- Ruth Zavala Hernández, Alba Gabriela Cabriada Jarquin y Luis Roberto Guanes García participaron en la mesa “Sostenibilidad y Crisis Medioambiental”
- Disertaron sobre la problemática que enfrenta el planeta y la necesidad de modificar las políticas públicas al respecto
La regulación climática en el mundo está fragmentada, por lo que hay ocasiones que se logran mayores avances a nivel local que global, lo cual implica repensar las políticas de estado en la materia, que incluyan la formación de ciudadanías más solidarias y sustentables, coincidieron en señalar expertos reunidos por el Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales de la UNAM.
En el Seminario Permanente de Ciencias Sociales. Reflexiones del Mundo Contemporáneo desde las Ciencias Sociales: Estudios y Aportaciones, Ruth Zavala Hernández, Alba Gabriela Cabriada Jarquin y Luis Roberto Guanes García reflexionaron sobre los retos que las naciones, la sociedad y los empresarios enfrentan respecto al cambio climático.
Al participar en la mesa “Sostenibilidad y Crisis Medioambiental”, Zavala Hernández, experta en Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, enfatizó que la regulación climática se encuentra fragmentada a través de la gobernanza global, lo que explica por qué en varios casos hay más avances y dinamismo a nivel subregional, respecto a lo que se logra a nivel global.
La doctora en Ciencias Políticas y Sociales destacó que los últimos 30 años de negociaciones climáticas se han caracterizado por una paralización de los actores clave, que son los mayores emisores de gases de efecto invernadero. Y si bien se habla de responsabilidades comunes, la realidad es que las consecuencias no son igualitarias, pues aquellas naciones con menos ingresos son las más vulnerables y expuestas a los efectos de la crisis climática.
Zavala Hernández estimó que los principales retos que enfrenta la acción contra el cambio climático son: la politización de este fenómeno (tiempos políticos y crisis económicas), lo que ha llevado a una ruptura entre la ciencia y la política pública de mediano y largo plazos.
Replantear las políticas públicas
A su vez, Alba Gabriela Cabriada Jarquin, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, destacó que uno de los problemas no considerado originalmente en las convenciones internacionales, pero que hoy en día genera polémica por su gravedad, es el de los migrantes ambientales.
En 2015 –recordó– Nueva Zelanda deportó al migrante Ioane Teitiota, quien solicitó asilo debido a que el cambio climático creó condiciones graves que hacen imposible la vida en su isla natal Kiribati. El afectado argumentó ante Derechos Humanos y la ONU que con esta acción se violó su derecho a la vida, por lo que en enero de 2020 el organismo internacional reconoció que los países no pueden deportar a las personas que enfrentan condiciones de vida adversas generadas por el fenómeno ambiental.
En ese sentido, Cabriada Jarquin sugirió a los estados trabajar en el desarrollo de políticas públicas que consideren las problemáticas ambientales, lo que también llevaría a reflexionar sobre el papel del Estado y la construcción de los nacionalismos a nivel internacional en el siglo XXI, que tenga una cultura más solidaria y empática.
“Los problemas que enfrentan muchas islas del Pacífico no son privativos de ellas, hacen pensar en Reino Unido, que es una isla, e investigaciones recientes muestran que Gales ya enfrenta el incremento del nivel del mar, lo cual hace pensar en: ¿qué hubiera ocurrido si en el lugar de un ciudadano de Kiribati pidiera asilo a Nueva Zelanda un ciudadano británico?”, cuestionó la experta en Relaciones Internacionales.
Al hacer uso de la palabra, Luis Roberto Guanes García, académico de la FES Cuautitlán, detalló que las grandes empresas han enfrentado la presión social por su inacción o poca actividad para combatir el cambio climático, ya sea mediante acusaciones de prácticas laborales antiéticas, evaluaciones negativas de entes reguladores, manifestaciones de organizaciones no gubernamentales, además de una escasez repentina de recursos.
El maestro en Administración con orientación en Organizaciones aseveró que varias empresas comenzaron a ubicar dónde están sus principales huellas de carbono en su cadena de valor, así como los desperdicios, con lo que visualizan oportunidades para cambiar.