El arte actual no solamente tiene por principio el manejo de los procedimientos y soportes de la tradición pictórica, escultórica o de otros medios, desde la comodidad y el aislamiento que ofrece el estudio, requiere de la interdisciplinariedad que en colaboración con otras áreas del conocimiento, complementa procesos creativos, de participación, de ejecución y de diseño.
El arte también se amalgama con las manifestaciones escénicas. Se sirve de metodologías que les hermanan, como la denominada arte para sitio específico o de site specific, para el desarrollo de proyectos de arte público de grafía contemporánea, que opera como herramienta para la concepción y ejecución de exposiciones en el espacio preferentemente abierto, tanto para los entornos natural como el urbano, por lo que se inscriben en la esfera de lo público, suscitando vivencias y experiencias estéticas que refieren al vivir cotidiano, la historia y la naturaleza o el lugar donde las personas hacen sus vidas, cuya proyección puede positivamente activar o recuperar espacios para la ciudadanía local y fomentar el turismo cultural a nivel local, regional y hasta internacional.
Pondera, Jimena Blázquez, principal exponente de esta metodología, que para lograr resultados óptimos en cuanto al diseño de propuestas como forma de arte público, se busca una interacción armónica entre el espacio, los temas, la obra y la audiencia a la que se dirige, por lo que es necesario un análisis específico de las condiciones particulares del entorno, del lugar del emplazamiento de la obra y la vinculación con la comunidad, en función de los objetivos que se pretendan alcanzar, ya sean estos a nivel educativo, artístico, o bien como medio de divulgación con la sociedad, como lo propone.
Si bien no existe una guía única para este tipo de propuestas, considerando lo distinto que son los lugares uno de otros en relación a sus características históricas, sociales, culturales, físicas o naturales, que podrían dictar la viabilidad de aquellas,
Por lo que es preciso hacer un acercamiento a los aspectos citados para contextualizar el hecho artístico partiendo del conocimiento desde lo local, así como de su influencia en lo regional, lo cual permitirá ubicarnos igualmente en la dimensión global, que por ejemplo como se expone aquí de manera somera, traten temas ecológicos relacionados con el agua, que se engarzan con la economía, las relaciones humanas, los estilos de vida, las políticas públicas, el deterioro y desequilibrio de los ciclos naturales y la evidente huella que marca al planeta.
Empezaremos este ejercicio, por decir, que el estado de Aguascalientes debe precisamente su nombre a ese elemento natural, posee un ambiente natural sensible determinado en parte por su situación geográfica de clima semiseco y una orografía e hidrología que determina su biodiversidad, además de la presencia de suelos frágiles y vulnerables a la erosión, por lo que es propicio tomar medidas para su cuidado y conservación.
Lo anterior como ha ocurrido a nivel planetario, no se encuentra exento del uso desmedido de los recursos naturales, que se da sometiendo a un alto estrés a los ecosistemas y al medio ambiente en general, con lo que se ha roto el propio equilibrio natural, dejando de lado el manejo sustentable para la generación presente y para las futuras, ya que pone en riesgo el patrimonio natural y la subsistencia de la población, que con esta visión de corto alcance, ha propiciado un elevado consumo de energéticos y de recursos naturales, un crecimiento urbano irrefrenable, a los que habría de sumar otros problemas de orden ambiental como el acceso al agua, la sobre explotación de los mantos acuíferos, la desertificación de suelos, el aumento de emisiones de gases nocivos a la atmósfera y de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, así como de residuos urbanos e industriales, que dan como resultado la afectación a la biodiversidad.
La ciudad ha crecido a grandes pasos al igual que la industrialización. Esto junto a otros factores ha contribuido al cambio de clima en la región que se traduce en la disminución considerable de lluvias y aumentos en la temperatura que llegan a 40ºC. En ese tenor durante el año 2011 el estado fue declarado ante la sequía registrada, zona de Desastre Natural, junto a otros 25 estados del país. Esta escasez de lluvias agravó la falta de recarga del acuífero, el almacenamiento de los cuerpos de agua como presas y bordos, que abastecen del líquido para la agricultura y a las zonas rurales.
Este escenario, durante ese año, a causa de la sequía se dio una pérdida de la producción de maíz y frijol de 75%. Por tal motivo de repetirse esa situación podría potencialmente provocar en un futuro importantes pérdidas a la agricultura, la ganadería y la industria, con graves consecuencias al empleo, provocar la migración de familias enteras como desplazados climáticos en busca de mejores condiciones de vida en las ciudades, el desequilibrio ecológico y el abasto alimentario.
