Lo que le duele a la Universidad Autónoma de Aguascalientes, le duele a la comunidad hidrocálida.
Esta cocina se pensó como un espejo de lo que atañe e interesa a las y los hidrocálidos y la autónoma forma parte del tesoro que con gran dedicación hemos acrecentado los nacidos y avecindados en esta tierra. La Universidad Autónoma de Aguascalientes, es nuestro orgullo sí, pero también nuestra preocupación.
No sobra decir que la UAA, la pagamos las y los aquicálidos en forma mayoritaria. La federación contribuye en menor medida y un veinte por ciento, unos trescientos millones de pesos anuales son autogenerados por las aportaciones estudiantiles.
¿Por qué preocupa la autónoma? Por los síntomas que muestra. Sintomatología inquietante en su conjunto y que en una evaluación integral, podrían y deben interpretarse como una enfermedad en evolución. Permítanme queridas y queridos lectores, enumerar algunas de esas manifestaciones del padecimiento, para que sean Ustedes quienes decidan si hay o no, motivo de preocupación.
La junta de gobierno. Es el órgano rector, el que ratifica las decisiones de un Consejo Universitario representativo. Es el colegiado que designará al o la nueva rector-a.
Este órgano de gobierno, debería estar integrado por personas externas e internas cuya característica legal es “gozar de un profundo reconocimiento social”. Pues bien, los nueve miembros de la actual junta, son todos internos, todos pagados por la UAA es decir, son juez y parte al ser directivos y empleados a la vez. Sus hojas de vida o curriculares nomás no aparecen en la página oficial de difusión electrónica y con alguna excepción, no gozan de ningún reconocimiento social pues, son personas desconocidas en la comunidad hidrocálida, no es que se dude de su méritos…es que no se conoce cuáles son.
Atentados a la libertad de cátedra. Contrario a los derechos laborales de sus catedráticos y asediando la libertad de cátedra, se instalaron en las aulas universitarias, cámaras con micrófonos para vigilar en todo momento a mentores y discípulos.
Nadie sabe para qué y por qué se adquirió e instaló un costosísimo y sofisticado sistema de vigilancia audiovisual, con equipos giratorios que enfocan a quien tiene el uso de la palabra. A esta cocinera no le cabe duda que la extinta KGB habría envidiado este sistema intimidatorio, como tampoco le queda duda que con ello se violan derechos laborales y humanos de las y los vigilados.
Eficiencia terminal: ineficiencia formativa. Resulta muy difícil el ingreso a la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pero una vez dentro los alumnos pueden aflojar rienda pues, atrás quedaron en la autónoma los tiempos del rigor académico, ya no hay como antaño que quemarse las pestañas pensando y aprendiendo.
De manera por demás utilitaria, se tomó el criterio de no reprobar alumnos en la UAA, ya que la torpe apuesta de sus directivos, es reportar grandes números de profesionistas egresados, a fin de conseguir la llamada eficiencia terminal. Se los pongo sencillo mis comensales, en la autónoma basta asistir regularmente para graduarse. El estudio y la preparación profesional son opcionales para las y los gallos, pues hay que lucir la entrega masiva de graduados, para acrecentar el apoyo estatal y federal. ¡Hágame Usted el favor!
Burocracia autócrata. Decrecen las plazas para catedráticos e investigadores en la UAA, de manera inversamente proporcional al crecimiento del aparato administrativo.
Aunque a Usted y a mí, queridas y queridos lectores, nos parezca un despropósito una crecida plantilla administrativa, que además es plantilla di-rec-ti-va; las autoridades de la autónoma le apuestan hoy a aplicar los recursos que se le asignan en una pesada burocracia factible de controlar.
Es de pena ajena que las y los investigadores de nuestra alma máter no rebasen un par de centenas, pues cada plaza que es renunciada o se entrega vía jubilación YA NO ES OCUPADA. Se prefiere contratar docentes por hora en contratos semestrales ¡Ah! y escuche Usted bien, de manera discriminatoria no se contratan catedráticos mayores a cuarenta y cinco años de edad, aun cuando son éstos los que tienen amplia experiencia en el ejercicio de su profesión. ¡Qué más da! Si los catedráticos de la UAA son inexpertos, cuando, como le informé líneas arriba, el objetivo no es formar a las y los jóvenes, sino pasarlos a como dé lugar.
Humanismo amenazado. A las autoridades de la UAA en funciones, no les interesa la formación humanística de nuestros jóvenes. Si pudieran eliminarían de tajo el departamento de ciencias sociales olvidando, que ese no es un instituto tecnológico, sino un centro donde se conjuntan la ciencia, la técnica y el pensamiento del hombre en torno a sí mismo.
Amenazadas de extinción se encuentran carreras como sociología, filosofía e historia; pues ante la incapacidad de las autoridades universitarias de gestionar recursos, se recurre a la eliminación de opciones académicas para los jóvenes.
Pues bien, estimada lectora, querido lector. Falta espacio para la larga sintomatología que presenta la Universidad Autónoma de Aguascalientes, de lo que parece un mal crónico que se consolida. Le invito a que diagnostique Usted, desde su sapiencia, cuál es la enfermedad que contamina a la autónoma ¡Créame! El nombre poco importa, lo que importa es arrancar de raíz el mal, antes que termine por apoderarse para su beneficio de esta institución que debería estar a nuestro servicio.
¡Nos vemos en la próxima! Recuerde que en esta su cocina, se come, se lee y se conversa de todo, particularmente de política.