Ha quedado formalmente inaugurado el maratón Guadalupe-Reyes, un periodo de festejos, reuniones, posadas, convivios, regalos y algunas comilonas con el que los mexicanos despedimos el año viejo y recibimos al nuevo y durante el cual es frecuente escuchar “una vez al año…no hace daño”.
En esta ocasión me permito ofrecer algunos datos de lo que significa que un buen número de nosotros pensemos que “una vez al año no hace daño” y del impacto que este pensamiento individual tiene en términos colectivos. Me centraré en el aumento del consumo de todo tipo de bienes y servicios y su correlato en la generación de grandes cantidades de desechos.
Algunos datos que nos ayudan a entender este fenómeno son los siguientes:
El consumo promedio de entre 1.6 y 2 millones de ejemplares de árboles de Navidad, 60% de los cuales provienen de Estados Unidos y Canadá y el resto de las plantaciones nacionales, que al final de la temporada quedan abandonados en las calles y en los espacios público, pues los camiones recolectores no aceptan este tipo de residuos. Muy pocos compradores son responsables de su destino final y los llevan a centros de acopio, donde les den un buen manejo y los conduzcan a plantas de compostaje para ser procesados y convertirlos en abono orgánico
Los residuos de las posadas, convivios y celebraciones donde se abusa del consumo de vasos y platos desechables. Por ejemplo, el año pasado se señaló en redes sociales que en cada posada se utilizan hasta 800 vasos desechables de unicel, o poliestireno expandido, un material casi imposible de reciclar en el país y cuya degradación podría tardar hasta mil años. Por ello se lanzó la campaña “sin taza no hay ponche” para sensibilizar a la población sobre la utilización de jarritos y tazas reutilizables en lugar de este residuo altamente contaminante. Además, las piñatas son otro residuo abundante, sólo en Acolman, estado de México, considerada la cuna de las piñatas, 250 artesanos en 400 talleres producen hasta 40 mil piñatas anuales. Las piñatas se elaboran de olla de barro cocido o globos forrados de periódico, papel y cartoncillo, todo lo cual incrementa la generación de residuos.
En estas fechas también incrementa el desperdicio de alimentos. De acuerdo con el Banco de Alimentos de México, 40% de la comida de Navidad y Año Nuevo termina en la basura. Este dato es muy alarmante, no sólo porque se suma al desperdicio que sufren los alimentos durante el proceso de suministro entre el productor y el consumidor, que es la causa principal de este problema, sino porque tiene también impactos ambientales, pues al desperdiciar alimentos estamos tirando a la basura el agua utilizada en su proceso de producción, además de que la descomposición de estos alimentos en los basureros generará gases de efecto invernadero.
Por otra parte, los regalos navideños, los que trae Santa Claus o los Reyes Magos, han pasado de ser suéteres o galletas para convertirse en celulares, tabletas, computadores, etcétera. A finales del año pasado se desecharon 57.4 millones de toneladas métricas de aparatos eléctricos y electrónicos, equivalentes a 7.6 kg por persona. De acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) 71% de las personas habían cambiado su teléfono celular en los últimos 18 meses, estos son los aparatos electrónicos que se cambian frecuentemente. A este dato se suma el abuso en el consumo de pilas para los juguetes, pequeñas, pero altamente tóxicas, pues una sola pila puede contaminar hasta 167 mil litros de agua.
Y finalmente las decoraciones, con plásticos, papeles, cartones, luces y los regalos, que envolvemos con más cartones, plásticos, moños, listones, tarjetas, etcétera, también representan otras fuentes para el incremento de los residuos, que, si lo pensamos bien, duran muy poco en nuestras manos, desechamos rápidamente en el bote de la basura y quedarán por años en los basureros.
Por todo lo anterior, de acuerdo con estimaciones de la organización Ecologistas en Acción, durante el mes de diciembre del año pasado, la generación diaria de residuos en México aumentó en 30%, pero según estimaciones de varios especialistas en el tema, el fenómeno del incremento de residuos en el país es desigual y está condicionado a la región de que se trate.
Una búsqueda hemerográfica de lo reportado recientemente por los diversos funcionarios municipales de distintos ayuntamientos del país, da cuenta que el incremento en la generación de desechos durante la época decembrina es un fenómeno que padecen todas las ciudades mexicanas, pero confirma las diferencias territoriales señaladas por los especialistas.
Así tenemos que, localidades como Apaseo El Grande, en Guanajuato, experimentó un aumento de entre 10 y 20% en la generación de basura, similar al que tuvieron en Tenabo, Campeche, o en Acatlán de Osorio, Puebla, ambos municipios con 15% de incremento en la generación decembrina de residuos, situación que contrasta fuertemente con otros territorios, por ejemplo con grandes destinos turísticos como Puerto Vallarta, Jalisco, donde el aumento registrado en estas fechas va del 40% en la época decembrina hasta el 300% específicamente en Navidad y Año Nuevo.
El panorama no es el mismo, en algunos lugares se genera más que en otros, pero en ningún escenario es favorable para la salud humana y del medioambiente. En esta época los servicios de recolección de muchos municipios se colapsan por el incremento de basura, pero no todos los municipios cuentan con todo este servicio. De acuerdo al Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos (DBGIR) publicado con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en el año 2020, sólo siete entidades de México tienen 100% de cobertura de recolección, en el resto, la cobertura del servicio va de un 56% a un 96%, lo que significa que no toda la basura que se genera se recoge y que aproximadamente 19,337 toneladas al día quedan dispersas en el ambiente. Si recuperamos el dato conservador de un crecimiento en la generación decembrina de un 25%, calculado por las doctoras Carolina Armijo y Adriana Puma, investigadoras Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia “Estrategia transdisciplinaria de investigación y resolución en la problemática nacional de los residuos sólidos urbanos, aplicada en seis ciudades mexicanas”, cada día de esta temporada quedarían sin recolectar 24,174 toneladas de residuos en el país, además de los residuos que no alcancen a ser recolectados por el servicio de limpia debido a la saturación.
Una vez al año sí hace daño…por ello la propuesta es hacer de estas fechas unas fiestas sustentables, lo que no implica dejar de celebrar, sino hacerlo de forma responsable, reconociendo que nuestro estilo de vida tiene repercusiones sobre el medioambiente que podemos evitar, y observar que disfrutar no tiene relación con el despilfarro y los excesos.