En general los personajes femeninos están definidos por alteridad, es decir, están ubicados narrativamente de una manera casi vehicular, constituyen la historia del varón, pero no se constituyen a sí mismos en su identidad
Nausícaa, según la Odisea era la hija de Alcínoo, rey de los Feacios. En el canto VI del poema épico de Homero, Nausícaa, aconsejada por Atenea en un sueño propiciatorio, va a lavar al río los vestidos en la compañía de varias esclavas, para preparar sus posibles nupcias. Ahí se encontrará con Odiseo, quién ha naufragado. Ella lo viste y lo lleva en presencia de su padre. Ahí, el héroe, que ha tardado ya diez años en regresar a su natal Ítaca, relatará sus aventuras a Alcínoo, quién le proporcionará las embarcaciones para llevarlo finalmente al puerto de Ítaca. Nausícaa sería así, un personaje puente, un personaje que permite al héroe contar, relatar su historia, para que de esta manera los lectores, los escuchas podamos conocer sus peripecias, sus odiseas, literalmente.
El personaje de Nausícaa le permite a la escritora argentina reflexionar sobre el papel que han desempeñado las mujeres en la literatura a lo largo de la historia. Acompañantes, personajes bisagra, personajes puentes que acompañan, cubren al héroe, al protagonista y que les permiten, como en el caso de Odiseo, contar su historia. La historia. Pero esa representación de la mujer como la de un personaje del que desconocemos su historia. (Nausícaa solo está ahí durante ese encuentro, después desaparece. Desconocemos sí se casó o no, con quién, etc.) Pero este papel otorgado a las mujeres a lo largo de la historia de la literatura resulta por lo menos problemático, nos dice la narradora y ensayista argentina Marina Porcelli (Buenos Aires) en su libro Nausícaa, publicado por la UANL. El papel otorgado a las mujeres invisibiliza a las personajas. No verlas, no escucharlas es, al mismo tiempo, no conocerlas, no escucharlas. Y eso es un problema ético, y es un tema que hay que abordar, transformar.
Nausícaa aborda así la figura de la representación de las mujeres en la literatura argentina, vista como una mujer junto al río. Para la autora de libros como De la noche rota, La cacería, y quien obtuvo el Premio Edmundo Valadés y de residencias artísticas en Montreal y en Shangai, esta imagen de la mujer junto al río le permite abordar además el tema de la mujer en la literatura argentina, a partir de varias de las escritoras del siglo XIX y sus temas, sus formas de expresión (el anonimato a partir del seudónimo para ocultar su verdadero nombre, su verdadero género, por ejemplo) y el cuerpo como un elemento central de la expresión artística y personal. Así, también aborda en este libro de ensayos el tema de la pornografía hecha a principios del siglo pasado en Buenos Aires. Conversamos con la autora sobre Nausícaa.
Javier Moro Hernández (JMH): El tema de la representación femenina a lo largo de la historia de la literatura, lo femenino visto como enlaces de las historias, estos personajes que no son los protagonistas, pero sin ellos no habría continuidad en las historias, son algunos de los elementos que conforman Nausícaa.
Marina Porcelli (MP): La tesis central del libro es que el sujeto de la literatura es masculino, porque cuando vos pensás en cómo se construye una historia en general los que eran, los que solían estar en centro de estas narrativas son los varones. En general los personajes femeninos están definidos por alteridad, es decir, están ubicados narrativamente de una manera casi vehicular, constituyen la historia del varón, pero no se constituyen a sí mismo en su identidad. Ese es el tronco, el espesor del personaje de Nausica, que es al mismo tiempo el personaje de una mujer junto al río, y la idea de la mujer junto al río es una de las representaciones que yo pensé para la ciudad de Buenos Aires. También ahí hay otra refutación que tiene que ver con asimilar la idea de ciudad a la idea de mujer, y como las ciudades, nuestras ciudades son las ciudades conquistadas, entonces también esta idea de tomar a la mujer, o sea, caminarla, tomarla. Ahí es donde empiezan los parangones para la escritura del libro. Mi idea era indagar cómo se representa a las mujeres en el Río de la Plata. Esa premisa es absolutamente general, muy amplia y puede durar todo lo que dura la fundación de la ciudad. Pero el proyecto se ancla en un recorrido como si fuera un recorrido de viaje, es una especie de libro de viaje el libro de viaje que va tomando diferentes lecturas y diferentes segmentos que van construyendo un sentido sobre la representación de estas mujeres. A partir de este concepto que es la mujer como vehículo de la historia del varón, historia con minúscula, Historia con mayúscula que es el personaje de Nausícaa es donde se pueden desplegar otras lecturas. Esa es la idea dura.
