La intención del voto que ahora tiene el PRI ronda entre el 12% y el 15 %, que lo sitúa como la tercera fuerza política del país, lejos de lo que fue, pero tampoco está a punto de desaparecer.
Ahora al interior del PRI conviven tres concepciones políticas. Entre ellas hay visiones muy distintas, pero no existe un ambiente de ruptura.
Los tres PRI son: El PRI que se identifica con Morena; el PRI que se identifica con el PAN y el PRI que se identifica con la izquierda.
El PRI que se identifica con Morena. Hay un grupo que enarbola el viejo nacionalismo revolucionario que fue sustento de una de las corrientes ideológicas del viejo PRI que mayoritariamente emigró hacia Morena.
Estos priistas asumen como suya esa ideología, que en algunos aspectos es francamente conservadora en temas como los derechos de la mujer, de la comunidad LGBTI, la producción de energías limpias y la protección del medio ambiente.
El PRI que se identifica con el PAN. Hay un grupo que se ubica en la línea “modernizadora” de la economía, ampliar las libertades del capital y el mercado, que se asemeja a lo que propone el PAN.
Estos priistas hacen suyas las posiciones conservadoras de los panistas en temas como el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, el matrimonio entre personas de un mismo sexo y la adopción por parte de estas. Y también sobre los plenos derechos de la comunidad LGBTI.
El PRI que se identifica con la izquierda. Hay un grupo que reclama que el PRI debe ser, como su nombre lo indica, revolucionario y que ahora está lejos de serlo y más bien asume como suyas posturas conservadoras.
Estos priistas simpatizan de manera con las posiciones de la socialdemocracia europea y latinoamericana. Piensan que el PRI debería promover los temas relacionados con esta agenda en materia política, económica, social y cultural.
No lo hace porque, solo para poner un ejemplo, si quieren hacer pública su postura sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, obtienen el rechazo inmediato de los otros dos PRI.
Ahora el PRI está entrampado en mantener la unidad de los tres grupos que lo integran. Ninguno de los tres de manera abierta puede hacer valer su posición, porque no es aceptada por los otros. Se neutralizan.
El futuro del PRI, como expresión propia, radica solo si es capaz de articular una agenda de izquierda socialdemócrata modera, que es un espacio que ahora solo reivindica el PRD, de manera marginal.
Ese es el camino si quiere ser una fuerza política significativa. Morena seguirá enarbolando el nacionalismo revolucionario, que no es de izquierda sino solo nacionalista-estatista.
El PAN continuará con las posturas que le han dado identidad a lo largo de su historia, con las que se identifica un amplio sector de la sociedad. Tiene identidad propia.
La izquierda socialdemócrata es la posición del PRD, pero es una fuerza marginal, que no se ve puede crecer en el futuro cercano. El camino está abierto, para el PRI.
Twitter:@RubenAguilar