Filosofía Estoica Epicteto/ LA COLUMNA J  - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, aprovecho esta ocasión para hacer referencia a un estoico, en los momentos actuales en donde se debate la felicidad y la depresión de las personas, es menester recobrar una reseña de una postura que se centra en lo que cada uno puede controlar y lo que no, espero sea de su agrado.

La filosofía en gran medida es la búsqueda del sentido de la propia vida, es la introspección y el modo transpersonal de acudir al llamado del pensamiento, es un modo ejemplar promover la superación en cualquiera de las aristas que cada artista quiera extender. 

La filosofía es un manual de vida, es una interpretación vinculada con la forma y con el fondo de lo que nos encuentra y nos abandona en la conciencia, es la mezcla, la germinación del pensamiento y del sentimiento. 

Epicteto fue nacido esclavo, pero fue trascendido como sabio, fundó su escuela en Nicópolis, en su filosofía busco una respuesta que le permitiera llevar con dignidad y parsimonia las vicisitudes de la vida, sus tiempos de cierto modo tiene una esencia similar a los que se presenta en el siglo XXI, la existencia humana permea en la búsqueda de lo interno y de lo sublime.

La virtud es la enseñoreada potencia que se tiene de un modo natural para obtener la serenidad. Los vestigios de lo sublime son el campo de la paz, la estabilidad y el poder, es la elocuencia del espíritu, es el sueño del sabio y el no deseo del filósofo. Es la existencia momentánea de la iluminación.

Epicteto utilizó la disertación, la oratoria para promover el auto diálogo en las perspectivas , evidentemente con el firme propósito de extenderlo y compartirlo con sus alumnos, asesor de Nerón y con una complejidad física en su pierna que le hacía cojear, fue considerando en cada una de las etapas de su vida un estático incólume, de gran fortaleza ya que en sus disertaciones medía la consistencia y la resistencia de sus pupilos. Epafrodito le concedió la libertad y fue justo cuando se presentó la expulsión de los filósofos promovida por Domiciano cuando el gran maestro se estableció en Nicópolis. 

Sus enseñanzas le atrajeron un número considerable de discípulos, puesto que en los tiempos en donde la oscuridad avasallaba, los destellos de luz eran alimento para el alma en progreso. Epicteto recomendaba prestar atención a lo propio, a la auto enseñanza, a la auto reflexión, a la contemplación, puesto que las estatuas tienen la firmeza de no moverse, pero sí de contemplar. Su legado impera no en haber sobresalido en la filosofía, pues eso sería muy banal, tampoco en el acto de dejar un sistema de enseñanza, su trascendencia es la sencillez, la profundidad, la dignidad, la paciencia, la congruencia. 

“Por lo que a mí toca, no tiene gran importancia si parezco torpe al escribir, y para Epicteto no tiene ninguna el que alguien desprecie sus discursos, puesto que era evidente que al pronunciarlos no pretendía cosa alguna que no fuera mover a lo mejor los ánimos de sus oyentes. Si estos discursos consiguieran al menos eso, creo, lo que han de tener los discursos de los filósofos” Dedicatoria de las disertaciones Arriano a Lucio Gelio. 

El estoicismo tiene como base el dominio o la certeza de lo que está en cada uno, y manera profunda y elemental, es acudir al llamado de la conciencia, el dejar las preocupaciones nefastas que destierran el sentido de lo básico, en la introspección de no tomarse las cosas de manera personal y de que, aunque el mundo tiemble mantenerse es una postura mental de estabilidad. Desde la providencia divina hasta el acto ínclito de filosofar.


La postura de vida que expone es reflexiva en el sentido de que las cadenas que aprisionan al humano son producto de su mente, no se puede pretender la libertad  si en la mente existen los vicios retrógrados e impositivos de las primeras escorias de la vida. 

El deseo siempre ha llevado al ser humano a la insatisfacción, y en algunos de los casos a la perdición, tal vez y en algunos casos al reencuentro potencial de cada esencia. Las palabras, los pensamientos, las piezas de oratoria, las disertaciones son únicamente el medio para transmitir una causa adentrada en la conciliación, en la respiración, en la meditación. Como bien citaba “Lo temible no son los sucesos, sino el miedo a los sucesos”.

Para finalizar esta columna quisiera compartirle lo siguiente “Puedes ser invencible si no te avienes a ningún combate en el que no dependa de ti vencer. Pues si la esencia del bien está en lo que depende de nosotros, no hay lugar para la envidia ni para los celos. Tú mismo no querrás ser general, ni prítano, ni cónsul, sino libre. Y para eso hay un camino: el desprecio de lo que no depende de nosotros” Epicteto. 

In silentio mei verba, la palabra es poder.

 


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