JMH: Te quería preguntar de esta representación de Buenos Aires como mujer junto al río. Una ciudad conquistada, una ciudad fundada dos veces y que además tiene este tema de las mujeres como las primeras contadoras de historia de la ciudad.
MP: La primera feminista de Río de la Plata es Isabel de Guevara, que además ella pide visibilidad para sus trabajos, porque llega con un grupo de hombres, que fundan Asunción de Paraguay. Lo curioso de la historia de Isabel de Guevara es que ella escribe la carta a la reina Juana, que, sin embargo, ya estaba muerta cuando se escribió. Pero el pedido es de visibilidad del trabajo. Desde los orígenes del tango la ciudad de Buenos Aires está asimilada a la hembra, la hembra manceba, la hembra traicionera. Pero la idea era ver que la ciudad definida como mujer y la mujer definida como ciudad son categorías que están rebasadas, uno no puede hacerlas equivaler. Ese es uno de los primeros puntos. pero después hay dos ideas duras, que son, cuáles son las mujeres que escriben en la ciudad de Buenos Aires y cómo se representan los cuerpos en la ciudad de Buenos Aires. A partir de ahí aparecen la idea de pornografía por un lado y la idea de escritura por otro. Mujeres que van a tomar la voz y que van a poder escribir.
JMH: La historia con minúscula, las mujeres que han escrito pero cuyas obras han sido borradas, las han hecho menores pero que están ahí.
MP: Si se hace el recorrido del siglo XIX, las mujeres que escriben, sería impensable una figura como Alfonsina Storni. Todo el mundo viene de algún lado. Pero además de que son pocas me parece que las novelas que armaron, las figuras que tienen las novelas que armaron donde está un poco reivindicadas y poco leída. Hay una novela inicial que es la de La Quena de Juana Gorriti y también pienso en estas mujeres que escriben y que por ejemplo no firman, porque firmar sería una especie de escarnio, porque la escritura no es una cosa que puede ser dada para la mujer. Ahí aparece la idea de seudónimo, como las mujeres utilizan el seudónimo de manera efectiva para poder pasar la obra. Son estrategias. Pero la estructura orgánica de Nausícaa es el fragmento. Porque la pregunta es qué podemos aparcar en la discusión de género. Sobre todo, con los últimos veinte años de trabajo que tenemos encima. Saliendo de la academia, lo que yo pensé que se podía hacer, es preguntarme cuál es el registro de estas mujeres escribiendo, cuáles son las citas, cómo se contestan. Y eso es un recorrido geográfico y eso te permite hacer un recorrido sobre las lecturas sobre la representación de la mujer.
JMH: Pensaba en Nausícaa como esta mujer que está, que vive en una isla, pero que es vehicular, pero sin ella no tendríamos final de la historia.
