El Air Force One tocó tierra hoy en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) a las 19:22, con el presidente estadunidense Joe Biden a bordo: la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos en México desde la que realizó Barack Obama, en 2014, empezó en Tecámac, en el Estado de México.
Biden fue recibido por Andrés Manuel López Obrador en persona, quien lo esperó en el pie de la escalera y le dio el primer apretón de mano. Lo siguió el canciller Marcelo Ebrard Casaubón y de Esteban Moctezuma y Ken Salazar, respectivos embajadores de México en Washington y de Estados Unidos en este país.
Después de una breve charla frente al avión, Biden y López Obrador subieron a la limusina blindada del gobierno estadunidense, conocida como La Bestia, en la que emprendieron el viaje por tierra hacia la Ciudad de México, escoltados por un imponente convoy de SUVs con vidrios polarizados y patrullas de la Guardia Nacional y de la policía capitalina.
Después de aterrizar, el Boeing 474 blanco y azul se estacionó frente a un templete lleno de periodistas. Se detuvo un momento para dejar el tiempo a unos trabajadores de desplegar una alfombra roja y a unos soldados de colocarse en valla de honor.
Para dar la bienvenida a su homólogo, quien asistirá a la Cumbre de Líderes de América del Norte este martes, López Obrador había llegado al AIFA unas horas antes, proveniente de la Península de Yucatán, donde supervisó las obras del Tren Maya.
Jill Biden, la primera dama estadounidense, viajó por separado de su marido: aterrizó en el AICM horas antes, donde fue recibida por Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de López Obrador.
En la entrada de Tecámac, el municipio mexiquense donde está instalada la antigua base militar de Santa Lucía -ahora AIFA-, unas bardas pintadas con color guinda de Morena daban la bienvenida a Biden y primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien aterrizará mañana en el AIFA.
Amante de los símbolos, López Obrador logró su deseo de hacer llegar los dos jefes de Estado en el AIFA, el aeropuerto emblemático de su administración. El gobierno mexicano había pedido formalmente a sus homólogos que utilizaran el recinto civil y militar, al que el mandatario suele referirse como uno de los mejores aeropuertos del mundo.
El gobierno de Canadá accedió a la petición, pero en un primer momento, el equipo de Biden había descartado esa opción, e indicado que el mandatario llegaría el 9 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). De inmediato, la oposición retomó la información para mofarse de López Obrador y del AIFA.
Sin embargo, el pasado 5 de enero, el canciller Marcelo Ebrard informó en sus redes sociales que Biden finalmente llegaría este domingo 8 en el AIFA.
El cambio de opinión del equipo de Biden, que fue capitalizado por los simpatizantes de López Obrador para atacar a sus críticos, se dio a conocer horas después de dos eventos relevantes en la relación bilateral: la captura del narcotraficante Ovidio Guzmán López en Culiacán -quien era buscado en Estados Unidos- y el anuncio de un nuevo acuerdo migratorio a través del cual México aceptó recibir en su territorio a miles de migrantes de Cuba, Haití y Nicaragua expulsados por las autoridades de Estados Unidos bajo el polémico Título 42.
De hecho, antes de viajar a México, el equipo de prensa de Biden indicó que el mandatario estadounidense colocaría la migración, el tráfico de fentanilo y la competitividad en el centro de su plática con López Obrador, que se llevará a cabo este lunes 9.
Un numeroso grupo de periodistas cubrieron la llegada de Biden. Habían viajado en tres autobuses operados por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que tardaron poco menos de 2 horas en llegar al AIFA; los vehículos estuvieron atrapados en un fuerte tráfico en el norte de la Ciudad de México, producto del cierre de avenidas por el accidente de la Línea 3 del Metro capitalino sucedido ayer.