Al aumentar la población se da paralelamente un incremento de las necesidades básicas de la sociedad, por lo que crece la demanda de agua tanto para uso agrícola, la industria y así mismo para el consumo público urbano. Aquella ciudad que en sus orígenes poseía manantiales de aguas que brotaban a flor de tierra, ahora sólo quedan imágenes en antiguos grabados, fotografías añosas y la memoria de un pueblo que vivió esas épocas.
Si bien las sequías agudizan el problema del agua con las consecuencias expuestas, se suman otras como el impacto directo en las viviendas por el mal estado de la infraestructura hidráulica en toda la urbe, por un lado, y otro, el de las mismas casas con fugas, que representa hasta 59% de la pérdida del agua en la ciudad, que aunado a la deficiente gestión en general del recurso hídrico, continúa a la fecha en declive, ya que a partir del año 1993: “El servicio del agua potable y alcantarillado de la capital es concesionado por las autoridades estatales a la empresa…”, dejándola en manos de la inversión privada, sostienen los investigadores Jesús Gómez y Javier Delgado.
Esta agua se obtiene principalmente de un acuífero subterráneo interestatal, que incluye a Ojocaliente Zacatecas, el Valle de Aguascalientes y Encarnación de Díaz Jalisco, con una superficie calculada en 4,700 km2, el quinto más explotado del país.
Hacia los años 40 del siglo pasado, da inicio la perforación de 44 pozos profundos; y hacia el año 2012 ya existían en la entidad más de 2 957 de ellos, expresa el ambientalista Gerardo Ortega, para abastecer las necesidades de consumo público-urbano, de la agricultura, el pecuario e industrial, extrayendo el líquido a una profundidad que actualmente se acerca a los mil metros, a diferencia de los primeros pozos que era tan solo de 13 metros, de conformidad con información de la Comisión Nacional del Agua, Conagua, por tal motivo esa agua presenta un grado importante de contaminación que supera los límites de arsénico y flúor que afectan la salud humana. A la fecha continúa la perforación de pozos a pesar de que solamente la recarga del acuífero es menor a 50% de lo que se extrae anualmente.
Esta dinámica motivará a ese ritmo, el punto de colapso y con ello posiblemente de no retorno en los próximos años a causa de esta sobreexplotación del acuífero, que pone en riesgo la sustentabilidad de la economía del estado, de la ciudad y los recursos naturales, por lo que urge la puesta en marcha de programas, estrategias y acciones para evitar este desalentador escenario.
Aguascalientes es un estado que reporta un grado importante en cuanto a desertificación por las sequías y la extracción desmedida de agua del acuífero, lo cual pone en riesgo los ecosistemas y su seguridad alimentaria. El suelo es un recurso no renovable por lo menos en un ciclo de vida humana, ya que la recuperación de estos requiere por lo menos en el mejor de los casos de 100 años, que, mediante la acción del clima y las condiciones topográficas, restituya sus características físicas, químicas y orgánicas, para restaurar tan solo un centímetro de cubierta fértil, ejemplifica el Instituto del Medio del Ambiente de Aguascalientes, IMAE.
Si bien la desertificación es un fenómeno de las zonas áridas y semiáridas, característica del estado, es ya un problema ante el calentamiento global propiciado por las actividades antrópicas que se agravan con rapidez, lo cual reduce el potencial biológico y la calidad de los suelos, es un problema que se da entre la armonización y los recursos naturales con el sistema socioeconómico que hace uso de ellos, tornándole en una cuestión de desarrollo sostenible, pues en el estado por el cambio de uso de suelo, se ha perdido más de 50% de la cubierta natural del suelo, por destinarse a la agricultura, el pastoreo o por los incendios forestales, la quema inducida y la creciente mancha urbana.
Hasta aquí se han contextualizado algunos aspectos relacionados con el agua en Aguascalientes, lo que apoyaría al conocimiento de una problemática que ofrece información para el tratamiento un tema y una guía embrionaria que apoya a la creación de las piezas artísticas en cuanto a su ejecución material y a su desarrollo y soporte conceptual, para una exposición temporal in situ, en el espacio público, por lo que estamos dando inicio a un modelo de planeación y desarrollo de exposiciones.
Además de los aspectos contextuales del arte para sitio específico, observa el curador en arte contemporáneo Miwon Kwon, que se ha de considerar para el diseño de las propuestas artísticas las concordancias con aspectos tangibles del lugar de emplazamiento, como las arquitectónicas y de paisaje, compuestas por la combinación de elementos físicos como longitud, profundidad y de texturas, además de la escala, las proporciones del lugar destinado a la exposición, como puede ser una plaza de alguna ciudad, con sus edificaciones, más los elementos orgánicos; siendo de igual importancia, las condiciones de iluminación natural que variarán de conformidad con las horas del día y las estaciones del año, y los patrones de tránsito de las personas por el lugar.
