A lo largo de la vida profesional de las personas se cruzan distintas circunstancias que provocan la reflexión respecto a cómo ser independiente financieramente e iniciar un proceso de negocio. Luego de trabajar para una empresa corporativa, un negocio familiar o para una dependencia de gobierno. Ya en el camino surgen las siguientes preguntas ¿Es momento de hacerlo? ¿Tengo la capacidad de liderar mi propio negocio? ¿Importa que no tenga experiencia? ¿Hay verdaderamente mercado para mi producto? ¿Qué riesgos existen al emprender un negocio? Éstas y otras tantas interrogantes se pueden plantear en una persona deseosa de vivir fuera del pago quincenal o del erario.
Lo primero que debería hacer alguien interesado en emprender un negocio luego de tener una inquietud en su cabeza es:
1.- Lluvia de ideas. Es común querer iniciar un negocio con algún producto o servicio afín y de gran apego a lo que se conoce en el mundo del comercio. Aquí es importante desarrollar una lluvia de todos los potenciales negocios que podría emprender, sin que exactamente tenga toda la información en ese momento.
2.-Detección de necesidades. Si bien es cierto que se puede identificar una potencial idea para crear valor e ingresos, lo segundo sería saber si existe un mercado, su tamaño, conveniencia, y esfuerzo para llegar a él y además si esto o aquello será comprado más de una vez o es solo es un aspecto de primera compra sin recurrencia.
3.- Poner a competir mis ingresos. En cierta medida la seguridad financiera mueve gran parte del quehacer cotidiano. Es normal, humano y deseable. No hay que perderla de un día para otro, al contrario, habrá que preservarla. Sin embargo, para crecer puedo iniciar un negocio -factible- en mis tiempos libres, tardes o fines de semana, y al cabo de un tiempo, compitan ingresos quincenales con ingresos diarios según las ventas de mi producto o servicio.
4.- Darle valor a mi producto. En el mercado de necesidades la diferenciación es una máxima en la competencia. Si ofrezco calidad, calidez, o un mejor precio puedo ser evaluado para q mi producto/servicio sea referente o sugerido por los propios consumidores.
5.Plan de negocio. Es crucial tener buenas ideas, es mejor bajarlas al papel. En la redacción se moldearán algunas de tus incógnitas, inclusive si alguien más mentorea o asesora tu proyecto. Hay varias herramientas, una de las mejores es el lienzo de negocios (model canvas bussines) un marco para iniciar desde cero y tener una ruta visual de todo el proyecto.
- Presupuesto. Es un ejercicio clave para conocer, identificar los ingresos, y los egresos más las inversiones de todo un proyecto. Lo ideal es hacerlo con los propios gastos personales, llevara un registro de ingreso diario y hacerse del gran hábito de supervisión, control del dinero.
- Vender, vender, vender. En apariencia es algo obvio, sin embargo, es de lo que deberías hacer siempre y en todo lugar. Ejercitar la capacidad de vender en la fila del cine, dentro de las reuniones familiares y amigos, hasta el diseño de una estrategia de mercadeo digital vía las redes sociales. Existen distintas formas de vender, no todo es directo, las historias nos ayudan a concretar lo que hacemos y como puede ser útil para los demás.
La materialización de un proyecto implica esfuerzo, conocimiento, escuchar lo que dice tu mercado, mantener los sentidos despiertos, investigar tendencias de consumo y por supuesto tener en mira el riego e ir por él hasta donde sea posible con el entusiasmo y disciplina de lograrlo.