“Somos lo que sabemos, sabemos para existir y existimos para saber lo que somos”
Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, quiero continuar en esta ocasión con las palabras claves que se relacionan con el andar filosófico, debo de confesarle que ante la situación paradójica en la que nos encontramos, es necesario abordar esta línea de estudio ya que su aplicación directa en la vida diaria tiene la posibilidad de generar impactos positivos.
Jean Pierre Vernant hacía mención de que el ser humano necesita de la divinidad para poder explicar ciertos componentes de mayor complejidad filosófica, Religiosidad (fe – razón), funge como un plano cartesiano y una perspectiva que no necesariamente va separada de la ciencia, tanto las escuelas escolásticas como los apologistas, hacen un uso de la razón y la fe para plasmar dentro de un contexto y una tesitura de orden lógico a fin de explicar cuanta incertidumbre existencial pueden generar las personas, la esencia de creer en una causa primera o en un ser supremo es alegórico que el pensamiento crea a la materia, y un loable menester, la inteligencia subyuga a la materia del mismo modo. El conocimiento es el desarrollo de ciertas ideas que componen de manera objetiva el entender, creer en lo que no se ve, es un acto de esperanza, pero del mismo modo de consistencia metódica, el pensamiento racional aduce a la interpretación de aquellas preguntas no contestadas. La Consulta filosófica marca los precedentes de los distintos caminos que se toman en preámbulos políticos, económicos, científicos, sociales y académicos. Se podría inferir que es un principio un punto de partida para erradicar la Especulación y la falacia que rodea a ciertos dogmas adentrados. La racionalidad en la filosofía moderna es un estilóbato para los distintos estudios e investigaciones.
“La Imaginación es más importante que el conocimiento”; citaba Albert Einstein, tanto el intelectual citado como Emmanuel Kant, ambos expresan un antes y un después en el devenir de la ciencia, los ideales de la ilustración plasman un despertar de conciencia para poder dilucidar e interpretar al mundo a la ciencia desde distintas aristas y clises. En gran medida, las estructuras que los distintos autores plasman son un precedente para poder obtener esquemas lógicos de comprensión, ya que resulta verdaderamente Necesario el tener juicios de valor para que las inferencias no sean accidentales, mucho menos improvisados. En el caso específico de los gobiernos es totalmente identificable que la Ética se difumina ante los intereses que reducen a las convicciones, es decir, las políticas públicas de cualquier país deben de llevar el pensamiento crítico aunado a la filosofía o postulados políticos que confluyen entre los funcionarios y la sociedad, los preceptos que dejan la escuela de Frankfurt y la condición postmoderna resultan ser una contra postura ante los gobiernos demagógicos de Latinoamérica en las últimas décadas, sin ser el presente texto una crítica a una postura política, si resulta ser una reflexión sobre la reminiscencia de Max Weber, en donde esgrima que ciertamente los gobiernos debían tener un Arte / estética, de modo más específico, que la ciencia y la tecnología son una parte esencial de la interacción que todo gobierno tenga ante la responsabilidad de facto que le merece.
El mundo postmoderno aparentemente comienza a carecer de juicios de valor, particularmente considero subjetivo e inaudito que una persona pueda autodeterminar su género, incluso su especie, el ser humano necesita en proporciones mayúsculas la racionalidad instrumental, ya que sin importar cuanta tecnología esté al alcance de las personas la Verdad / verosimilitud, se pueden difuminar, Todo hace refería a la trascendencia de lo objetivo y si bien en la literatura es válido esgrimir distopías, también es válido que en el contexto actual se aplique el pensamiento crítico, el pensamiento racional. Los retos que conllevan la época son en demasía.
La Subjetividad puede resultar necesaria en una primera instancia para generar tesis que fundamenten propiamente lo objetivo, sin cesar en la búsqueda constante que lleva a nuestra especie al progreso, Giovanni Vattimo refiere la trascendencia de encaminar las estructuras ya plasmadas con antelación al desarrollo anhelado.
Ante el desarrollo plasmado, sin duda alguna, podemos observar que tanto la educación como el pensamiento racional encaminan al ser humano destino loable, y que la ignorancia se postra como un enemigo natural, ya sea en un contexto supino o en dogma. La ciencia y la virtud son horizontes de esperanza.
In silentio mei verba, la palabra es poder.