MP: Sobre todo, la historia Ulises, y eso me hace pensar en que tiene un costado de maternidad, porque ella lo encuentra desnudo y lo viste y lo acompaña hasta el palacio y cuando lo acompaña hasta el palacio Ulises cuenta toda su historia. Eso también es un momento central dentro del libro, porque Ulises hace todo el recuento de lo que pasó hasta ese momento. Pero a mí lo que me interesaba es que a esta chica la despiertan los dioses para decir que se tiene que casar y que está llegando su pretendiente y que vaya a lavar las ropas al río. Sin embargo, esa historia queda a la mitad. Pero no alcanza con la idea de que los personajes sean secundarios para no generar una identidad, porque un personaje puede ser secundario y sin embargo tener una identidad armada en tres líneas. Pero cuando encontramos estas mujeres que parecen no tener identidad, sino que están en función de la narrativa del varón, esa representación queda fracturada y esa representación fracturada tiene consecuencias ideológicas, políticas y estéticas para toda la historia que vos quieras. Los sujetos en literatura son una cosa ética. Una sujeta en literatura es ética porque está constituida de una ideología, de una metafísica, de una historia particular, que la lleva a ser ese personaje. Aunque tenga tres líneas. Entonces ese sesgo de representación es peligroso. Y no pasa solo con las mujeres, pasa en todas las estructuras de los relatos. Es como si se instalara una especie de centro, de pivote, y todo lo demás es lateral a la voz central del varón.
JMH: En relación con los estudios de género, la pregunta que quería hacerte es cómo aporta la literatura, cómo aporta el ensayo, a esta revisión de la representación de la mujer.
MP: La idea de revisión es una idea primerísima para todos los estudios de género, la idea de quién cuenta la historia es uno de los ejes de todo el siglo, creo de toda la literatura del siglo XX y de lo que se viene. ¿Quién es el que está narrando? o ¿Quién es la que está narrando? Pienso sobre todo en esa relectura que hace James Rhys del libro de Charlotte Brontë sobre la personaja que es conocida como la loca del ático, de la que solo se sabe que viene del Caribe. Jane Rhys que es una autora de Dominica, la reivindica contando la historia de cómo una mujer fue tomada en el Caribe y termina encerrada en Inglaterra. No solo es esa de quién cuenta, sino que también es una revisión de la voz que cuenta la historia e incluso tiene un costado neocolonial, porque digo no es lo mismo la voz de una inglesa contando la historia que de una chica de Caribe contando. Si tenemos que pensar en América Latina el cruce es doble, no es solamente una cuestión de género, no solo es el tema de opresión, sino que tiene que ver también con la estructura histórica del Neocolonialista y ahí es donde también aparece la idea de la ciudad, la ciudad conquistada, primero asimilada como mujer y después como botín de toda esta colonización.
JMH: Por eso también es muy interesante el tema del cuerpo, el tema de la pornografía, que también abordas en el libro. La apropiación del cuerpo es, de alguna manera, la reinvención del cuerpo también.
MP: La pornografía creo que nos puede dar mucho, mucho más de lo que ya está trabajado, que me parece que es poco en literatura. La primera idea es que hay un corto, que me parece que es el primer corto pornográfico, que se filma en Buenos Aires en 1917, que es el Sartori, con el supuesto de que es una producción de los hermanos Lumière y filman en Buenos Aires porque supuestamente las argentinas pasan por europeas. Lo cual ya es una mirada sobre la situación de desconocimiento sobre los cuerpos de las mujeres en Argentina con otro tipo de fenotipo. Pero la pornografía también depende de quién la está narrando, y col es el punto de vista y estamos acostumbrados a la pornografía narrada desde el punto de visa del varón y pienso que si podemos construir personajas mujeres que pueden hablar desde lo explícito del deseo de la pornografía eso puede dar una situación casi contestatario de contracultura que nos puede hacer mucho bien a todos. Es como devolver, quitarla esa mujer de la categoría de objetos porno, que es como la factura, más común, y volverla sujeta y en esa sujeta, preguntarnos qué quiere, qué busca, cómo se relaciona con las estructuras masoquistas, cómo se relaciona con el sadismo. Es decir, empezar a desplegar todo lo que significa una sujeta en potencia, una sujeta operando. Y volvemos a la idea de que los personajes son sujetos, y si son objetos es un problema ético. Y si vos tenés que poner un personaje y ese personaje solo está ahí para decir tres cosas, eso queda aplastado y tiene consecuencias dentro de la historia.