CIUDAD DE MÉXICO.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció que terminó de trasladar a los felinos de la clausurada fundación Black Jaguar-White Tiger, denunciada por maltrato de animales en peligro de extinción.
En redes sociales, la Profepa recordó que cerró, en atención a la denuncia popular por violaciones al trato digno y respetuoso de ejemplares de vida silvestre, la fundación ubicada en el predio que se ubica en el Ajusto, en la Alcaldía Tlalpan, en la Ciudad de México.
“La Profepa realizó revisiones veterinarias a los más de 200 ejemplares, instauró un plan de estabilización que contempló su alimentación, hidratación, seguimiento médico y la limpieza de sus jaulas para la recuperación corporal y anímica previo a su traslado”, señaló.
Aseguró que verificó que los sitios donde reubicó a los animales contaran con una infraestructura adecuada y capacidad económica para la atención de los ejemplares y el cumplimiento de sus obligaciones ambientales.
“Estas acciones, la coordinación y comunicación con distintas UMA’s, PIMVS y zoológicos del país, permitieron que todos los ejemplares fueran reubicados en 20 entidades del territorio nacional”, añadió.
Señaló que, a la fecha, siguen colaborando con las autoridades correspondientes para sustanciar el caso y dar resolución a las denuncias impuestas, a fin de garantizar la preservación de los ejemplares y mantener el compromiso permanente por el bienestar de la fauna silvestre.
En julio pasado, el ambientalista Arturo Islas hizo un llamado a las autoridades para defender a unos animales en peligro de extinción que se encuentran en la fundación Black Jaguar-White Tiger.
Mediante sus redes sociales, Islas compartió un video en el que muestra cómo diversos animales viven en muy mal estado, al menos desde hace dos años, luego de que una colaboradora del lugar se percató de las necesidades precarias que sufrían los animales mientras trabajaba ahí, por lo que solicitó la ayuda de Arturo para terminar con esto lo antes posible.
“El infierno en la Tierra”, fue como describió el video, en el que dijo: “No puedo comprender cómo durante tanto tiempo ha hecho nada, es un holocausto donde han abusado de los animales”.
En las imágenes se puede percibir a felinos sumamente delgados, que casi no pueden caminar, moverse e incluso tirados en el piso, e incluso se menciona que se comen sus propias colas.
“Entre 20 y 25 animales ya no tienen cola, por lo mismo que tienen un estímulo de hambre, de estrés, hasta causarles la muerte. Algunos otros han desaparecido, sin saber a dónde se los llevaron”, aseguro Yael Ruiz, excolaboradora del sitio.
Dijo que en ocasiones ni siquiera les dan agua. “Actualmente son alrededor de 100 felinos, pero aseguran que eran 400. Personal del lugar les dicen que mueren por problemas renales, pero la realidad es porque les dan pollo podrido, con larvas, aunque en ocasiones no se lo comen. De igual manera carecen de atención veterinaria”, indicó.
La Profepa realizó una inspección al predio y sus inspectores clausuraron el lugar, que era operado por el empresario Eduardo Serio, quien fue denunciado penalmente por graves daños contra la biodiversidad.
Las autoridades capitalinas aseguraron a alrededor de 200 felinos, 17 monos, cuatro caninos, dos coyotes y dos asnos.
Después, organizaciones defensoras de los animales aseguraron que los animales tenían daños renales, hepáticos, ceguera, descalcificación, lesiones como heridas o amputaciones parciales en sus colas, desnutrición, bajo peso, entre otras afectaciones.
¿Qué era Black Jaguar-White Tiger?
Black Jaguar-White Tiger (BJWT) era el santuario de felinos más famoso del mundo. En el de la Ciudad de México, grandes felinos convivían entre ellos y con humanos.
Aunque el manejo mediático del lugar es brillante, el lugar alberga especies en peligro de extinción, y ha sido duramente cuestionado desde el punto de vista ético, de acuerdo con Hipertextual.
Black Jaguar-White Tiger era un santuario reconocido por las autoridades mexicanas, pero no por la Federación Global de Santuarios de Animales porque personas no entrenadas tengan trato cercano con los felinos.
El santuario se había convertido en un destino obligado para las celebridades.
La historia oficial cuenta que el santuario comenzó cuando el empresario Eduardo Serio recibió la llamada de su primo, un “experto en animales”, donde le decía que una tienda de mascotas quería comprar un jaguar negro con el propósito de que posara para fotografías.
Además de Serio, detrás del proyecto está el exdirector del Zoológico de Chapultepec, Rafael Tinajero y el experto en felinos Miguel Ángel Gómez.