Diálogo entre Albert Camus y Sartre/ La columna J  - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar la ocasión para construir ficción de una breve conversación entre Camus y Sartre, en los espacios filosóficos siempre ha resultado loable imaginar esos diálogos entre celebridades, en las siguientes letras adhiero a Whitman, espero el texto sea de su agrado.

“Creo que una hoja de hierba no es menos que el día de trabajo de las estrellas, y que una hormiga es perfecta, y un grano de arena, y el huevo del régulo, son igualmente perfectos y que la rana es una obra maestra digna de los señalados” Walt Whitman.

Caminando por la fría vereda del río Sena en un amanecer a un lado del Louvre, se encontraron nuevamente los espíritus de Albert Camus y de Jean Paul Sartre, los dos sabían que ese era su último recorrido antes de descender a los aposentos del infierno. Sartre increpa a Camus y le dice: vaya vaya tal parece que de nada sirvió que hubieses rechazado el premio nobel de literatura, tu ego y tus ínfulas existencialistas te arrojaron a un destino ineludible. Albert Camus le mencionó lo siguiente: tal parece que haber ganado el premio Nobel en 1962 tampoco te sirvió a ti querido amigo, incluso Simone de Beauvoir goza de más fama en estos días de distorsión ideológica entre el feminismo y la justicia. 

Por cierto, Jean Paul, ninguna de tus obras, mucho menos La náusea ha generado en las nuevas generaciones la conciencia para sacrificarse por el bien público, ya nadie defiende a la patria ni exige sus garantías. Es correcto estimado Albert, así como tú perdiste tu esencia izquierdista ¿y para qué? tú reencarnas el personaje de Sísifo, pues así la ironía de los tiempos postmodernistas. Los rosacruces son leyendas en las pantomimas que en la actualidad denominan redes sociales, a las personas ya nos les importa el mundo, les importa y les conquista la posesión material, y los pocos intelectuales que quedan viven en la crítica constante, en el análisis oprobioso y en la calma absoluta, existe una parálisis en el destino de la existencia. 

Creo que te equivocas Sartre; el mundo se percibe así, tal y como es tu vida, una náusea, es como las cartas que escribía en El diario de un seductor el camarada Kierkegaard, el punto es que, aunque tú y yo estemos a punto de enterrar nuestra esencia precediendo a la existencia, es que ya no hay sentido en las acciones de este mundo. Antes se mataba por ideal, hoy se mata por un artefacto que mide el tiempo, antes se enamoraba a las mujeres con la poesía, hoy se sobaja con música rítmica a la cual denominan reguetón. No es que el mundo sea caótico, simplemente ha perdido sentido nuevamente. 

“Pues cada átomo mío es también tuyo. Vago al azar e invito a vagar a mi alma. Vago y me tumbo sobre la tierra, para contemplar un tallo de hierba. Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire. Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí” Walt Whitman.

Sartre: algunos personajes de la Golden Dawn aun realizan equilibrios similares a la corte de Sinaí. 

Camus: ¿ah sí? ¿cómo cuáles? 

Sartre: con el arma más poderosa que la palabra y la literatura, la magia. Es decir, en existencia se procura la igualdad, en esencia se edifica la luz de oriente, en un tabernáculo que esté lleno de serpientes, así como este pin que tengo en la parte superior del blazer.


No cierres tus ojos a la realidad profana, para que la existencia tenga sentido es menester entrar en el sanct santorum de manera individual y encontrar la sabiduría, no puede pretender que el mundo exterior sea distinto si no se ha modificado en la teúrgia la palabra y con esto construir realidades paralelas, como las que explico en El extranjero y El huésped. Vivimos en esa peste que ha distanciado a las sociedades de la imaginación, la creatividad y el ideal. Los demiurgos claman a gritos la fuerza de la magia.

Sartre: es probable que tengas razón, los escogidos deben formar jurados comunes en cada trinchera, en cada lugar donde aún no existe el equilibrio, pues es si en los precedentes y ejecutores de las leyes y las morales, es complejo que a la existencia vuelva a tener sentido, debe de existir la eterna lucha contra la ignorancia, nuestros últimos segundos como entes se están diluyendo antiguo amigo, pero aunque la realidad sea obcecada, la sabiduría y la magia han derrumbado a los más grandes egos. 

Camus: en los discursos literarios nos volveremos a encontrar, a lo lejos se vislumbra en el paseo de Richeliu y en el reflejo del Sena la hora de la verdad, moriré en ese infierno, pero nunca dejare de existir y si mi literatura conquistó al oprobio, entonces mi existencia estará acompañada de esa serpiente que destierra de los paraísos terrenales y conquista a las ideas.

“Todos dicen: que es glorioso ganar una batalla, pues yo digo que es tan glorioso perderla. Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan ¡Hurra por los muertos! ¡dejadme soplar en las trompas, recio y alegre por ellos!” Walt Whitman.

Le agradezco por haber leído la columna J.

In silentio mei verba, la palabra es poder.

 


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