Qatarí que te vi. Se fueron dos serios favoritos, como Brasil y Croacia. Quedaron dos favoritos y van a la final: Argentina y Francia. Será una final “cantada”. Quedaba un llamado “caballo negro” que no era favorito pero sí que era el único equipo del torneo que no había recibido un solo gol y que independientemente de lo que haya pasado contra Francia, ya ganó. Y ganó mucho, porque hizo historia. Ganó por su gran determinación, por su deportividad, por el aire fresco que trae al escenario del futbol internacional, donde pareciera que siempre ganan los mismos. Además juegan casi de locales en Qatar. Ganó porque siempre fue por más. Lo merecen sin duda, porque no es ninguna casualidad que hayan estado en semifinales y por lo que representa su irrupción para que el mundo juegue mejor al futbol.
Olé olé Holanda. Se fueron los ingleses con su notable Kane y sus portentosos jugadores negros. Se fueron también los altos jugadores de los Bajos Países (Holanda) cuya reina consorte es argentina; y se fueron con y a pesar de su histórico, dotado y antipático técnico Van Gaal, a quien se acusa de no querer a los jugadores sudamericanos en ningún equipo de los que ha dirigido (incluido el “Chicharito”), como Batistuta, a quien Messi reivindicó en directo con las orejas de Topo Gigio dedicadas al Van Gaal y su enorme ego. Se queda Argentina en la final porque sin duda fue la mejor de su llave, pero algunas actitudes de sus jugadores no la dejan del todo bien parada, tal es el caso de Messi y Martínez, quejándose del rival a pesar de haber ganado, con un Messi casi niño, echándole bronca en directo al jugador más alto del equipo neerlandés, y lloriqueando por el arbitraje y de todo lo que les ha perjudicado durante el torneo. Ganadores, parecen a los que les gusta llorar e ir de victimas por si acaso. Así que habrá que devolverle el adjetivo que gusta pone a los mexicanos un tal señor Wernike: los jugadores de la albiceleste, haciendo “argentinadas”. Se vale porque así es el futbol, pero cabe la pregunta de si dichas actitudes, como burlarse del rival vencido, son un buen ejemplo de deportividad para los niños y jóvenes.
The whole empanada. Los argentinos quieren ser campeones y tienen con qué, porque son un equipo muy potente. Y tienen a Messi, claro.
Que elegancia. Argentina tendrá enfrente al mejor rival posible y esa será la Francia multiétnica a la que le sobra futbol, con un Lucas Hernández en plan de figura, un Griezmann que siempre sabe donde jugar con y sin balón, un mágico Mbappe, un enorme Tchouameni y un cuadro experimentando e increíblemente sólido que sin duda está para ser bicampeón.
La edad sí importa. Excepto tratándose de Modric y de Messi, que pasan por el mejor momento de su carrera a los 36 y 34 años. Ayer por ejemplo, vimos a Messi ponerle un baile a uno de los mejores centrales del torneo, Dvardiol, quien solo cuenta 20 años. Finalmente, habrá que decir en descargo de la estrambótica y corrupta FIFA, que el diseño del torneo parece justo, porque hasta ahora van pasando los mejores. Quedan aun dos partidos: Francia y Argentina buscan su tercera copa. Que gane el futbol.
@efpasillas