Se han preguntado alguna vez ¿qué son los planes y programas de desarrollo urbano? ¿para qué sirven y cuál es su utilidad? Los planes y programas de desarrollo urbano son instrumentos, mapas y documentos donde se desarrolla y plasma la política pública urbana que se pretende poner en práctica en cada uno de los territorios; lo más común es que sean desarrollados e implementados por los ayuntamientos municipales, pero también existen programas de desarrollo urbano nacionales, estatales y regionales.
La atribución y responsabilidad de ordenar el territorio es de los municipios conforme lo marca el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Los municipios son los encargados de trazar la política que guiará la planeación urbana y el ordenamiento territorial de su suelo y es por ello que estos planes y programas de desarrollo urbano deben de contemplar ciertos aspectos que permiten elaborar diagnósticos de su situación actual y propuestas de estrategias que dictarán el rumbo que desean tomar.
Uno de los aspectos fundamentales considerado en los planes y programas es el suelo. Los suelos tienen características naturales que deben ser consideradas, aspectos como la topografía, edafología, geología, hidrografía, el clima entre otros deben ser analizados para llegar a determinar qué áreas o secciones del territorio pueden ser urbanizadas y cuáles no. Es decir, un análisis exhaustivo de la composición del suelo, sus atributos y limitantes físicos y químicos podrían dar como resultado que un suelo sea clasificado como no apto para ser urbanizado o bien, en qué condiciones podría ser construido y urbanizado.
Un ejemplo de estas condiciones físico naturales sería que dentro del análisis se observaran áreas con gran permeabilidad en el suelo que permita la filtración del agua de lluvia y con ello la recarga de los mantos acuíferos; construir y urbanizar una superficie con estas características podría afectar a todo el microclima de una región, pero además al ser un suelo muy permeable, se tendría que realizar un análisis a fondo para determinar si ese suelo puede ser urbanizado y construido debido que lo que ahí se construya podría hundirse y/o inundarse.
De igual manera dentro de los planes y programas de desarrollo urbano se analizan las condiciones actuales que guardan los usos de suelo, la infraestructura, el equipamiento, comercios, servicios, las vialidades, etc. Este análisis permite establecer no sólo las necesidades actuales sino también prever el crecimiento y dotación a largo plazo de todos los usos de suelo que se requieren en las ciudades de acuerdo a la vocación que tiene el territorio por sus características naturales, pero también acorde a la población que ahí habita.
El principal objetivo de los planes y programas es establecer los criterios y requerimientos que una ciudad o área urbanizada requerirá para su buen funcionamiento con el paso de los años, por ello es que se clasifican todas las edificaciones y espacios abiertos de acuerdo al uso que se les da para con ello establecer si es suficiente la cantidad con la que cuenta la ciudad para la vida cotidiana de las personas o si se requiere una mayor dotación de ciertas áreas, en qué zonas y que características debe contar cada uso de suelo.
Este análisis no solo es de cantidad, sino también de calidad, pero también se enfoca en establecer cuáles usos pueden convivir entre ellos y cuáles no. Es decir, en cada ciudad y en cada municipio existen usos que son compatibles entre sí y otros que tienen que ser ubicados en zonas periféricas debido al tipo de actividades que se realizan, pensemos en las industrias que utilizan material flamable en su proceso de producción y que requiere de grandes espacios para ello. Estos procesos de producción pueden ser altamente contaminantes y peligrosos por ello es que las zonas de vivienda localizadas de forma contigua estarían en riesgo. De ahí que todo tipo de vivienda se aleje lo más posible de este tipo de usos y por ese motivo es que las industrias se tienden a localizar en las zonas más alejadas de los núcleos de vivienda.
Todas las actividades humanas requieren espacio para realizarlas, dependiendo de cuáles sean estas actividades deberán de ser localizadas en los núcleos urbanos; por ello es que los planes y programas de desarrollo urbano realicen estudios y análisis para poder clasificarlas y determinar su mejor localización. Planear y ordenar una ciudad es el objetivo central de estos instrumentos, la complejidad de cada urbe requiere de distintos enfoques para lograrlo debido a que no todas las ciudades desarrollan actividades industriales, algunas otras tienden a tener otros sectores productivos más fortalecidos. Es decir, la vocación de un territorio está fuertemente ligado a las condiciones naturales del suelo, hay ciudades y áreas urbanas donde las principales actividades económicas y que generan empleo están ligadas a la agricultura y ganadería; y en otros casos al sector servicios.
Los planes y programas de desarrollo urbano en cualquier escala deben de analizar y diagnosticar los aspectos naturales del territorio, los factores económicos, demográficos y del medio físico transformado; pero hay un enfoque central en todos estos estudios: la participación ciudadana, la cual requiere que todas las personas participemos activamente y nos apropiemos de estos instrumentos. Comprender cómo funcionan y su utilidad es esencial para lograr que los objetivos planteados se lleven a cabo y que de forma conjunta logremos ciudades mejor organizadas. De hoy en adelante hay que preguntarnos qué uso de suelo le corresponde a su terreno o lote y recordar que si deseamos construir algo dentro de él lo que construya puede contribuir o no al proceso de planeación y ordenamiento de nuestras ciudades.
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