CIUDAD DE MÉXICO.—La inflación repuntó en enero pasado al registrar una tasa anual de 7.91%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) estuvo impactado por la actualización en precios de algunas mercancías alimenticias como los cigarrillos, refrescos; algunos servicios, como restaurantes y similares, vivienda; el ajuste de tarifas como el suministro agua; también sobresalió el alza en gasolinas.
El índice de precios subyacente, el cual se obtiene eliminando los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien, que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado, incrementó 0.71 % a tasa mensual y 8.45 % a tasa anual.
Mientras que la no subyacente creció 6.32% anual. Este tipo de inflación está integrada solamente por los productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno.
De acuerdo con el análisis del Grupo Financiero Monex, la agravante en el mes fue que, a diferencia de lo observado en noviembre y diciembre de 2022, la inflación no subyacente repuntó y por lo tanto contribuyó a impulsar las cifras globales.
“Ello refleja, que el panorama actual dificulta un descenso inalterado de dichos elementos, pues la reapertura de la economía china tras meses de la política de Covid cero, así como el dinamismo en México y varias partes del mundo, ponen un piso rígido a la caída de los precios del petróleo, mientras que las inusuales condiciones climáticas han hecho lo propio con varios commodities y productos agropecuarios”, señaló.
En el mismo sentido el análisis del Grupo Financiero Ve por Más explicó que factores de oferta y demanda seguirán contribuyendo a un menor dinamismo en los precios.
Diversos choques de oferta continúan diluyéndose, reflejándose en menores cuellos de botella en la producción, la corrección en los precios de algunas materias primas y la normalización de los costos logísticos.
Además, agregó, el tipo de cambio se ha apreciado recientemente. Sin embargo, la latencia de los conflictos geopolíticos implica la posibilidad de que vuelvan a afectarse las cadenas de suministro y la cotización de materias primas.