepcionar a los habitantes hace falta que el viajero elogie la ciudad de las postales y la prefiera a la presente”.

Las dos ciudades anteriores están relacionadas con la memoria, pero Despina, por ejemplo, está asociada al deseo: “De dos maneras se llega a Despina: en barco o en camello. La ciudad es diferente para el que viene por tierra y para el que viene del mar”. Ejemplos de ciudades y los signos son Tamara y Zirma. Aquí “el ojo no ve cosas sino figuras de cosas que significan otras cosas”, y “la memoria es redundante: repite los signos para que la ciudad empiece a existir”. Hay dimensiones explícitamente estudiadas por los urbanistas que se expresan en ciudades como Baucis, donde “los habitantes rara vez se muestran en tierra: tienen arriba todo lo necesario y prefieren no bajar”.

Una ciudad que me llamó mucho la atención es Isaura, una ciudad sutil. “Se supone que Isaura, ciudad de los mil pozos, surge sobre un profundo lago subterráneo” […] “Un paisaje invisible condiciona el visible”. Algunas ciudades me recuerdan mi propia experiencia urbana, y otras son más bien ajenas, pero supongo que para cada lector habrá una serie de ciudades imaginarias que le recuerden su vida cotidiana, sus emociones o sus miedos. Hay otras ciudades desconcertantes que quizá nos hacen pensar en cosas que no se nos habían ocurrido, como Octavia, en donde “suspendida en el abismo, la vida de los habitantes de Octavia es menos incierta que en otras ciudades. Saben que la resistencia de la red tiene un límite”. Como un destino fatal inevitable.

Paradójicamente, Melania, ciudad que se relaciona con los muertos, es esperanzadora. “La población de Melania se renueva: los interlocutores van muriendo uno por uno y entre tanto nacen los que a su vez ocuparán un lugar en el diálogo… El que se asoma a la plaza en momentos sucesivos comprende que de un acto a otro el diálogo cambia, aunque las vidas de los habitantes de Melania sean demasiado breves para advertirlo”

Las ciudades invisibles muestra de una manera poética todo tipo de experiencias, sentimientos y problemas de la ciudad moderna, en general, y quizá por eso es que el libro es tan actual, pero subraya, además, la importancia de esta mirada. El emperador le pregunta a Marco Polo “Los otros embajadores me informan sobre carestías, conclusiones, conjuras, o bien me señalan minas de turquesas recién descubiertas, precios ventajosos […]. ¿Y tú […] vuelves de comarcas tan lejanas y todo lo que sabes decirme son los pensamientos que se le ocurren al que toma el fresco por la noche sentando en el umbral de su casa?”. Por supuesto, Polo admite que su mirada es aquella de la que está absorto.


g.g.ramirezatisha@gmail.com


Show Full Content
Previous Argumentación y cooperación/ El peso de las razones 
Next La politiquería de la Cuarta Transformación/ Bravuconadas 
Close

NEXT STORY

Close

Realizan Concurso de Altares de Muertos

01/11/2016
Close