Keith Jarrett – el Concierto de Colonia/ El banquete de los pordioseros  - LJA Aguascalientes
14/04/2025

Serendipia es eso que sucede cuando encuentras por casualidad aquello que en realidad no estabas buscando y, créeme, no puedo dejar de pensar en esta palabra cada vez que escucho el Concierto de Colonia o el Köln Concert del pianista Keith Jarrett, claro, él sabía lo que quería hacer, tenía ideas claras, para un músico de este nivel, incluso en la improvisación, o quizás más en la improvisación que en cualquier otra expresión, tener ideas claras, conocer el rumbo, saber a dónde se quiere llegar es imprescindible, o al menos, si no se conoce el destino final, es necesario tener la ruta trazada, claro, todo está sujeto a cambios y durante el proceso pueden suceder muchas cosas, pero todo parte de una idea perfectamente clara.

Y menciono lo anterior por el hecho de que sabemos algunas situaciones concretas de lo que hoy conocemos como el Köln Concert o el Concierto de Colonia. Cuando Keith Jarrett entró a la sala de la Ópera de Colonia de lo que en ese tiempo era Alemania Occidental, estamos hablando de 1975, el pianista de jazz estadounidense tenía 29 años de edad y la verdad no tenía claro lo que sucedería, al sentarse frente al piano seguramente fue cuando se dio cuenta de que el instrumento no era exactamente lo que él había solicitado. El contrato especificaba que el piano que debería utilizarse para esta audición era un Bösendorfer 290 Imperial, pero ese piano seguía en el sótano del inmueble, en su lugar fue colocado por error un piano de la misma marca pero de ¼ de cola, el instrumento en cuestión estaba muy trabajado, se utilizaba ensayos para coros o por maestros repasadores que preparaban a los cantantes de ópera, pero era imposible pensar en ese instrumento para un recital de piano, estaba desafinado y los agudos simplemente no servían, el pedal derecho era imposible utilizarlo y varias teclas que no garantizaban un sonido adecuado, esto de acuerdo a la opinión del musicólogo Wolfgang Sandner, también biógrafo de Keith Jarrett.

La primera reacción del pianista, considerando su mal estado físico y que no era el piano que él había solicitado, fue la de cancelar el concierto, pero las entradas para la audición estaban agotadas, por lo que los organizadores intentaron convencerlo de tocar, entre ellos estaba Manfred Eucher, el creador del sello discográfico ECM (Ediciones de Música Contemporánea por sus siglas en inglés: Editions of Contemporary Music), fue él, Manfred Eucher, el editor del disco Facing You que Jarret había publicado en 1971, y fue justamente el éxito de este disco que generó la gira europea de Jarrett por lo que el pianista se sentía en deuda con el editor por lo que definitivamente no le quedó otra opción que seguir adelante con el recital en el Teatro de la Ópera de Colonia.

Lo que sucedería después ha quedado registrado en la música, no solo en el jazz, como uno de los momentos más grandes, inolvidables, virtuosos y sublimes en el siglo XX, simplemente el maestro hizo surgir la magia  con imaginación, talento en su más pura y ortodoxa expresión, y con esa irrenunciable y cristalina capacidad de improvisación, que aunque es uno de los elementos fundamentales del jazz, no siempre puede expresarse con semejante nitidez ni elocuencia como sucedió aquel frío 24 de enero de 1975 en el Teatro de la Ópera de Colonia, actualmente este que conocemos como el Köln Concert o el Concierto de Colonia representa una de las referencias obligadas cuando hablemos de la más sublime y majestuosa expresión del jazz.

Intento imaginarme a Keith Jarrett sentado ante aquel viejo y casi inservible piano de ¼ de cola pensando cómo arrancarle sonidos que fueran del agrado de los 1400 espectadores que pagaron un boleto para  disfrutar de aquel concierto. Seguramente el maestro no tardó en darse cuenta de lo limitado que sería su discurso musical al intentar improvisar en un piano que no garantizaba un buen sonido, lo sorprendente es que incluso con estas pobres posibilidades, o seguramente debido a ello, es que resulta sorprendente y convincente el resultado final. Keith Jarret hizo surgir el arte de su inagotable fuente de inspiración, es uno de esos casos en donde el artista, el creador, porque estarás de acuerdo conmigo que la improvisación es una forma sublime de creación, tiene el coraje y la solvencia para transformar un problema, una limitante, en una verdadera oportunidad y hacer surgir el arte de donde muchos no ven la menor posibilidad, y es que no me dejarás mentir amigo melómano, pero lograr esos maravillosos sonidos arrancados de un viejo piano desafinado y con algunas teclas inservibles, es como sacar agua de un pozo seco.

Manfred Eicher, quien se encontraba al frente de la consola de grabación, nos da este testimonio: “Probablemente Jarrett tocó como lo hizo porque no era un buen piano. Porque no podía enamorarse del sonido; encontró otra forma de sacarle lo mejor”. Pero la magia no se quedó ahí, en la sala de la Ópera de Colonia aquella noche del 24 de enero de 1975, la magia tuvo continuidad después de que ECM publicó el disco con el casi inexpresivo título de El Concierto de Colonia, el Köln Concert de Keith Jarret, simplemente podemos decir que la publicación de la grabación de este concierto representó una meteórica escalada de ventas de una forma que hasta ese momento era inédita en el sello de las Ediciones de Música Contemporánea. Después de 48 años de la publicación del Köln Concert de Keith Jarrett podemos decir con total certeza que es el título más exitoso de este sello discográfico.

Queda ahí esta emblemática grabación como uno de los más grandes conciertos en la siempre inconclusa historia de la música, disfrutemos entonces de esta joyita. 

 

 



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