Transformación de México, sí o sí/ Bravuconadas  - LJA Aguascalientes
24/04/2025

El pasado 20 de octubre, en su tradicional mañanera, el huésped de Palacio Nacional lanzó al menos tres afirmaciones, advertencias, ¿amenazas?, no ya en su función como Presidente de México, sino como lo que nunca ha dejado de ser, el “activista transformador”, el “opositor” al pensamiento neoliberal y al sector de los conservadores que, en su imaginario, lo practican y lo confrontan día con día desde su arribo al Ejecutivo federal en el 2018. “Eso es lo que piensa el pueblo”, haciendo referencia a una encuesta que mostraba el apoyo popular a las fuerzas armadas del país, dando por sentado que esas mismas fuerzas armadas son “sus” fuerzas armadas, y ese pueblo es “su” pueblo.

La idea de AMLO de transformar al país y llevarlo a un estadio superior en su desarrollo histórico sólo ha avanzado en la cabeza presidencial. México está lejos de abandonar su lugar en la historia como una nación llena de carencias, de riesgos, de incongruencias entre su potencial y su realidad. Esas fuerzas armadas no han logrado detener la inseguridad a la que diariamente se enfrenta la población, en las calles, en los poblados, en las comunidades. Cada día mueren un promedio de 90 mexicanos a lo largo del país, y los responsables desaparecen en la más absoluta impunidad. ¿Esa aprobación “popular” a la Marina o al Ejército está en función a su efectividad en el combate a la inseguridad? No, responde básicamente a los apoyos y dádivas que recibe del gobierno de la 4T, aunque, en sentido estricto, sea justamente ese pueblo el que pone los muertos.

También afirmó el presidente en esa mañanera del viernes 20 pasado, que “…estoy seguro, que voy a entregar la estafeta a quienes van a continuar (con la transformación), estoy seguro de eso, eso me tiene muy contento…”. Su tranquilidad y contento, va en función de la efectividad que tiene su estrategia de impulso y control sobre los posibles continuadores de su obra demoledora del país tal como lo conocimos hasta la primera mitad del 2018, su ascendencia personal sobre sus débiles voluntades, según su propia visión de sus posibles “herederos”, le tienen tranquilo y seguro. Habría que ver cómo evolucionan esas voluntades ya con el poder en las manos. Aquí es donde aparecen o se hacen efectivas las lealtades de las tan llevadas y traídas fuerzas armadas sin reventar la débil institucionalidad a la que está llevando al país.

La tercera afirmación presidencial gira en torno a su retiro de la política bajo las dos premisas anteriores, la “legitimidad” de las fuerzas armadas ante el “pueblo” y la seguridad de la entrega de la estafeta de la transformación a uno de sus incondicionales. Al hacerse efectivas en el momento oportuno estas dos condiciones, López Obrador considera que su tarea puede darse por cumplida. Haber derruido las instituciones neoliberales que “ahogaban” la posibilidad de desarrollo y crecimiento de la felicidad del pueblo, garantizar su proyecto transformador a partir de la lealtad y obediencia de las fuerzas armadas, dejar un movimiento político hegemónico y simulando una democracia con micropartidos políticos de oposición, y haberle ganado tiempo a su “proyecto” de nación, más allá de su administración.

Sí el país está inmerso en una situación casi crítica en lo económico, con una inflación que alcanza los niveles de hace 20 años, con una moneda amenazada por las circunstancias internacionales, con un endeudamiento que ha rebasado los niveles de control de la precaria salud de las finanzas públicas (un endeudamiento sólo para el 2023 de 1.1 billones de pesos ¿para qué?), con una carestía que no se había hecho presente en décadas, con un incremento en los niveles de pobreza que año tras año crece en cifras millonarias. La situación económica puede esperar, primero garantizar la continuidad de la transformación.

Respecto a la inseguridad en la que está inmerso el país desde el arribo del gobierno de la 4T, y según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la SSCP, en la presente administración son asesinadas, en promedio, 34 mil 500 personas al año, esto es, que en 4 años México ha registrado 138 mil muertes violentas, a pesar de la buena imagen de las fuerzas armadas y la aparición de la Guardia Nacional, y, por supuesto, el intencionado debilitamiento presupuestal y operativo de las policías estatales y municipales. La atención y el combate a este flagelo, puede esperar a la consolidación de la “transformación” del país.

Otra tarea que el presidente ha dejado para después es el relativo a la salud pública. ¿Qué es más importante para México y los mexicanos, su salud o el éxito de la transformación nacional? (pensará López Obrador: La transformación, responderá inmediatamente.) El sistema de salud pública fue desmantelado desde hace casi tres años, eliminó este gobierno el Seguro Popular y creó su “Frankenstein” del INSABI, que nunca logró consolidarse en el panorama institucional del país, y hubo que inventar otro monstruito, el “IMSS del Bienestar”. Pero lo sustantivo del servicio quedó sin resolver: no hay medicinas, la infraestructura hospitalaria es insuficiente y mala, no hay médicos y así desde que inició este gobierno. Pero la transformación de México todo subordina.

La educación es otro sacrificado en el proceso. Delfina, la delfina presidencial para el Estado de México, a pesar de sus comprobados antecedentes criminales, es la favorita para llevar la 4t a esa entidad federativa. Dejó tirada la educación nacional durante su gestión como secretaria de ese sector, levantar esa trascendental función tras la pandemia fue demasiado para la maestra, ella iba sólo a construir su candidatura para el 2023. ¿La educación de los niños y los jóvenes puede esperar? Claro. Ya vendrán otros tiempos transformadores más adelante.

En resumen, la transformación va, sí o sí, el país debe tener paciencia para que su gobierno atienda y resuelva sus urgentes necesidades. Pero México no está en una esfera de cristal, no está aislado, hay mundo afuera que nos observa y espera algo diferente de los mexicanos; y aquí, adentro, estamos nosotros ¿o no contamos?


mario.bravo58@hotmail.com


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