El cáncer de próstata es una de las enfermedades con mayor tasa de mortalidad entre varones. Es una de las principales causas de fallecimientos entre hombres, sobre todo aquellos que superan los 40 años de edad. De acuerdo a cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer de próstata es la enfermedad de este tipo con mayor prevalencia entre hombres, pues 8.6% de los cánceres diagnosticados son por tumores en este órgano.
La próstata es un órgano que forma parte del aparato reproductor masculino, ubicado por delante del recto y debajo de la vejiga. Su función es ejercer presión para la expulsión seminal y cerrar los conductos de orina al momento de una erección. Su tamaño normal es similar a una nuez de castaña, sin embargo al desarrollarse un tumor puede crecer al grado de obstruir los canales urinarios.
El cáncer de próstata refiere al desarrollo de tumores malignos en este órgano. Este ocurre cuando las células que lo componen se reproducen de manera desmedida, provocando protuberancias llamadas tumores. Estos tumores pueden esparcirse a otras partes del cuerpo, un proceso denominado metástasis. Este cáncer provoca una serie de complicaciones que pueden llegar a la muerte del paciente, sobre todo cuando no es detectado a tiempo.
De acuerdo a la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), en 2020 cerca de 1.5 millones de personas fueron diagnosticadas con cáncer de próstata, colocándose como el cuarto tipo de cáncer con mayor prevalencia a nivel internacional. En México se registraron 26 742 casos, de los cuales 7 500 resultaron en fallecimientos por tumores malignos, de acuerdo con la Secretaría de Salud.
Entre los síntomas del cáncer de próstata se encuentran:
- Sangre en la orina o en el semen
- Dificultades para orinar
- Dolor en los huesos
- Disfunción eréctil
- Pérdida de peso no intencionada.
- Adormecimiento en las piernas o pies
- Dolor en la espalda baja o en la zona pélvica
Para prevenir el cáncer de próstata es sumamente importante acudir a revisiones frecuentes por parte de una especialista. Primero se hace una exploración manual y, en caso de encontrar alguna protuberancia o crecimiento anormal, se lleva a cabo un estudio de sangre. Las personas de 40 años y más, así como quienes tienen antecedentes familiares con este diagnóstico, deben prestar especial atención en su salud prostática, pues estos son factores de riesgo.
El tratamiento incluye quimioterapias, radioterapias o cirugías. Cabe mencionar que en el 85% de los casos donde se diagnostica la enfermedad en una etapa temprana esta puede curarse completamente. Por el contrario, cuando los tumores son hallados en fases avanzadas, el porcentaje de éxito del tratamiento disminuye considerablemente.
Cabe mencionar que esta enfermedad está rodeada de varios estigmas, los cuales crean una barrera para su detección y tratamiento. Dado que las exploraciones de próstata se realizan a través el ano, varios hombres prefieren evitar los chequeos médicos, incrementando el riesgo de un diagnóstico tardío, con los peligros que esto supone.
Es necesaria una mayor concientización acerca de esta enfermedad, así como la ampliación de los programas de salud oncológicos para toda la población. De esta manera, es posible reducir el número de víctimas de uno de los cánceres con mayor tasa de mortalidad.