Carlos Aguirre
Arrancó el Mundial de fútbol en Catar. Un país y una copa de la que hablamos mucho, pero las conversaciones fuera de la cancha se centraron en la corrupción para conseguir el mundial y en la falta de libertades en el país. Hasta llegar al país arabe nos enteramos que ni en el estadio se podía tomar cerveza y que los jugadores no pueden portar un distintivo en forma de corazón. Más allá de ideologías y religiones, la libertad debe ser la guía del mundo moderno y un país que no garantiza la libertad para todas y todos debe cuestionarse.
Que todo el mundo vea cómo es vivir en un país que no garantiza todas las libertades, en un país que no es democrático. Que todo el mundo vea, no en un tono punitivista sino en un tono filosófico. Debemos cuestionarnos las realidades alternas; por ejemplo quienes vivimos en democracia, valorarla y cuestionar si en nombre de la austeridad o cualquier desperfecto debemos abonar a disminuirla. Si como humanidad debemos construir más democracias o en nombre de la pluralidad, permitir que existan regímenes que disminuyan la libertad.
No solo se trata de “respetar” otras culturas o religiones. Me parece que cualquiera que sea debe centrarse en la libertad, aunque hay quienes podrán argumentar que Catar es “libre” de poner sus reglas. Hoy en la era de la “Infocracia”, como lo llama Chul-Han, no sé si lo idóneo siga siendo el libertinaje en nombre de la libertad.
En cuanto al fútbol, el equipo de Catar demostró que el dinero es el enemigo del juego, comprar un mundial, construir estadios en tiempo récord con cientos de muertes y corromper a muchos directivos no te hace bueno jugando. Ecuador nos regaló lo de siempre, alegría latina y definición precisa. Sobre el VAR, aunque parecía una escandalosa decisión, luego la tecnología nos regaló la fotografía, fuera de lugar sí era y no habrá error en esa regla, será la marcación más precisa de todo el mundial. Ese margen de decisión donde uno le perdonaba al árbitro el error porque era imposible ser preciso, se fue para siempre.
Aunque es importante que todo el mundo vea un país no democrático y no podemos hacernos de la vista gorda; siempre cabe recordar que el fútbol es lo más importante de lo menos importante y si hay algo que pueda contrarrestar lo poco democrático del mundo árabe es la universalidad del fútbol.