A manera de guía y de trabajo, podrían señalarse aspectos a ser considerados en el diseño de esta metodología de trabajo, para que la génesis de las propuestas artísticas y hasta el consumo de la obra, sean acordes con las características culturales y naturales de la comunidad y con el espacio urbano o natural de emplazamiento con lo que habrá de conseguirse un arte en concreto para un sitio en específico, que integra valores estéticos, historia e igualmente, tradiciones.
Otras metodologías proponen el diseño de proyectos desde una dinámica y visión horizontal entre la comunidad, obreros, campesinos, artesanos y los artistas, quienes han de ser coautores de las propuestas, no es un arte para el pueblo que abreva en el populismo, por lo que implica una suerte de ejercicio metodológico democrático, siendo esta una práctica social del arte experimentada a nivel global y en México durante los años 70 y 80, con mayor fuerza y que continúa en la actualidad.
Estas producciones artísticas reivindicaban la forma, los contenidos y el espacio público, arrebatándolo de los usos oficiales al poder político, a la mercantilización, desenajenándolo de la producción profesional individualista, rompiendo con el mercado del arte y la academia para conseguir procesos colaborativos que se cristalizan en la producción, la distribución y el consumo del hecho artístico; propuestas guerrilleramente temporales que asaltan las calles y plazas, que no buscaban una vocación permanente de intervención, siendo su esencia el signo efímero.
No obstante, se habrá de valorar la repercusión, social, ambiental y estética, que comunican esas obras, en su constitución que se da a través de la organización de los elementos formales y simbólicos en su configuración, Siendo desde el lado ambiental una premisa no alterar el paisaje urbano o natural, por lo que, a la conclusión de la exposición, el lugar de emplazamiento de la obra ha de retornar a su normalidad, esto permite observar un profundo respeto por el medio, a fin de que no se ponga en riesgo la sustentabilidad de los entornos y de los ecosistemas, librándolos de prácticas invasivas.
Por lo que, para sustentar las propuestas es conveniente, se diseñen proyectos con base a estas metodologías, integrando un dossier que incluya aspectos de gestión, así como de carácter formal y de procedimientos artísticos más los conceptuales, apoyados entre otros componentes con planos, maquetas, bocetos, fotografías e incluso muestras de materiales, si fuese necesario, lo que dará como resultado un instrumento de planeación para la viabilidad de la intervención, la negociación, concertación, la logística, el financiamiento, recursos, apoyos todos, ya sean públicos, privados o de la sociedad civil.
El arte para sitio específico es una propuesta de planeación de exposiciones coincidente con la curaduría de exposiciones, que contiene los aspectos conceptuales, una estructura narrativa acorde y congruente de la exposición, además de una evaluación, que al igual, requiere de diferentes fases de planeación y la conceptualización, para desarrollar lo que en paralelo serían para la segunda, los guiones entre ellos el temático, el científico, curatorial, o bien el museográfico.
De manera que, lo que persigue el arte para sitio específico, es establecer criterios de integración de la obra al espacio público y al contexto, que resulte en buenas prácticas, observando en síntesis los aspectos constitutivos de las obras, el marco teórico (contextual y conceptual), el formal (composición), los procesos (técnicas-procedimientos) y los comunicativos-educativos.
De igual modo, considera los aspectos educativos y de mediación como las conferencias, charlas, conversatorios, visitas guiadas, proyecciones de documentales, o diseño de materiales didácticos, entre otros, al tiempo que pasa por una fase de difusión-aceptación para sensibilizar a la comunidad o la sociedad de la relevancia del proyecto.
Es por eso, que son lugares para el diálogo y la experiencia estética, que posibilitan lecturas variadas sobre una problemática en particular y su posible solución fomentando el pensamiento crítico para perseguir otros paradigmas de desarrollo más favorables para la vida; igualmente son viables, aquellos proyectos que transitan por lo lúdico, sin una directa declaración de compromiso social expreso.
En suma, el arte para sitio específico integrado al entorno, se propone como un foro y un laboratorio para la creación artística in situ, el goce, la educación, la investigación y el debate, al tiempo que genera lugares expositivos sin muros, democráticos que privilegian mediante un programa pedagógico, la reflexión y el disfrute con base en la experiencia estética a través de piezas de arte conceptualizadas bajo diferentes miradas para ser expuestas temporalmente y confeccionadas con materiales naturales o con aquellos provenientes de la industria, concebidos algunos como elementos del patrimonio natural y cultural, puesto éste en valor en tanto herencia legada por los grupos sociales que nos han antecedido, y que sobre todo les dicen algo sí a las personas y grupos sociales.